sábado, 27 de febrero de 2016

El botón de nácar

de Patricio Guzmán. Chile, 2015. 82’.
27 de febrero de 2016. Teatro Filarmónica, II Semana del Audiovisual Contemporáneo de Oviedo.

Un botón de nácar fue el precio que pagó en 1830 un marino inglés por desarraigar a un indígena yagán de los canales de la Patagonia chilena. Y un botón de nácar adherido a un raíl de hierro es lo único que el juez Juan Guzmán pudo encontrar de uno de los desaparecidos chilenos que durante la dictadura fueron arrojados al mar. Pero el agua tiene memoria y guarda recuerdos de todas las infamias.

En Atacama, ese norte chileno que linda con el cielo, comienza El botón de nácar. Justamente donde Patricio Guzmán nos mostró con su Nostalgia de la luz que los afanes de los astrónomos que allí indagan en el polvo de las estrellas tienen mucho que ver con los de quienes se empeñan en rescatar la memoria de los desaparecidos entre el polvo del desierto más árido del mundo. La voz poética del propio Patricio Guzmán nos acompaña de nuevo para mostrarnos que en su país el agua es metáfora perfecta de la memoria histórica. La memoria de aquellos pueblos australes que vivían en las islas patagónicas y fueron exterminados en nombre de Chile. O la de aquellos desaparecidos que un siglo después otros quisieron condenar al olvido en el fondo del océano. A la emoción del relato de Patricio Guzmán y de los testimonios que lo acompañan se une la belleza de unas imágenes tan singulares como los primerísimos planos del cuarzo milenario que alberga una gota de agua, las perspectivas cenitales del mapa y del territorio, el examen forense de ese raíl colonizado por el mar, los paisajes subyugantes de los archipiélagos más australes y hermosos del mundo o hasta las vistas posibles de esos otros mundos de agua que buscan los astrónomos desde Atacama y guardan la memoria de los indígenas patagónicos. Nostalgia de la luz y El botón de nácar, un díptico imprescindible sobre el espacio y el tiempo chileno alcanzando la trascendencia. La del cine de Patricio Guzmán.

jueves, 25 de febrero de 2016

El color de la granada

de Sergei Parajanov. URSS, 1968. 79.
25 de febrero de 2016. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Sayat Nova es el nombre de un poeta armenio del siglo XVIII. Y el título original de esta extraordinaria película formada por una serie de bellos planos fijos que muestran cautivadoras escenas que hoy parecen performances. La película está llena de referencias simbólicas sobre los trabajos y los días de un poeta al que se presenta a medio camino entre el ascetismo religioso y las temáticas propias de un trovador antiguo.

Una hora y cuarto mirando hechizado una pantalla en la que no entiendo mucho de lo que veo. Ni falta que me hace. El color de la granada me recuerda la fascinación con que vi Un perro andaluz antes de saber nada sobre su simbolismo. Ni falta que me hacía. Así que Sergei Parajanov se me antoja una especie de Buñuel (aún) más religioso que maneja admirablemente el encuadre, el movimiento y el color. El tiempo de cada escena está perfectamente medido. Como la composición de esas imágenes coreográficas filmadas en escenarios monacales y rurales de singular belleza. Es una delicia que no le dirá nada a algunos, pero que deja sin habla a quien acepta que en el cine no siempre se ha de contar una historia. El Centro Niemeyer es uno de los pocos lugares en que se puede ver en España esta joya recién restaurada que ha sido liberada de las alteraciones que en su momento le impuso la ortodoxia soviética. Todo un lujo que se disfruta mucho más con las magníficas condiciones de proyección que caracterizan a esta sala.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Melchor Rodríguez, el ángel rojo

de Alfonso Domingo. España, 2013. 83’.
24 de febrero de 2016. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas.


Desde su cargo de director general de prisiones cuidó de los presos e impidió muchas "sacas" en el Madrid asediado de la Guerra Civil. Eran los tiempos de Paracuellos pero se enfrentó a los suyos para proteger la vida de sus adversarios. Fue un anarquista, un hombre honesto que debería ser reconocido como un héroe nacional. Pero tras la guerra el franquismo lo condenó al presidio. Y a un olvido del que este documental lo quiere rescatar.

"Se puede morir por las ideas, pero nunca matar por ellas". La frase es de Melchor Rodríguez, un hombre bueno que lo demostró en las peores circunstancias. Con imágenes de archivo y testimonios de familiares y personas que lo conocieron, este documental reivindica una figura histórica que nos recuerda, una vez más, lo mucho que este país sigue ignorando de su pasado. Un país en el que sigue habiendo calles dedicadas a canallas como el general Yagüe y en el que muy pocos han oído hablar de Melchor Rodríguez.

martes, 23 de febrero de 2016

El hijo de Saúl

de László Nemes. Hungría, 2015. 107.
23 de febrero de 2016. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Auschwitz. 1944. Un hombre en un sonderkommando. Es Saúl, un judío húngaro que trabaja entre la cámara de gas y el crematorio. Lo seguimos durante dos días en esa fábrica de la muerte. Un tiempo en el que todo su afán es intentar dar sepultura al cadáver de un chico.

No quise verla en el festival de Gijón porque temía que la película no fuera digna del tema. Pero las buenas críticas que ha recibido y que hasta Claude Lanzmann la haya alabado me han hecho esperar con mucho interés esta oportunidad de verla en la Casa de la Cultura. Y desde su primer plano encuentro que El hijo de Saúl son palabras mayores. En la historia del cine y en el cine sobre la historia. La cámara nos coloca a una cercanía máxima del protagonista ofreciéndonos una profundidad de campo mínima. La única posible para aproximarnos a la experiencia de un ser humano obligado a deambular entre el horror. Las imágenes borrosas y los sonidos terribles nos sitúan en medio de la realidad, más que dantesca, de la organización industrial de la muerte. Y asistimos a ella desde la perspectiva del proletariado más extremo que quepa imaginar. Desde ahí es desde donde Lázló Nemes nos hace partícipes de la voluntad de redención de un hombre que busca dar sentido a su vida entre los muertos intentando dignificar al que podría haber sido su hijo. Casi en fuera de campo queda el intento de rebelión de ese sonderkommando cuya resistencia contrasta con la pasividad, cuando no la colaboración, que los organizadores de aquel exterminio industrial encontraron en los líderes de las comunidades judías. László Nemes nos ha llevado a los infiernos para que acompañemos el gesto agónico y poético de un hombre (si esto es un hombre) en medio de una pesadilla que resultaría obscena si fuera solo una ficción.

viernes, 19 de febrero de 2016

¡Ave, César!

de Joel y Ethan Coen. EE.UU., 2016. 106. 
19 de febrero de 2016. Cines Van Dyck, Salamanca.

En unos grandes estudios del Hollywood de los años cincuenta un productor lidia con los problemas de hacer varias películas a la vez. En una le endosan a un actor que era bueno como acróbata en películas del Oeste pero que no sabe hablar en las de amor. En otra con muchos bailes acuáticos la guapa actriz es de lo más tosco fuera del plató. Y en una sobre Jesucristo una célula comunista secuestra al actor principal.

Solo por ver a George Clooney vestido de romano y secuestrado por unos tipos liderados por un profesor llamado Marcuse ya merece la pena este divertimento de los hermanos Coen. Lo veo en los Van Dyck de Salamanca después de terminar las gratas sesiones del máster de Estudios Sociales de la Ciencia que imparto aquí en esta época del año desde hace ya ocho. A mi lado, unos señores mayores salen muy defraudados porque la película no les ha parecido tan hilarante como les habían dicho. Estoy de acuerdo. Y justamente por eso me gusta. Lo que podría haberse convertido en una comedia gruesa (las imágenes y las situaciones dan para ello) se queda en un juego irónico lleno de guiños sobre el cine americano de los cincuenta. La historia es menos importante que las situaciones concretas y entre ellas hay momentos tan deliciosos como el diálogo entre los ministros de las distintas iglesias o los de la célula comunista que secuestra al Clooney romano. Pero lo que más me gusta es la manera en que los Coen juegan con los dispositivos narrativos y los resortes interpretativos que caracterizaban a los géneros convencionales de aquel cine de los grandes estudios. Con unos actores que entran perfectamente en su juego nos regalan esta pequeña gamberrada que es medio burla y medio homenaje. Quien espere reírse mucho no encontrará motivos. Pero a mi, que me basta con la sonrisa cómplice, los hermanos Coen no me han defraudado.

martes, 9 de febrero de 2016

Carol

de Todd Haynes. EE.UU., 2015. 118. 
9 de enero de 2016. Cines Renoir Floridablanca, Barcelona. V.O.S.

En unos almacenes de Manhattan dos mujeres se conocen y enamoran en Navidad. Son Carol, una elegante dama que está a punto de separarse de su marido, y Therese, la chica que le vende un juquete para su hija. Las dos pasarán unos días juntas viajando lejos de la ciudad. Hasta que un hombre las graba en un motel y Carol regresa a Nueva York para no perder el derecho a ver a su hija en el pleito que tiene por su custodia. Tras la abrupta separación, las dos amantes tardarán algún tiempo en volver a verse.

La preferíamos en versión original, así que en el último día de esta escapada a Barcelona hemos aprovechado la primera sesión de la tarde para verla en los Renoir de Floridablanca. Y ha merecido la pena porque a la extraordinaria Cate Blanchet le faltaría algo de su magnética belleza si no oyeramos su voz en este impresionante papel. Rooney Mara le da una réplica perfecta en esta historia de amor tan delicadamente ambientada y tan bien encuadrada por la cámara de Todd Haynes. Aunque esta historia urbana e invernal tiene poco que ver con la estival y periférica Revolutionary Road, las dos comparten algo más que la elegancia y perfección con que retratan la vida americana en los años cincuenta. En ambas hay matrimonios que asfixian a las mujeres y a los que los hombres no saben sobrevivir. Las dos son retratos hermosísimos de huidas de las formas de vida establecidas en busca de una felicidad que solo parece posible fuera de ellas. Carol es el nombre del personaje por el que Cate Blanchet merece todos los premios. Y el de una cautivadora película que solo por el primer y el último encuentro entre esas dos mujeres enamoradas ya sería inolvidable.

lunes, 8 de febrero de 2016

Isla Bonita

de Fernando Colomo. España, 2015. 101.
8 de febrero de 2016. Cinema Maldá, Barcelona.

Fernando es invitado por su amigo Miguel Ángel a pasar unos días en Menorca. La excusa es filmar un documental sobre la isla y así ir superando el bache profesional de este maduro que se dedicaba a dirigir anuncios publicitarios. Allí conocerá a una escultora y a su hija. Con la hija tendrá muy buena sintonía. Y también querría tenerla con la madre. 

Fernando Colomo está estupendo en ese papel estival que se regala como director y guionista de una historia que tiene momentos deliciosos de naturalismo descuidado y encantador. También es muy agradable la forma en que se presenta la relación entre la escultora y su hija y la de ésta con sus novios. Así que confirmo la buena impresión que me habían transmitido de esta película que me perdí hace unas semanas en el Valey. Esta noche he podido disfrutarla en este Cinema Maldá que ya ha cumplido setenta años y que ofrece una magnífica programación de sesión continua en versión original. Como la de los flamantes Balmes Multicines que ayer conocimos y que, inaugurados hace poco más de un año, dedican sus doce salas a proyectar en versión original. Son muchos los motivos por los que uno quiere y envidia tanto a esta ciudad. Y el cine no es el último de ellos.

Informe general II. El nuevo rapto de Europa

de Pere Portabella. España, 2016. 126.
8 de febrero de 2016. Cines Verdi, Barcelona.

Un encuentro sobre activismo social en el Reina Sofía. Varios diálogos sobre el papel actual de los museos. Escenas del 15M y de las acciones que le sucedieron. Conversaciones sobre el proceso catalán entre 2010 y 2015. Reflexiones sobre estrategia política en una reunión de los líderes de Podemos. Científicos hablando sobre la ciencia en España y sobre el agotamiento de un modelo económico insostenible. E imágenes de los movimientos sociales en las plazas y en las calles. Es el nuevo Informe general de Portabella.

Cuatro décadas despues de su primer Informe general sobre algunas cuestiones de interés para una proyección pública Pere Portabella vuelve a levantar acta de un tiempo de cambios en este segundo Informe general que presentó hace dos meses en el Reina Sofía. Aunque no he visto el primero, en la manera de poner la cámara en medio de actores sociales que dialogan sobre el presente, este segundo informe me ha recordado el modo en que plasmó en 1974 en El sopar aquel singular diálogo clandestino entre varios militantes de izquierda con muchos años de cárcel. De este interesante Informe general me han llamado especialmente la atención dos cosas. La primera es que, a pesar del título y de la preeminencia en él del proceso catalán, el nuevo informe de Portabella sigue siendo un documento en clave española. La segunda es el papel que asigna a Podemos como actor central en la transformación histórica de la que esta película pretende ser testimonio. Su papel ahora sería similar al que tenía el Partido (así, sin adjetivo) en las postrimerías del franquismo. De hecho, encuentro similitudes (en la película y fuera de ella) entre el discurso hegemónico que se presuponía entonces para el PCE (o para el PSUC en Cataluña) y el que se pronostica ahora para Podemos (y sus confluencias). El tiempo dirá si se confirma o no la tesis de Portabella.

domingo, 7 de febrero de 2016

El camí més llarg per tornar a casa

de Sergi Pérez. España, 2014. 85.
7 de febrero de 2016. Cine Zumzeig, Barcelona. V.O.S.

Joel despierta y encuentra moribundo al perro de su mujer. Hace varios días que no come ni bebe, así que sale con él en brazos para llevarlo al veterinario y, con las prisas, olvida las llaves dentro. El día será tremendo para este hombre doliente que quiere volver a casa y huir de todo tras la muerte de su mujer.

En El último tango en París Bernardo Bertolucci hizo inolvidable el duelo de un hombre que había perdido a su mujer. Sergi Pérez nos deslumbra con el de este hombre desdichado durante esta jornada barcelonesa. El perro deshidratado y el imperioso deseo de volver a casa se convierten en metáfora de la situación de alguien que parece haberlo perdido todo. Igual que Bertolucci, Sergi Pérez nos oculta acertadamente todo lo anterior a ese día. No sabemos la causa de la muerte de ella, ni entendemos la relación que tenían, ni por qué él se resiste a hablar con su familia. A cambio nos ofrece la intensidad de esa jornada de dolor en la que el ansia por volver a casa parece resumir lo que el hombre espera del futuro. La historia es sencilla, pero está expresada tan magistralmente y con tanta calidad formal que uno se enfada con los que (¿por estar en catalán?) no han distribuido esta joya por todo el país. Por suerte, el Cine Zumzeig no defrauda y la exhibe en las mejores condiciones (incluido el corto previo) en esa magnífica sala que siempre tiene una programación excelente. 

Cola, Colita, Colassa (Oda a Barcelona)

de Ventura Pons. España, 2014. 70.
7 de febrero de 2016. Balmes Multicines V.O., Barcelona.

Colita invita a sus amigas a merendar. Maruja Torres, Pilar Aymerich, Beatriz de Moura, Núria Feliu, Rosa Regàs, Teresa Gimpera, Anna Maio, Rosa Sender y Marta Tatjer conversan animadamente con ella mientras se toman unos churros. Sin perder ni un segundo el tono alegre y divertido van repasando recuerdos y anécdotas. Desde las más recientes (como la renuncia de Colita al Premio Nacional de Fotografía por no saludar a Wert) hasta las evocaciones de lo que significó aquella gauche divine barcelonesa que tenía en Bocaccio su epicentro. 

Hace un par de meses vimos en el Conde Duque de Madrid, la estupenda exposición Colita, ¡Porque sí! y, además del magnífico repaso fotográfico sobre su obra, nos encantó verla hablando de sus fotografías y de sus amigos en el delicioso video que servía de presentación. Hoy alargamos la experiencia con este animado documental en el que estas mujeres, cómplices desde hace muchos años, se divierten pegando la hebra, en catalán y en castellano, en casa de la fotógrafa. El subtítulo no puede ser más acertado y, aunque en la pantalla solo las vemos a ellas y a las fotografías de Colita, con su cháchara vamos repasando lo que fue aquella Barcelona que otros quisieron gris y que entre el boom latinoamericano y aquella gauche divine consiguió hacerse magnética. Viendo las amigas que tiene y escuchando las palabras de Rosá María Sardá en el comentario final sobre su fotografía, está claro que Colita es una mujer estupenda. Y que Ventura Pons lo ha sabido captar en este delicioso documental.

sábado, 6 de febrero de 2016

No es mi tipo

de Lucas Belvaux. Francia, 2014. 111.
6 de febrero de 2016. Cines Verdi, Barcelona. V.O.S.

Un profesor de filosofía parisino es destinado por un año a Arrás, un lugar que alguien como él solo puede detestar. Por suerte, han organizado sus clases de modo que solo tenga que estar allí de lunes a miércoles. En ese tiempo conoce a una simpática peluquera cuya dulce banalidad no puede estar más lejos de su forma de ver la vida. Sin embargo, entre los dos surge una relación que ella entiende como un amor perfecto y él no sabe cómo interpretar.  

Una historia dulce propicia para esas situaciones curiosas que depara el contacto entre mundos inconmensurables. No es mi tipo es tan aparentemente trivial como la vida y la cultura de esa deliciosa peluquera que borda Émilie Dequenne en una interpretación más que notable. Pero con un guión impecablemente calculado, la película es también una fina burla de la burguesía cultural francesa, del elitismo y el clasismo que caracteriza esa distinción de la que habló Bourdieu. Vaya, yo también me estoy poniendo cultureta y parece que rescato el valor de la película incorporándola al mundo intelectual del profe de filosofía y no al intuitivo saber vivir de la peluquera. Pero no, creo que lo mejor de No es mi tipo es precisamente que es para (y desde) todos los públicos, que propicia encuentros entre miradas sobre la vida y la cultura (y también sobre el amor) que habitualmente no se cruzan. Siendo formalmente tan distinta, el diálogo que establece esta película con El marido de la peluquera de Patrice Leconte (y no solo en el final de las historias) es un aliciente más de esta estupenda historia que hasta en el título juega con el espectador.

viernes, 5 de febrero de 2016

El renacido

de Alejandro González Iñárritu. EE.UU., 2015. 156.
5 de febrero de 2016. Cines Parqueastur, Corvera.

El renacido es el guía de unos tramperos que han conseguido huir por el río Misuri del ataque de un grupo de indios. Tras sobrevivir solo y malherido al brutal encuentro con una osa, pondrá todo su empeño en vengarse del hombre que asesinó a su hijo.

El invierno salvaje y prístino según Iñárritu. En el río, en el bosque y en la montaña. Con toda su belleza y toda su crudeza. Y también con algunos toques metafísicos que emparentan a este hombre blanco con los pueblos originarios a través de las evocaciones de la esposa india también asesinada. Hay imágenes bellísimas, movimientos de cámara fascinantes y escenas tremendas en las que la vida humana queda a merced de animales que matan (la osa) o mueren (el caballo). Con una poética más dramática, El renacido recuerda por momentos a Derzu Usala, aquella magnífica película en la que otro guía septentrional también se enfrentaba al frío y a las adversidades. Pero, a diferencia de Kurosawa, Iñárritu no logra que su historia emocione y  tenga más interés que sus poderosas imágenes. En todo caso, El renacido quizá sirva para que Leonardo DiCaprio consiga por fin el Oscar que tanto merece.

jueves, 4 de febrero de 2016

En el sótano

de Ulrich Seidl. Austria, 2014. 81.
4 de febrero de 2016. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Una anciana que saca muñecos de cajas y los arrulla como a bebés. Un hombre que a veces canta y a veces dispara. Un tipo que se reúne con amigos para tocar la trompa entre recuerdos hitlerianos. Un matrimonio compuesto por un esclavo y una ama que lo domina. Un hombre que exhibe sus exóticos trofeos de caza. Una mujer masoquista que colabora con Cáritas y a la que un hombre azota...

Gente en sótanos. Austriacos. Como el de aquel monstruo que hizo de uno de ellos el único mundo para su familia infrahumana. Esa historia no desentonaría entre las de esta extraña e interesante película con la que Ulrich Seidl parece querer mostrarnos algunas oscuras soledades que, sean representativas o anecdóticas, quizá arrojen algo de luz sobre lo que le pasa a su país. La cámara hierática y los encuadres simétricos hacen más patéticos esos retazos de vidas que vemos en los espacios íntimos de unos sótanos. Allí parece habitar el ello y superyo de una sociedad desquiciada que de lejos mete miedo y de cerca repugna, mueve a risa o inspira compasión. En el sótano es cine pulcro, enigmático e inquietante. Como los sótanos austriacos.

miércoles, 3 de febrero de 2016

La religiosa

de Guillaume Nicloux. Francia, 2013. 100’.
3 de febrero de 2016. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.


El 1765 una joven francesa de dieciséis años es obligada por su familia a entrar en un convento. Pero ella no quiere. Una madre superiora comprensiva, otra castigadora y una tercera que está loca por ella le darán buenos motivos para huir.

Meterse monja (así, sin preposición). De eso va esta película sobre una joven que no quiere que le clausuren la vida. La entiendo perfectamente. Y comparto sus deseos de salir (ella del convento y yo del cine). Incluso antes de que Isabelle Huppert la agobie en ese papel histérico de superiora lesbiana.

martes, 2 de febrero de 2016

El cuento de los cuentos

de Matteo Garrone. Italia, 2015. 133.
2 de febrero de 2016. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Tres cuentos barrocos entreverados.  El de los jóvenes gemelos que fueron engendrados con el corazón de un monstruo marino en una reina y en una plebeya. El de la dulce princesa que fue entregada a un ogro temible por un rey que cuidaba a una inmensa pulga. El de las dos hermanas que enamoraron a un rey que no las sabía ancianas.

Matteo Garrone (el director de Gomorra y Reality) nos hechiza con estos magníficos cuentos entrelazados que nos llevan a esos mundos cortesanos habitados por princesas, ogros, animales fabulosos y reyes que solo podían existir en los castillos fascinantes de las historias imaginadas.  Sus sorprendentes personajes y sus hallazgos visuales hacen que este cuento de los cuentos con aires pasolinianos sea una delicia que nos atrapa durante dos horas. Y en la que seguiríamos encantados muchas más.