domingo, 30 de noviembre de 2014

Planeta Asperger

de María Barroso y Ricardo de Gracia. España, 2014. 85'.
30 de noviembre de 2014. Centro Niemeyer, Avilés.

Un acercamiento al síndrome de Asperger a través de cuatro personas que lo tienen. Hablan los psicólogos y los padres. Y también ellos. 

En la presentación, Ricardo de Gracia insistió en que ellos no son periodistas y que su película tampoco pretende aportar conocimiento científico. Si acaso un acercamiento a lo que les pasa a unas personas para las que la socialización es todo un desafío. Pero en el cine las mejores intenciones no garantizan el resultado. Así que este Planeta Asperger se queda lejos de la órbita de películas recientes sobre temas afines como María y yo de Félix Fernández de Castro o Gabrielle de Louise Archambault.

sábado, 29 de noviembre de 2014

Melbourne

de Nima Javidi. Irán, 2014. 91’.
29 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección oficial). V.O.S. 

Faltan ocho horas para que una pareja iraní coja un avión con destino a Melbourne, la ciudad en la que van a vivir en los próximos años. Están terminando de hacer las maletas y de recoger la casa. La canguro de unos vecinos les ha dejado un bebé mientras sale a hacer algo en la calle. Ellos siguen recogiendo y recibiendo a familiares y amigos. A pesar del ruido el bebé no se despierta.

Una magnífica historia relatada (casi) en tiempo real y (casi) en un único espacio. Como algunos han señalado, la tensión creciente que genera la cadena de mentiras conecta esta espléndida ópera prima de Nima Javidi con el mejor cine de Hitchcock o de Polanski. Y también con las impresionantes historias de su compatriota Asghar Farhadi (Peyman Moaadi, el protagonista masculino de esta película también lo era de Nadir y Simin, una separación y hace unos días estaba también en la extraordinaria Tales de Rakhshan Bani-Etemad, quizá la mejor película de las que he visto en este festival). Como hace Farhadi, Javidi plantea su historia como una serie de dilemas a los que han de enfrentarse sus personajes. Los de Farhadi son de notable calado ético, los de Javidi están condicionados por la velocidad con que sus personajes han de optar entre diversos males. Los dos directores iraníes son ajedrecistas de las encrucijadas vitales y manejan como nadie la capacidad para hacernos sentir muy cerca de sus personajes. El tiempo y el orden de las decisiones es crucial en las historias de estos dos magníficos directores. Farhadi nos hace partícipes de partidas muy complejas, mientras que en esta película Javidi nos muestra una muy rápida. Los desenlaces son perfectos para el espectador, pero sutilmente dolorosos para unos personajes que quedan a solas con su conciencia y con ese tipo de culpa que es más intensa precisamente por la inocencia inicial de quien la sufre. Veo esta magnífica película cuando ya conozco el palmarés. Y me alegro de confirmar que los premios al mejor director y al mejor guión que ha recibido Melbourne son bien merecidos.  Premiar a Titli como la mejor película del festival tampoco me parece un desatino (ya lo dije en la reseña). Pero siento que Calvary se vaya sin nada y que Tales (que no estaba en la sección oficial) no haya tenido el aprecio del público. Y un error mayúsculo me parece que el cine francés (tan sobrerrepresentado en esta edición del festival) se lleve el premio de la crítica internacional  que para nada merece esa menos que menor Party girl. Por lo demás, entre las ventiuna películas que he podido ver este año, ha habido varias excelentes. Especialmente las de Brillante Mendoza, un descubrimiento que me confirma que, por fortuna, la calidad cinematográfica no depende solo del poderío de las productoras y distribuidoras de algunos países.

Manuscripts don't burn

de Mohammad Rasoulof. Irán, 2013. 125’.
29 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección: convergencias). V.O.S. 

Dos asesinos a sueldo huyen tras haber matado a alguien al amanecer. Luego tendrán más encargos. Tres escritores tienen copias manuscritas de unas memorias en las que uno de ellos describe el intento de asesinarlos en un autobús. La censura y los servicios de seguridad iraníes son el nexo que une el destino de estos escritores y el trabajo de aquellos asesinos. 

El tema de la censura y la represión de los intelectuales en Irán está en el centro de esta historia con estructura de thriller parsimonioso. Las escenas de los escritores censurados que no salen de casa me han recordado la situación que reflejaba Esto no es una película, el documental-alegato de Jafar Panahi. Sin embargo, Manuscripts dont'n burn (integrado en una interesante sección que estrena el festival en la que varios críticos seleccionan películas singulares) pierde intensidad como denuncia al presentarse como ficción elaborada. Los perfiles de los torturadores están bien construidos. También los de los escritores perseguidos. Sin embargo, ese cierre que retoma la primera escena no parece que aporte mucho a una película cuyos titulos de crédito no incluyen los nombres de los actores y los técnicos para evitarles problemas. Que se señale expresamente (en el caso de los actores es obvio que no les protegería) me parece innecesario.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Mr. Turner

de Mike Leigh. Reino Unido, 2014. 149’.
28 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección: gran angular). V.O.S. 

La madurez y vejez del pintor de los amaneceres y crepúsculos. La relación con su padre, con su criada, con Mrs. Booth, el amor de sus últimos años. Su trabajo en el estudio. Su vida social en los círculos artísticos londinenses. Y su búsqueda de la belleza en la violencia de la luz y la tempestad.

"Sun is God". Son sus últimas palabras antes de morir y también podrían ser el título de esta película que se abre con un hermosísimo plano que nos muestra a lo lejos al pintor intentando capturarlos. La película no puede ser más coherente con la pintura de Turner. En su cuidada fotografía, en sus colores cálidos, en sus encuadres magníficos. A diferencia de otras películas sobre pintores hay equilibrio en la manera en que se refleja el carácter y la obra del artista. Timothy Spall está soberbio encarnando a este personaje bronco y tierno a la vez, que gruñe más que habla, que se ata al mástil de un barco para sentir la tormenta y saber llevarla al lienzo. Los diálogos son sutiles y atractivos. Las imágenes siempre bellísimas. Mike Leigh es un maestro en el arte de transmitir emociones a partir de personajes humildes (inolvidable su All or nothing, también con Timothy Spall). Y demuestra serlo también al acercarse a ese artista grandioso que tanta impresión me causó la primera vez que vi sus tempestades en la Tate. Ese pintor para el que el Sol era Dios.

Cautiva

de Brillante Mendoza. Filipinas, 2012. 120’.
28 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección: Brillante Mendoza). V.O.S. 

El 2001 más de cuarenta personas son secuestradas por el grupo yihadista de Abu Sayyaf que pretende la independencia de Mindanao. Algunos de ellos pasarán más de un año retenidos en la jungla. Entre ellos Therese Bourgoine, una cooperante francesa que trabajaba en Palawan, la isla en que comenzó el secuestro

Cautiva es apta para el público de las películas de acción y de guerra. Brillante Mendoza ha contado para hacerla con unos medios de producción muy superiores a los de otros trabajos. El resultado podría acercarle al público de los productos habituales de los grandes estudios. Pero no por ello traiciona sus maneras naturalistas e intencionadas. Aunque aquí no sea alguien humilde y local, la historia también se cuenta desde el punto de vista de uno de los personajes (la cooperante francesa que interpreta Isabelle Huppert) que, no obstante, resulta menos cautivador que las abuelas de Lola, el joven de Kinatay o la madre de Foster Child. Cautiva es menos exigente para el público. En ella no hay ese ruido urbano que se hace tan presente en algunas de las películas del director filipino (en Serbis, por ejemplo). Pero mantiene esa forma de mover la cámara siempre atenta a lo que pasa. En el coloquio Mendoza señaló que, a pesar de contar con más medios y más personal, se planteó la dirección de Cautiva de forma similar a la de otros trabajos. También comentó que intenta hacer una sola toma y que busca que los actores entren en lo que está pasando en cada momento del relato (en el coloquio que siguió a la proyección de Lola dijo que solo conocen lo que corresponde a cada parte del rodaje). Así, más que interpretarla con un guión milimetrado, pretende que sus actores sientan que están viviendo esos relatos para que sea la cámara la que recoja lo que está pasando. Magnífico cine el de Brillante Mendoza y excelente iniciativa la de dedicarle una sección especial en esta edición del festival. Esperemos que, como sucede este año con Sang-soo, veamos sus próximas películas participando en la sección oficial en los próximos años.

Hill of freedom

de Hong Sang-soo. Corea del Sur, 2014. 67’.
28 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección oficial). V.O.S. 

Kwon recibe un sobre con muchas cartas. Son de Mori, el amigo japonés que ha ido a visitarla y no la ha encontrado. Se le caen en una escalera y, quizá desordenadamente, las va leyendo. Mori se ha alojado cerca de su casa. A veces ha estado en La colina de la libertad, el café con cuya dueña ha intimado. Al final Kwon vuelve y lo encuentra la víspera de que él regrese a Japón. O no. Quizá él solo lo ha soñado.

Imágenes que relatan y relatos que se imaginan. Diálogos perpendiculares con mesa (y comida) por medio. Calles estrechas con cuestas y encrucijadas. Alguna escena que acaba en gritos o con algún personaje mareado. Conversaciones extrañamente sinceras con finales imprevistos. También hay botellas verdes y paragüas. Reencuadres inesperados que a veces sorprenden y otras ironizan. Y un piano suave que apenas subraya. Marcas de la casa del cine de Hong Sang-soo, ese Rohmer naif que no ganará nada en este festival pero que hoy no me ha defraudado.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Lola

de Brillante Mendoza. Filipinas, 2009. 110’.
27 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección: Brillante Mendoza). V.O.S. 

Lola es abuela en tagalo. Y esta es la historia de dos. La que acaba de perder a su nieto y la que tiene el suyo en la cárcel por haberlo asesinado. Las dos abuelas deambulan bajo la lluvia buscando ayuda en Manila. Una para enterrar a su nieto. La otra para liberarlo.

Otra vez el hiperrealismo tosco de la cámara de Brillante Mendoza nos lleva por las calles (y canales) de Manila siguiendo un momento crucial en la vida de unos personajes humildes. Y otra vez es femenina la inmensa dignidad que muestran. En la luminosa Foster child seguíamos a una madre que protagonizaba un bellísimo canto a la vida con abrupto final anunciado. En esta película gris hay un drama pretérito cuyas consecuencias quisieran remediar estas nobles ancianas unidas dramáticamente por sus nietos. La torpeza de sus movimientos, la dureza de su vida cotidiana en esa áspera ciudad es constatada por la cámara atenta de Mendoza. En el coloquio nos comentó que la permanente lluvia quería ser metáfora de la dificultad con que se enfrentan a su entorno estas damas de la edad tardía. También nos habló de las enormes actrices que dan vida a esos dos impresionantes personajes inspirados en sendos casos reales. Una nueva lección del buen cine de un director capaz de demostrar que lugares tan modestos como Filipinas pueden ser tema y origen de joyas cinematográficas que nada tienen que envidiar a las que (no siempre) producen industrias cinematográficas tan poderosas (¿y eficientes?) como la norteamericana o la francesa.

El cinco de Talleres

de Adrián Biniez. Uruguay, 2014. 100’.
27 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección oficial).

Patón y Ale forman una pareja perfecta. Él es impulsivo y tiene pocas luces pero también es muy noble y afable. Ella es muy maja e inteligente, además sabe llevarlo. La relación entre ellos es alegre y juguetona. Y no cambia en este momento duro en que él ha decidido colgar las botas y retirarse del modesto equipo de futbol en el que ha estado jugando.   

No cuenta nada y lo cuenta todo. Habla de la pareja, del (otro) fútbol, de la familia... y del vertigo del presente cuando se abre un futuro nuevo. Un guión que fluye en conversaciones que da gusto escuchar a cargo de actores que da gusto ver. Esteban Lamothe está impecable en el papel de este futbolista impetuoso e irascible que, sin embargo, se hace querer. Nada nuevo de un actor que bordó el personaje de aquel estudiante por el que Santiago Mitre consiguió el premio a la mejor película hace tres años en este festival. También lo habíamos visto en su fugaz pero poderosa intervención en Pensé que iba a haber fiesta, la estupenda película de Victoria Galardi. Julieta Zylberberg (hace pocas semanas la vimos hacer de camarera en el segundo de los Relatos salvajes de Damián Szifrón) está también espléndida en esta película en la que interpreta la mejor parte de esta deliciosa pareja. El cinco de talleres es una historia sencilla de ese magnífico cine en el que no pasa nada mientras está pasando todo.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Kinatay

de Brillante Mendoza. Filipinas, 2009. 100’.
26 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección: Brillante Mendoza). V.O.S. 

Peping y su novia se casan una mañana. Ya tienen un niño de pocos meses y también muchas ilusiones sobre el futuro. Tras la comida familiar Peping va a clase de criminología en la academia en la que se está preparando para ser policia. Luego un amigo le invita a participar en la operación que su jefes van a hacer esa noche. Sin saber de qué se trata sube con él en una furgoneta en la que van varios policias. El encargo es recoger a una prostituta que tiene deudas con el jefe y llevarla a una casa en las afueras de Manila. Allí la asesinarán y descuartizarán. Peping asiste a todo eso hasta el amanecer.

"La integridad solo se pierde una vez". Es el lema que Peping lleva en el uniforme de la academia de policia. Y toda una síntesis de este relato de iniciación con el que Brillante Mendoza nos hace partícipes de una jornada escalofriante en la vida de ese joven. Desde la mañana luminosa de la boda hasta la madrugada terrible en que Peping perderá toda posible inocencia. Es uno de los descensos a los infiernos más duros que yo haya visto en el cine. Y no por su truculencia (que la tiene), sino porque la cámara de Brillante Mendoza nos hace presenciar al lado del protagonista las circunstancias reales en que se forjan los canallas. Sufrimos con él en esa furgoneta en la que los silencios auguran un destino que se intuye terrible. Asistimos en esa casa a un crimen que resulta más desolador porque no se muestra de manera efectista, sino que se entrevé de forma hiperrealista a través de la mirada de este aprendiz espantado que se sabe iniciando un camino sin retorno. En Kinatay Mendoza podría compartir con Haneke la dureza de lo que propone en la pantalla. Pero al filipino no cabe reprocharle la gratuidad nihilista de la violencia que caracteriza a algunas películas del austriaco. Mendoza hace gran cine (aparentemente tosco y solo para paladares curtidos) desde el primer plano hasta el último llevándonos a conocer otra de las realidades de su país. Y de tantos otros del mundo en los que la diferencia entre los policias y los malvados, entre la inociencia y la barbarie, se anula cada noche. Es otra joya de un director magnífico al que el festival ha tenido el acierto de dedicar una sección especial. Hoy ha llegado a Gijón. Así que ha sido un gusto poder aplaudirle esta noche cuando ha presentado esta excelente y cruda película.

Titli

de Kanu Behl. India, 2014. 124’.
26 de noviembre de 2014. Teatro Jovellanos, 52º Festival de Cine de Gijón (sección oficial). V.O.S. 

Titli es el menor de tres hermanos que se dedican a robar coches en asaltos muy violentos. Él quiere escapar de su familia y tener una vida normal. Pero sus hermanos y su padre le obligan a casarse con una joven que mantiene relaciones con otro hombre. Un pacto entre los dos podría alejarles de todo eso.

Una película bien construida que combina un thriller sobre una familia de depredadores en Delhi con una historia sentimental en la que una pareja va modulando su contrato. Son dos horas que se hacen cortas en una película bien escrita, bien dirigida y bien interpretada. Nada me extrañaría que estuviera entre las premiadas.

martes, 25 de noviembre de 2014

Serbis

de Brillante Mendoza. Filipinas, 2008. 93’.
25 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección: Brillante Mendoza). V.O.S. 

Una familia vive en (y de) un desvencijado cine de Manila que exhibe películas eróticas. Las rutinas y preocupaciones familiares se cruzan en escaleras y pasillos con los encuentros sexuales de quienes frecuentan la sala.

Family es el nombre de ese cine ruinoso por cuyos agujeros se cuelan cabras y ladrones en escenas surrealistas. Y también un intenso ruido urbano que nos agrede durante toda la película. Quizá para que relativicemos el otro daño. El de esas imágenes naturalistas de un microcosmos humano que podría ser metáfora de muchas decadencias: las de la familia, las de la sociedad filipina y hasta la del cine. La cámara de Mendoza no quiere denunciar ni juzgar. Solo muestra y señala. Pero no me emociona como en Foster child. En Serbis más bien me incomoda.

Party girl

de Marie Amachoukeli-Barsacq, Claire Burger y Samuel Theis. Francia., 2014. 95’.
25 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección oficial). V.O.S. 

A Angélique le gusta la vida nocturna. Está en edad de jubilarse pero sigue yendo al cabaret en el que anima a los hombres a beber. Uno de ellos le propone casarse. Ella acepta y juntos preparan la boda.

Los encuentros de Angélique con sus hijos y el desencuentro con Michel tras la boda componen una historia que se inspira en la de la madre de uno de los directores. De hecho, es ella misma y sus hijos quienes interpretan a esos personajes. Y son precisamente las interpretaciones el mayor mérito de la película. Porque para reflejar las dudas y las cuitas (sentimentales y sexuales) de una mujer madura esta Party Girl francesa se queda a años luz de aquella Gloria chilena que dirigió Sebastián Lelio hace dos años.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Foster Child

de Brillante Mendoza. Filipinas, 2007. 98’.
24 de noviembre de 2014. Cines Centro, 52º Festival de Cine de Gijón (sección: Brillante Mendoza). V.O.S. 

John-John es un niño de tres años que vive en un barrio pobre de Manila. Su madre actual es Thelma, una mujer estupenda que cuida de los niños abandonados que una fundación pone a su cargo antes de que sean adoptados. Vemos los últimos días de John-John en ese entorno pobre. Y también su entrega a una familia americana en un lujoso hotel de Manila.

Una película extraordinaria. Esa es la impresión con que salgo de ver esta joya de Brillante Mendoza, el director filipino al que el festival dedica una sección especial este año. Tras el plano inicial de los rascacielos de Manila, la cámara baja y me muestra en primer plano un entorno de chabolas. Luego me lleva a descubrir la vida que albergan. A conocer algunas de las personas que allí viven. Siento que todo lo que veo sucede en tiempo real y es una historia verdadera. Disfruto contemplando escenas prodigiosas como la del baño de John-John, sus deliciosas meadas en cualquier parte, la forma en que el hijo adolescente de Thelma prepara la comida y demuestra que ha heredado la calidad humana de su madre. Luego salimos juntos de ese entorno humilde y nos vamos al hospicio del que Thelma recibirá dos nuevos niños después de entregar a John-John. Allí veo a más niños y a ella acariciando al más pequeño y desvalido. De camino al hotel Thelma nos da otra lección de dignidad y solidaridad cuando un pobre se acerca al taxi y le pide limosna. Ya de noche nos encontramos con la familia americana y dejamos a John-John. A la salida acompañamos el llanto desconsolado de Thelma. La cámara de Brillante Mendoza es perfecta. Nos pone al lado de esos seres que uno quisiera no dejar nunca. Pero también se queda quieta cuando debe: lejos y sin importunar a la madre que se despide del niño, haciéndonos ver desde abajo cómo ella y su hijo adolescente suben esa escalera final que parece una metáfora. Ya digo, hoy he visto una película extraordinaria.