martes, 28 de febrero de 2017

Fences

de Denzel Washington. EE.UU., 2016. 139.
28 de febrero de 2017. Cines Galicine Ponte Vella, Orense.

Troy trabaja en la recogida de basura en la ciudad de Pittsburgh. Es un padre de familia con carácter que tuvo una infancia difícil y que, a pesar de sus cualidades, no consiguió hacer carrera como deportista.

Tras protagonizarla en el teatro, Denzel Washington lleva al cine esta obra que August Wilson escribió hace treinta años sobre la vida de una familia negra en los años cincuenta. Fences es un retrato íntimo de las tensiones de esta familia a la que vemos casi siempre en la casa y en ese patio que el padre intenta cerrar con una cerca. Y es precisamente la ambivalencia de esa cerca doméstica la que mejor refleja el drama de un padre histrión que puede ser a la vez referente protector para los suyos o barrera infranqueable que condiciona y limita sus vidas. Para algunos críticos la película es demasiado teatral. Como si eso fuera un defecto. De hecho, pienso que esta historia con aire de drama americano clásico quizá me habría gustado menos en el teatro (en los últimos meses he quedado un poco harto de los clásicos americanos de esa época). Y es que Denzel Washington, además de tener aquí una interpretación portentosa (como la de Viola Davis, que ha recibido un Oscar por la suya), consigue dirigir con sencillez y cercanía una historia llena de diálogos poderosos (el primero en el patio ya marca el magnífico tono que tendrá la película) entre personajes complejos encarnados por actores cuyo excelente entendimiento seguramente se explica por el precedente teatral.  Me gusta el cine y me gusta el teatro. Y, cuando el resultado es tan bueno como en Fences, me gustan los prestamos entre ellos.

sábado, 25 de febrero de 2017

Europe, she loves

de Jan Gassmann. Suiza, 2016. 97.
25 de febrero de 2017. Laboral Cinemateca, Gijón. V.O.S.

Cuatro parejas europeas. De Tallin, Dublín, Sevilla y Tesalónica. Cuatro parejas de amantes en tiempos de crisis. En sus jóvenes vidas y en esta vieja Europa.

Incertidumbres, problemas  y dudas sobre si quieren seguir conviviendo o no. Es lo que les pasa a esas cuatro parejas y también a la propia Europa.  Jan Gassmann intercala instantes de esas vidas de Estonia, Irlanda, España y Grecia con transiciones en las que vemos paisajes con figuras mientras la cámara se mueve por las periferias europeas. También escuchamos partes de radio y televisión que nos hablan de estos tiempos terribles en los que parece que todo se podría estar echando a perder. Como las relaciones de estos amantes que nos muestran su intimidad sentimental y sexual sin recato, como si la cámara no estuviera allí. Europe, she loves me ha hecho pensar en otra película magnífica: Hermosa juventud de Jaime Rosales. Con las historias verdaderas de este espléndido documental y con la ficción hiperrealista de aquella estupenda película se podría hacer un díptico revelador. Sobre el amor, sobre Europa y sobre esa generación.

Zoology

de Ivan I. Tverdovskiy. Rusia, 2016. 87.
25 de febrero de 2017. Laboral Cinemateca, Gijón. V.O.S.

Natasha lleva una vida triste. Trabaja en las oficinas de un zoológico y sus compañeras se mofan de ella. En casa vive con su madre, una mujer mayor con la que no puede sincerarse. Pero le vendría bien. Especialmente ahora que tiene un problema que la hace sufrir. Su médico ha pedido unas radiografías para analizar la cola que le ha aparecido. En esa embarazosa situación Natasha conoce a Pyotr, un joven radiólogo con el que empezará a salir.

La cola pone un punto surrealista en esta historia triste. Sin ella Zoology ya sería una película interesante por su mirada atenta a los pequeños detalles cotidianos, especialmente los de los entornos médicos. Pero la cola y el joven amante hacen más turbadora la historia de esta mujer madura y solitaria que solo parece sentirse cómoda con los animales enjaulados. Zoology es una rareza que se ve con agrado. Aunque traiga cola.

viernes, 24 de febrero de 2017

Il bacio di Tosca

de Daniel Schmid. Suiza, 1984. 87.
24 de febrero de 2017. Laboral Cinemateca, Gijón. V.O.S.

En 1902 Verdi fundó en Milán una casa de retiro para músicos ancianos. Allí los vemos felices conviviendo, cantando y recordando momentos de unas vidas para las que la música lo fue todo. 

Chema Prado, quien durante muchos años fue director de la Filmoteca Nacional, ha tenido el buen gusto de incluir esta película entre las cuatro que la Cineteca de la Laboral le ha pedido que seleccione para su "carta blanca" como programador del pequeño ciclo que se verá aquí en las próximas semanas (las otras tres son Madame de... de Max Ophüls, Memorias del subdesarrollo de Tomás Gutiérrez Alea y Jeanne Dielman de Chantal Akerman). Daniel Schmid abre y cierra su magnífica película con sendos planos exteriores de ese edificio que alberga, casi literalmente, la memoria viva de la opera italiana. En medio, deja que su cámara levante acta de la felicidad, a veces histriónica, con que estos viejecitos (algunos de los cuales siguen cantando muy bien) comparten el tramo final de sus vidas en un lugar tan oportuno. Il bacio di Tosca es un documental intemporal. Tanto por el contenido como por la forma. Lo que vemos fue filmado en el invierno de 1984, pero las imágenes podrían corresponder perfectamente a instantes vividos por los primeros huéspedes de ese edificio verdiano o por los últimos que hayan residido en él. Además, la restauración de la película y la forma tan sencilla y transparente que tenía Daniel Schmid de entender el cine documental, hacen que Il bacio di Tosca bien pudiera pasar por un firme candidato a ganar un Oscar el próximo domingo. Así que ha sido un lujo poder disfrutar esta tarde con esta joya en condiciones inmejorables de imagen y sonido. Y escuchar tras la proyección las sabias palabras de Chema Prado sobre la película y los comentarios que compartió con José Luis Cienfuegos sobre otros temas interesantes como el de la incertidumbre en torno a la conservación del legado cinematográfico en el mundo digital. Los amantes del cine y de la ópera no deberían dejar pasar esta oportunidad de poder ver en las mejores condiciones esta magnífica película. El próximo sábado se proyectará otra vez aquí.

Psiconautas

de Pedro Rivero y Alberto Vázquez. España, 2015. 76.
24 de febrero de 2017. Cines Parqueastur, Corvera.

Birdboy y Dinki quieren escapar de la isla en la que viven. Es un lugar degradado en el que llevan una vida penosa. Los adultos buenos han muerto y los malos no los dejan en paz. Así que huir con algunos amigos parece la única alternativa. Pero a ellos las cosas no les suelen salir bien.

Nada que ver con la dulzura de la otra isla animada que hemos visto esta semana. La de La tortuga roja era una arcadia en la que los tres protagonistas llevaban una vida feliz al estilo de El lago azul. Estos psiconautas animales viven en un infierno postapocalíptico que aún empeora cuando Birdboy intenta huir tomando drogas y a Dinki la asaltan sus demonios interiores. Como en la mayoría de los cuentos clásicos, aquí el mal acecha siempre a los niños y sufrir es casi sinónimo de vivir. Pero a diferencia de Caperucita Roja, Cenicienta, Blancanieves y tantas otras historias igual de terribles, Psiconautas no se considerará  muy apta para los niños, y seguramente tampoco atraerá al público adulto. Justo lo contrario de La tortuga roja que se hace amable para cualquier público. Y es una lástima porque, a partir de su cómic, Alberto Vázquez ha sabido crear con Pedro Rivero una película fascinante tanto por sus poderosas imágenes como por un guión muy original y lleno de sorpresas. Nada convencionales, lejos de lo ya visto y de los tópicos, estos Psiconautas dejan un regusto amargo, pero agradarán a los paladares cinéfilos que detestan lo almibarado.

martes, 21 de febrero de 2017

La tortuga roja

de Michael Dudok de Wit. Francia, 2016. 80.
21 de febrero de 2017. Casa de la Cultura, Avilés.

Un náufrago llega a una isla tropical en la que solo tiene la compañía de las ruidosas aves, los irónicos cangrejos y unas tortugas enormes que truncan sus intentos de navegar. Una de ellas terminará varada en una playa y luego convertida en una bella compañera con la que tendrá un hijo y disfrutará de una vida plena.

Una hermosa película de animación sin palabras. De los estudios Ghibli cabe esperar la belleza y el perfecto encadenamiento que tienen las imágenes de La tortuga roja. Y es que resulta una gozada contemplar la pequeña epopeya poética de este Robinson que gracias a una tortuga consigue vivir el sueño (que quizá solo sea eso) de tener una vida tan insular como feliz. Quizá la música (un poco a lo Kítaro) a veces subraye en exceso lo que ya muestran sus poderosas imágenes. Pero La tortuga roja es una bonita historia más que recomendable para cualquier público.

lunes, 20 de febrero de 2017

Jackie

de Pablo Larraín. EE.UU., 2016. 95’.
20 de febrero de 2017. Cines Los Prados, Oviedo.

Los días del magnicidio en primera persona. Desde las horas anteriores al atentado de Dallas hasta el encuentro con un periodista una semana después.

Tras su magnífico acercamiento a la figura de Neruda, Pablo Larraín nos ofrece un retrato sobre aquella mujer que tuvo muy claro que en esos días se estaba construyendo un relato histórico. La muerte de Kennedy no fue solo conocida, sino también vista por todos. Y esa conciencia plena que ella tenía sobre el poder de las imágenes es uno de los aspectos que Larraín nos propone para explicar aquella contenida exhibición pública de un dolor privado. Para romper la linealidad del relato el director chileno decide que, curiosamente, serán fragmentos de una entrevista con un periodista de prensa escrita y de las confesiones con un cura católico los hilos conductores de la historia. Larraín tiene el acierto de no hurtarnos los instantes del atentado, pero también de no hacer que la película gire en torno a él. De hecho, fragmenta esa secuencia con una notable habilidad para evitar defraudarnos o generar morbo. Por lo demás, Natalie Portman está soberbia en un papel nada fácil. Además de encarnar a Jacqueline Kennedy en esta ficción tentativa también lo hace en las escenas que replican las imágenes televisivas (acertadamente, Larraín no usa las originales). Y es que todo es oportuno en Jackie. Hasta esa llamativa banda sonora que nunca subraya, sino que consigue equilibrar unos sentimientos que, tratados de otro modo, podrían saturar algunas escenas. Tras Tony Manero, No, El Club y Neruda está muy claro que Pablo Larraín puede asumir cualquier reto cinematográfico que se proponga aportando siempre una mirada coherente y singular.

domingo, 19 de febrero de 2017

Mimosas

de Oliver Laxe. España, 2016. 96’.
19 de febrero de 2017. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

En una época indefinida un grupo de personas atraviesan las montañas del Atlas porque un anciano se empeña. Él muere en el trayecto y dos jóvenes prometen que llevarán su cuerpo al lugar al que pretendía llegar. La cosa se pone difícil y la travesía se les complica. Tanto como la propia película en la que también hay una caravana de taxis que avanza por las llanuras marroquíes.

Unos paísajes espectaculares, una fotografía impecable y un sonido muy cuidado hacen que uno no se canse de ver lo que muestra la pantalla. La historia recuerda por momentos a la de Los tres entierros de Melquíades Estrada de Tommy Lee Jones.  Y también al onirismo de Pasolini sobre los mundos orientales. Pero al final uno se queda sin saber qué es lo que realmente ha visto. Montañas, llanuras, tres partes, unas mulas, muchos taxis... Está claro que el significado de su título es solo una de las muchas cosas que no quedan nada claras en esta película que, si no fuera por la elegancia de sus imágenes, podría parecer prima hermana de las de Apichatpong Weerasethakul. Quizá por eso está siendo tan bien tratada por la critica y por los festivales.

viernes, 17 de febrero de 2017

Hedi

de Mohamed Ben Attia. Túnez, 2016. 88. 
17 de febrero de 2017. Cines Van Dyck, Salamanca.

Hedi trabaja en un concesionario de coches y está a punto de casarse con la novia que le ha concertado su madre. Su vida sigue un rumbo que él no ha decidido, pero eso no parece importarle hasta que se enamora de otra mujer y se plantea la posibilidad de irse a vivir con ella a Francia.

Es ya un rito anual pasarme por los Van Dyck al terminar una de las sesiones del master de de Estudios Sociales de la Ciencia para las que se me hace tan agradable volver a Salamanca en esta época del año. En esta ocasión he coincidido con esta correcta película tunecina a la que se le nota bastante que la producen los hermanos Dardenne. Cámara en nuca seguimos constantemente a este joven dócil que solo hace amago de rebelarse cuando conoce a otra mujer. El conflicto entre las tradiciones familiares y la libertad individual parece cosa ya vista. Pero lo que hace especial a esta historia es que esa tensión que sufre el personaje sometido se nos muestra desde un punto de vista masculino. Y eso no es habitual.

martes, 14 de febrero de 2017

Moonlight

de Barry Jenkins. EE.UU., 2016. 111’.
14 de febrero de 2017. Cines Los Prados, Oviedo. V.O.S.

Little. Chiron. Black. Tres nombres para un niño, un adolescente y un tipo que parece duro, pero sigue buscando afecto con las inseguridades de siempre. Vemos los miedos infantiles de Little, el derrumbe de su madre, el cariño de Juan y Teresa. Luego vemos la incapacidad de Chiron para enfrentarse a la violencia en el instituto, sus dudas sentimentales y lo que significó aquella noche en la playa con ese amigo que lo llamaba Black. Finalmente será la llamada de Kevin después de tantos años la que nos permitirá contemplar el conmovedor reencuentro en el restaurante y ver de nuevo esa luna llena que hace que los cuerpos de los negros parezcan azules junto al mar.

No es un retrato de la comunidad negra en Miami. No es una historia sobre el acoso escolar. No es una reivindicación de la libertad sexual. Aunque solo aparecen negros, hay un joven maltratado y también dos amigos que podrían ser amantes, Moonlight es mucho más que todo eso. Es una historia magníficamente contada en la que nos sentimos siempre cerca de este Little/Chiron/Black al que es imposible no querer. La cámara nunca pierde de vista lo que le pasa. Moviéndose agitadamente a su alrededor o mostrándonos sosegadamente todos sus encuentros. Los que tiene con esa madre que lo quiere pero no sabe cuidarlo. Las visitas a Juan y Teresa, esa pareja de la que querríamos saber mucho más: qué fue lo que le pasó a Juan, cómo está Teresa ahora que Chiron se ha hecho mayor y sigue yendo a verla. Barry Jenkins toma la mejor decisión al dejarnos en fuera de campo esa parte de la historia. Pero debería pagarlo dirigiendo otra película sobre la historia de Juan y Teresa, esos personajes magníficos a los que uno no se cansa de mirar. Y otra película también sobre Kevin, ese amigo que marcó la vida de Chiron cuando le puso el nombre de Black y cuando lo acarició en una playa. Pocas veces en el cine uno puede intuir tanto de unos personajes y sentir tan pronto que los quiere bien. Y es porque un director magnifico llamado Barry Jenkins ha sabido crear una historia sencilla, sobria y conmovedora sobre un niño, un adolescente y un hombre que conservan la misma mirada. La de unos seres vulnerables.

lunes, 13 de febrero de 2017

Múltiple

de M. Night Shyamalan. EE.UU., 2016. 116.
13 de febrero de 2017. Cines Parqueastur, Corvera.

Tres adolescentes son secuestradas y encerradas por un tipo extraño. En realidad por veintitrés. Esas son las personalidades diferentes de este individuo que sufre un trastorno de identidad disociada. El caso es un fascinante tema de investigación para su psiquiatra, pero tendrá resultados terribles cuando emerga la bestia, su vigésimo cuarta personalidad.

El comienzo y el primer tramo con las chicas encerradas se hace muy interesante porque la historia se desarrolla con tensión pero sin violencia. Sin embargo, en la parte final la película se entrega a los tópicos de un tipo de cine que no suelo frecuentar. Las mutaciones interpretativas de James McAvoy son lo mejor de una película que ha sido mejor tratada por la crítica de lo que creo que merece. Obviamente, si el director fuera español no habría sido así.

domingo, 12 de febrero de 2017

Bajo los cerezos en flor

de Masahiro Shinoda. Japón, 1975. 95.
12 de febrero de 2017. Laboral Cinemateca, Gijón. V.O.S.

Los cerezos en flor son motivo de celebración en el Japón actual. Pero atravesar un bosque de cerezos en flor en las montañas del Japón medieval podía ser una experiencia terrible, próxima a la locura. Como la que muestra esta película en la que un salteador de caminos queda prendado de una mujer y tras llevarla a su casa le concede todos los caprichos que le pide. Por ejemplo, llevarle cabezas cortadas todos los días.

La película ha aguantado mal sus cuatro décadas. Por la historia (una fábula casi gore que podría dar tanto risa como sueño) y por la imagen (menos nítida de lo que debería para provocar pavor o emoción). Se podría decir que Masahiro Shinoda revela lo peor de la identidad japonesa mostrándonos su naturaleza violenta y machista bajo esa aparente delicadeza de estampas tan tópicas como la dulzura de sus geishas o la belleza de sus cerezos en flor. Pero, más allá de hermenéuticas vanas, la historia se hace pesada y aburrida. Propicia para el bostezo o para la huida si no fuera porque la entrada costó quince euros y porque la proyección estaba acompañada por la percusión y los sintetizadores del grupo californiano Xiu Xiu. Lo de esta noche no ha sido un concierto con imágenes al fondo (la banda sonora original se oía cuando ellos nos daban tregua y los subtítulos más o menos han permitido seguir la historia) ni una película con música en directo (a los estridentes Xiu Xiu no parecía importarles que su música impidiera oír la película -un japonés que no supiera leer español no se habría enterado nada-). Y lo peor es que esta extraña mezcla entre una cinta que ha envejecido mal y una música difícil de soportar mucho tiempo no ha sido la ambientación circunstancial de un local de ocio nocturno, sino que se propone como singular experiencia cinéfila para un público selecto y moderno. Como nadie querrá renegar de esto último serán pocos los que confiesen que lo mejor de esta ceremonia social ha sido que nadie se ha quedado traspuesto.

sábado, 11 de febrero de 2017

La mano invisible

de David Macián. España, 2016. 80.
11 de febrero de 2017. Laboral Cinemateca, Gijón.

Diez profesionales de distintos oficios son contratados para trabajar inútilmente frente a un público en una nave industrial. Son un albañil, un carnicero, una modista, una encuestadora telefónica, un mecánico, un camarero, un informático, un almacenista, una ensambladora y una limpiadora. Ellos no ven al público ni saben la razón por la que han sido contratados para un trabajo que tiene tanto de propuesta escénica como de experimento social. 

La mano invisible también se podría haber titulado los trabajos y los días. Porque eso es lo que vemos, la forma en que se van deteriorando las relaciones humanas y las condiciones laborales de unos trabajadores tan alienados que ni siquiera sufren la expropiación del fruto de su trabajo, sino que son ellos mismos quienes al terminarlo deben destruido. Con una estética que recuerda a la de Lars von Trier en Dogville, la propuesta de David Macián es tan sugerente como inquietante. Una oportuna metáfora sobre el mundo laboral del presente y una reflexión sobre lo costoso que en él resulta algo que antes era tan obvio como organizar una huelga.

jueves, 9 de febrero de 2017

Lion

de Garth Davis. Australia, 2016. 120.
9 de febrero de 2017. Cines Parqueastur, Corvera.

Saroo tenía cinco años cuando, tras quedarse dormido en un tren, acabó perdido en Calcuta, a más de mil kilómetros de su aldea. Tras vagar por las calles terminó en un orfanato y luego fue adoptado por un matrimonio de Tasmania. Venticinco años más tarde consiguió localizar el lugar donde nació. Y reencontrarse con su primera madre.

Basada en una historia real. Una historia en la que lo singular no es que el protagonista sea un niño perdido en Calcula, sino que muchos años después conserve recuerdos de su vida anterior y se empeñe en usarlos. La primera parte muestra sin apenas palabras el drama conmovedor de ese niño perdido. En la segunda, el personaje se hace más antipático con ese empeño en regresar a sus orígenes sin explicárselo a la sensatísima madre adoptiva que interpreta Nicole Kidman. La película termina bien, con encuentros muy emotivos. Así que Lion pasa del intenso drama de un niño perdido al melodrama, más convencional, de un joven que por fin encuentra a su primera madre.

miércoles, 8 de febrero de 2017

The neon demon

de Nicolas Winding Refn. Francia, 2016. 117’.
8 de febrero de 2017. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Con dieciséis años Jesse llega a Los Ángeles para hacerse supermodelo. Es una joven cuya belleza virginal impresiona a todos. También a sus competidoras. De hecho, quieren comérsela. Literalmente.

Pretenciosa banalidad. La de esas modelos plastiqueras. La de esa música sintética. La de esos encuadres engolados. La de esa cámara lenta propia de un videoclip. The Neon Demon hipostasia el valor de la dirección artística para dar sentido a una película. Y del postureo como modo de entender el trabajo actoral. La sangre de la apertura y el estilo casi gore de las escenas finales pretenden ensanchar el género de una película que parece inspirada en la publicidad de Dolce y Gabbana o en los anuncios de Martini. Por desgracia no tiene una de sus mejores virtudes: que solo duran veinte segundos.

martes, 7 de febrero de 2017

Manchester frente al mar

de Kenneth Lonergan. EE.UU., 2016. 135’.
7 de febrero de 2017. Cines Los Prados, Oviedo. V.O.S.

Lee es un tipo callado que trabaja en el mantenimiento de unos edificios en Boston. La muerte de su hermano le obliga a volver a Manchester, el pueblo costero en el que antes tenía su vida. Allí deberá hacerse cargo de su sobrino del que su hermano quería que él fuera tutor. La situación es difícil para Lee que no ha dejado de culparse por aquel incendio en el que perdió a sus tres hijos y que le separó de su mujer.

La difícil tutela del sobrino tras la muerte del hermano no es el tema de la película. Ese duelo actual es mucho más llevadero que el que sufre este hombre que se quedó sin vida la noche de aquel incendio. Eso no lo sabemos al principio porque Lonergan va dosificando la información con oportunos cambios temporales para que vayamos descubriendo poco a poco los motivos de la dramática apatía del protagonista. Y es que la magnífica contención con que Casey Affleck interpreta a este personaje hace que tenga bien merecido cualquier premio que le den. El contraste entre este hombre sin vida y la forma en que los demás siguen con la suya en Manchester es el eje de esta espléndida película que estuvo en el último Festival de Gijón pero no pudimos verla entonces. Manchester frente al mar es una historia emotiva y muy bien contada sobre alguien que no consigue superar la peor tragedia imaginable. Aunque la película está llena de momentos espléndidos, las dos escenas en que Lee y su mujer vuelven a encontrarse son inolvidables ejemplos de la emoción que puede transmitir el cine superlativo.

lunes, 6 de febrero de 2017

Un monstruo viene a verme

de Juan Antonio Bayona. España, 2016. 108’.
6 de febrero de 2017. Cines Parque Principado, Lugones.

Connor no puede asumir que su madre va a morir. La mala relación con su abuela, la lejanía de su padre y las presiones que sufre en la escuela harán que solo encuentre consuelo en un monstruo. El que se le aparece a medianoche para contarle historias imaginarias. Y para que él pueda enfrentarse a la verdadera.

No la habíamos visto en su momento, pero el Goya al mejor director y algunos otros que obtuvo el sábado han hecho que vuelva a las carteleras este drama fantástico que no tiene nada de película de terror. Fantástico en las tres historias de animación hermosamente evocadas con las imponentes apariciones de ese monstruo arbóreo que recuerda explícitamente a un King Kong amable y protector. Y también un drama fantástico por la manera en que Bayona sabe poner la cámara y componer imágenes poderosas para contar una nueva historia de amor maternofilial. El orfanato era una impresionante historia de terror. Lo imposible un apabullante repertorio de espléndidos efectos especiales que luego decaía. Pero Un monstruo viene a verme es un artefacto cinematográfico impecable. Una película espectacular sobre una historia familiar. Aunque podría haber resultado excesivo el espanto o la emoción de su monstruo, Bayona ha sabido manejar a la perfección los equilibrios que requiere una película tan desmesurada y tan intimista como esta.

viernes, 3 de febrero de 2017

Tren Paraguay

de Mauricio Rial Banti. Argentina-Paraguay, 2011. 64’.
3 de febrero de 2017. Centro Cultural Paraguayo Americano, Asunción.

Salimos de Asunción y emprendemos un viaje en el que encontramos estaciones abandonadas, catenarias desvencijadas y raíles sepultados por la hierba. Y también testimonios precisos de personas que mantienen viva la memoria de lo que significó el ferrocarril en sus vidas y en sus pueblos. Relatos unas veces dramáticos, otras divertidos y siempre llenos de añoranza.  

Una de las primeros lugares que visité en Asunción la primera vez que vine a Paraguay fue su hermosa estación, hoy convertida en un museo tan céntrico como melancólico. Así que esta intensa semana de gratísimo trabajo con los profesores paraguayos no podía tener mejor despedida que esta película. Venir a verla en la última jornada del ciclo del CCPA (y de mi estancia aquí) me resultaba imprescindible. Por muy paraguaya y por muy representativa de esa pérdida que para tantos países de la región ha supuesto la desaparición del ferrocarril (también en el mío: las vías y estaciones de la Ruta de la Plata son un nítido recuerdo infantil para mi y una melancólica presencia en sus ruinas actuales). Pero las buenas expectativas que tenía sobre la película se vieron desbordadas desde el comienzo con los elegantísimos primeros planos que acompañan a los títulos de crédito. Una fotografía bellísima en su calidez casi sepia. Unos encuadres soberbios. Los relatos fascinantes de unas gentes que recuerdan muy bien lo que significaba para ellos el tren y lo que supuso su pérdida. Y, sobre todo, esas imágenes en movimiento perfecto acompañadas de un sonido extraordinario que nos hacen sentir la presencia fantasmal de aquel ferrocarril antiguo y poderoso. Todo eso hace de Tren Paraguay una joya cinematográfica que no olvidaré y que merecería ser vista en muchas pantallas. Así que no he podido cerrar de mejor manera esta semana de trabajo intenso y muy grato en Asunción, esta ciudad a la que cada vez me gusta más volver. La próxima vez creo que será en agosto.

jueves, 2 de febrero de 2017

Chicas nuevas 24 horas

de Mabel Lozano. Argentina-Colombia-España-Paraguay-Perú, 2015. 70’.
2 de febrero de 2017. Centro Cultural Paraguayo Americano, Asunción.

De Paraguay, de Bolivia, de Perú y de Colombia. Vemos testimonios concretos en los que la ilusión de una vida mejor se convierte en la pesadilla de la esclavitud para unas chicas con historias similares a las de muchos miles de mujeres de esos países.

No había tenido la oportunidad de ver este documental en España y me lo encuentro precisamente en uno de los países en que ha sido filmado. Las escenas y testimonios son duros y pertinentes (mejores los de la política paraguaya o el activista peruano que los de la fiscal y los policias españoles). Sobre todo los que cuentan las propias chicas (especialmente la colombiana y la paraguaya). Sin embargo, sobra completamente esa historia intercalada de la ejecutiva que intenta vender a un público (y molestar al público) lo lucrativo y fácil que resulta el negocio de la trata de mujeres. Los subrayados excesivos y las ficciones impertinentes no aportan nada al retrato de un drama que casi se banaliza con  esa irónica bofetada al espectador. La película es militante, pero también obvia. Sobre este mismo tema resulta más interesante y perturbadora la mirada de Isabel de Ocampo en Evelyn, una película mucho mejor que esta.

miércoles, 1 de febrero de 2017

Latas vacías

de Hérib Godoy. Paraguay, 2014. 70’.
1 de febrero de 2017. Centro Cultural Paraguayo Americano, Asunción. V.O.S.

Hace siglo y medio, durante la Guerra de la Triple Alianza, se enterraron muchos tesoros en los campos paraguayos. Y, según la tradición, quienes los encuentran pueden sufrir maldiciones dramáticas. El asesinato del hermano de Alfonso podría ser una de ellas. Por eso huyó a Coronel Oviedo y malvive recogiendo latas vacías en esa ciudad. Allí coincide de nuevo con buscadores sin escrúpulos. Pero esta vez renuncia al tesoro que ha encontrado y lo devuelve a la tierra. Finalmente será el tesoro el que lo buscará a él en un vertedero y la historia no acabará mal.

Un planteamiento interesante entre el thriller, el terror, el naturalismo lumpen y el realismo mágico. La historia tiene estructura y moraleja. Pero poner bien la cámara y encadenar oportunamente los planos y las escenas es más difícil de lo que parece.