sábado, 20 de junio de 2015

Lejos del mundanal ruido

de Thomas Vinterberg. Reino Unido, 2015. 119’.
20 de junio de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

Bathsheba Everdene hereda una importante explotación agraria que cambia su vida. Ella era una joven humilde a la que un pastor había pedido que se casara con él. Pero ahora podrá elegir entre otros dos hombres que la rondan: un vecino adinerado que la ama sin remedio y un militar galante y canalla que conseguirá casarse con ella. Pero el pastor seguirá estando cerca para ayudarla. Y no solo con la granja.

La novela de Thomas Hardy llevada al cine por el director de La caza con una ambientación y una fotografía impecables y unos actores de lujo. Sobre todo la estupenda Carey Mulligan a la que da gusto ver en este personaje deliciosamente fuerte. Y también Matthias Schoenaerts que borda otra vez un papel noble y protector como el de aquella bestia dulce que redimía a la sirena amputada en De óxido y hueso de Jacques Audiard. Las escenas de las  faenas en la granja me han recordado a las del Novecento de Bertolucci, un aliciente más para ver esta película. Lejos del mundanal ruido es una prueba de que las historias clásicas pueden ser muy interesantes en el cine (o en el teatro) si el director sabe lo que hace y los intérpretes son tan buenos como estos.

jueves, 18 de junio de 2015

Viaje a Sils Maria

de Olivier Assayas. Francia, 2014. 124’.
18 de junio de 2015. Cines Ocimax, Gijón.

Una actriz famosa de mediana edad va a Zurich a recoger el premio que le han concedido al autor con el que interpretó su primer gran personaje. De camino conoce la noticia de su muerte y el homenaje se convierte en despedida. En esos días un prestigioso director de teatro le ofrece volver a interpretar aquella obra, pero ahora no en el papel de la joven Sigrid, sino en el de la madura Helena. Es una historia de amor, dominación y abandono que la perturbará de nuevo. Y que afectará a su relación con su joven ayudante.

Aunque el doblaje y la banda sonora estorban bastante, ver a Juliette Binoche y contemplar paisajes de los Alpes suizos es lo mejor de esta película. Por lo demás, la historia tiene los mimbres para componer otro interesante acercamiento a la relación entre el autor, el intérprete y el personaje. Eso que, por ejemplo, hacía tan interesante aquel encuentro entre dos actores en la isla de Ré en la estupenda Moliere en bicicleta de Philippe Le Guay. Sin embargo, este Viaje a Sils Maria merece menos la pena. Los paralelismos entre realidad y ficción son más obvios y se exploran con menos sutileza. Uno entiende perfectamente que Juliette Binoche se haya sentido atraída por esta historia. Pero, igual que le sucede a su personaje, quizá no le compense estar en ella.

martes, 16 de junio de 2015

Hablar

de Joaquín Oristrell. España, 2015. 75’.
16 de junio de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

Veinte historias en un plano secuencia de setenta y cinco minutos. Desde la boca de metro de Lavapiés hasta la del escenario de la Sala Mirador. La cámara salta de unos personajes a otros mientras baja por esas calles en una noche de agosto. Las historias se van cruzando. Como las palabras de la gente que habla.

Hablar comparte mucho con otras dos estupendas películas que han tenido distinta suerte. Con Birdman de Alejandro González Iñárritu comparte la evidente voluntad de transitar las fronteras entre el cine y el teatro. Con El triste olor de la carne de Cristobal Arteaga Rozas comparte cierto compromiso con la realidad española actual. Las tres son magníficos ejemplos de lo que se puede llegar a hacer con una cámara que no deja de grabar. Una de las historias de esta película ha sido la base de Lo que no te digo, una obra de teatro que he visto hace poco en la Sala Mirador. Es uno más de los fragmentos de vidas a las que asistimos durante este paseo nocturno. Como cuando escuchamos esos trozos de conversaciones que hacen que imaginemos grandes historias sin darnos cuenta de que la mejor es la que estamos viviendo mientras contemplamos esos fragmentos de vidas. Por eso ver Hablar es tan grato, porque la protagonizan las palabras que se escuchan en la calle. Y precisamente en esas calles que tanto me gustan de Madrid. Esas que unen el cine y el teatro. Como las deliciosas palabras de una película que algunos tildarán de muy teatralizada y otros de muy comprometida. Pero es que a mi no me molesta el compromiso y me gusta mucho el teatro. Y también las calles de Madrid. Y el buen hacer de esos estupendos actores a los que da gusto escuchar hablar. En el cine y en el teatro.

Conducta

de Ernesto Daranas. Cuba, 2014. 108’.
16 de junio de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

Chala cuida de palomas y perros de pelea en una azotea. Y también de su madre, una joven toxicómana que no sabe quién es realmente el padre. En la escuela Chala es feliz con Yeni, la niña brillante de su clase que sufre el estigma de los que huyen de la pobreza del oriente de la isla y son llamados palestinos en La Habana. A los dos los protege Carmela, una vieja maestra que se enfrenta a la burocracia escolar ocultando que Yeni no está censada y oponiéndose a que internen a Chala a un centro de conducta.

Hoy empieza todo en La Habana. Tavernier debería estar celoso de Daranas. Claro que el cubano juega con la ventaja de poder filmar este magnífico poema pedagógico en esa ciudad tan cautivadoramente hermosa que hasta las grietas transpiran vida y belleza. Los perfiles de los personajes podrán ser esquemáticos, quizá los actores y actrices se pasen de guapos y hasta es posible que, como dicen algunos críticos, la historia tenga algo de melodrama clásico. Pero me da igual. Conducta es una película magnífica que me ha emocionado en conjunto y por partes. El domingo mi paisano (por avilesino y por compartir ancestros en esas tierras de frontera entre el norte y el sur) José Luis García Martín también hablaba maravillas de esta película en El Comercio (y en ese estupendo blog suyo que se llama Café Arcadia). Decía que se la había recomendado a sus amigos, aunque sabía que no irían a verla. Yo se la recomendaría más bien a mis enemigos, que tampoco irán a verla. Vale, a mis adversarios pedagógicos. A esos a los que también les haría leer una y otra vez el libro de Pennac hasta que entendieran en qué consiste el Mal de escuela. Según él los buenos profesores jamás sueltan su presa. Y la presa es el alumno que no sabe, el que no quiere, el que no sabe qué quiere y el que no sabe que quiere. Para Carmela ese alumno es Chala. Y lo defiende frente a la burocracia escolar que forman esos malos profesores para los que no soltar la presa es no dejar esta profesión aunque la desprecien cada día de palabra, obra y omisión. Carmela me parece tan digna diciendo lo que piensa en la reunión en que la quieren jubilar (allí ella se niega, aquí ellos cuentan los días que les faltan) que viéndola pienso en las CCPs de tantos centros. En esas llamadas Comisiones de Coordinación Pedagógica en las que muchos secuestran hasta el significado de las palabras. Los que nunca verán esta película ni entenderán a Pennac utilizan esos espacios como una herramienta más para defender impunemente sus intereses. Si el lenguaje escolar no mintiera habría que llamarlas Comisiones de Corporativismo del Personal. Ese personal que, comparado con la Carmela de Daranas, merece un cero en conducta.

lunes, 15 de junio de 2015

Viagem a Portugal

de Sergio Trefaut. Portugal, 2011. 75’.
15 de junio de 2015. Teatro Filarmónica, Oviedo. V.O.S.

María viene desde Ucrania hasta Faro para encontrarse con su marido que vive en Lisboa. Pero no consigue salir del aeropuerto. Allí pasa dos días retenida porque la policia entiende que una ucraniana y un senegalés no son como cualquier otro matrimonio en una frontera.

En blanco y negro. La película, los personajes y la ambientación. Escenarios de desangelada blancura en los que unos funcionarios de corazones muy negros impiden el encuentro entre una mujer y un hombre que se aman sin importarles el color. Los planos son frontales, con reiteraciones y cortes en blanco que hacen más opresiva y fría esa tierra de nadie en la que la burocracia se hace fuerte. María de Medeiros casi parece ucraniana interpretando a ese personaje de digna hermosura que planta cara a los cancerberos de una Europa en cuyos límites parece estar prohibida la compasión. Y uno piensa en los infinitos dramas que motivarán esa diáspora que desde África y Oriente Medio intenta huir de la guerra y la miseria para encontrar la muerte en el Mediterráneo. O en Alí Ouattara, ese hombre que pasó varias semanas en una cárcel de Ceuta por querer que Adou, su hijo de ocho años, viviera con su mujer y con él. Pagar para que alguien intentara pasarlo ilegalmente (aunque fuera en una maleta) sería considerado un acto muy noble si el niño y el padre fueran judíos y la frontera fuera la de los Pirineos hace setenta años. Pero la maleta no es heroica cuando el niño y el padre son negros y pobres. Así que solo la presión de la gente más digna y la suerte de que la historia resultara mediática han permitido que Adou pueda estar ahora en Fuerteventura con sus padres. Pero no son solo burócratas lerdos y jueces injustos los que ejercen sin compasión de cancerberos de Europa. Precisamente en Fuerteventura, en el faro de La Entallada, pude presenciar una tarde de julio cómo unos turistas españoles, con una simple llamada de móvil, truncaban la esperanza de diecinueve inmigrantes que llegaban desde África en una patera. Aquellos turistas también eran aduaneros. Aduaneros sin fronteras.

domingo, 14 de junio de 2015

El cielo dividido

de Konrad Wolf. Alemania (RDA), 1964. 113’.
14 de junio de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Rita evoca el tiempo que pasó con Manfred. Ella estudiaba y trabajaba en una fábrica de ferrocarriles. Él era un químico brillante. Eran dos amantes que compartían afanes y proyectos en la Alemania del Este. Hasta que él decide trasladarse al Berlín occidental.

La composición de los encuadres y algunos movimientos de cámara son magníficos, pero el sentido de la historia se me escapa. Intuyo que refleja un momento singular en la historia alemana como fue el de los primeros años del muro de Berlín. También creo presenciar un retrato de la organización del trabajo en el socialismo real. Pero no entiendo muy bien si la película  pivota sobre esa historia de amor que no se me hace apasionante o sobre las cuitas de esos entornos profesionales cuyos problemas tampoco entiendo del todo. Algunas atmósferas y escenarios me hacen pensar que El cielo dividido podría tener algo que ver con El cielo sobre Berlín de Wim Wenders. O con Deseando amar de Wong Kar-Way. Una tesis así haría muy interesante el análisis de la película. Pero a falta de una presentación o de un coloquio se me escapan los motivos por los que se programa ahora (como en general me sucede con las películas de la RDA que están llegando al Niemeyer de la mano del Instituto Goethe). Siento que podría ser una película interesante dentro de un ciclo cinéfilo. Pero me faltan claves para entender de qué trataría.

viernes, 12 de junio de 2015

El árbol magnético

de Isabel de Ayguavives. España-Chile, 2013. 85.
12 de junio de 2015. Centro Niemeyer, XIV Certamen Nacional de Cortometrajes de Avilés.

Reencuentro de una familia chilena en casa de la abuela cerca de la cordillera. Ella también regresa. Y será la última vez porque vienen a llevarse los muebles para vender la casa. Serán dos días para compartir buenos momentos, para recordar el pasado y para sentir nostalgia del futuro.

¿Puede ser una ópera prima esta maravilla? Isabel de Ayguavives es española, pero su mirada es chilenísima (aunque esta familia es mucho más maja, el entorno y el protagonismo de la chica me ha recordado a El verano de los peces voladores de la chilena Marcela Said que estuvo en 2013 en el festival de Gijón). El árbol magnético está hecha de esos momentos cotidianos en los que está pasando todo mientras no pasa nada. La frase puede decirse de muchas buenas películas, pero en esta las relaciones entre los distintos personajes fluyen con una naturalidad que hace imposible no sentir lo que, según se nos dijo en la presentación, nos recomendaba la directora: verla como si fuéramos uno más de esa familia. Y así lo parece. Entendemos a cada uno de los personajes que allí se encuentran. Reconocemos como propios los momentos incidentales y las pequeñas cosas que les suceden porque están hechas con ese material sensible propio de la vida. Es cine naturalista del mejor. Ese que, mostrando unos instantes del presente, hace comprender la pervivencia del pasado en cada personaje y el temor a que el futuro no llegue a ser un bello presente continuo. Entre las buenísimas interpretaciones que contiene esta película me será inolvidable la de Manuela Martelli en el papel de esa joven que en cierto modo la protagoniza. Espero que se hable mucho de Isabel de Ayguavives y de El árbol magnético. Miradas como la suya merecen tener mucho futuro en el cine. Por lo demás, antes de ver esta magnífica película (su acertada selección prestigia al festival), se proyectaron los otros seis cortos finalistas de la sección oficial. Entre ellos me han gustado Prohibido arrojar cadáveres a la basura de Clara Bilbao (una irónica ficción sobre un futuro sin espacio para caerse muerto), Pase privado de Natxo López (una historia contada desde varios puntos de vista sobre la cita entre un proyeccionista y una chica de rojo en un cine vacío), Puño y metal de Victor Alonso (un documental en blanco y negro sobre un lugar barcelonés en el que el boxeo ayuda a la integración social) y Bikini (una divertidísima evocación del posible encuentro en El Pardo entre el alcalde de Benidorm y Franco). Así que ha sido otra tarde de llenazos en estos días de junio en los que el sol llega al patio de butacas de esta preciosa sala del Niemeyer antes de que las cortinas se cierren para hacernos disfrutar de buen cine. Mañana la gala de clausura y los premios serán en el Palacio Valdés. Como no habrá película no los comentaré en este blog, pero allí estaremos. Justo antes de disfrutar otra vez con Sé de un lugar, la estupenda obra de teatro que vimos el año pasado en La Cuarta Pared y que ahora llega al off del Niemeyer.

jueves, 11 de junio de 2015

Murieron por encima de sus posibilidades

de Isaki Lacuesta. España, 2014. 100.
11 de junio de 2015. Centro Niemeyer, XIV Certamen Nacional de Cortometrajes de Avilés.

Cinco tipos enloquecidos (literalmente: la crisis económica los llevó al manicomio) organizan un plan para secuestrar al presidente de un banco muy central y vengarse de lo que les/nos ha pasado.

Isaki Lacuesta ha organizado con un montón de actores muy conocidos (y muy buenos) esta gamberrada que parece más un desahogo que una película. Quien haya coqueteado con la idea de que la violencia sería muy útil con los más canallas del sistema financiero disfrutará mucho con esta historia que tiene momentos tan curiosos como ver a José María Pou haciendo de magnate bancario con las maneras del Marlon Brando de Apocalypse Now (el guiño de la escena en el agua podría extenderse también al título de la película de Coppola). Con esta proyección se cierra la segunda jornada de este XIV Certamen Nacional de Cortometrajes de Avilés que ayer estuvo dedicado a la sección de Asturias con trabajos tan interesantes como La comedia divina de Juan Caunedo (un hermosísimo poema visual que es toda una lección de excelente encuadre y montaje y de lo que se puede llegar a hacer con la música contemporánea y las imágenes de una ciudad tan especial como La Habana), Sinfonía de Galernas de Nadia Penellas (otra pequeña joya filmada en días de temporal nuestras costas) o Malas vibraciones (una historia curiosa y divertida sobre los celos de un hombre que descubre que su mujer tiene un vibrador). Hoy la jornada empezó en la mañana con la excelente iniciativa Palabra de Corto que llevó al auditorio del Niemeyer los diez cortos finalistas de la sección Aulas Móvil (cuatro son de mi centro) que se proyectaron para varios cientos de alumnos (nosotros llevabamos a todos los de 4º de ESO). Antes de los cortos se proyectó A cambio de nada y el propio Daniel Guzman vino a Avilés para un animadísimo coloquio con los adolescentes que disfrutaron mucho con su película y con este estupendo encuentro matinal. Entre los cortos de la sección Aulas móvil, me quedo con el que presentaron mis alumnos: Adelante, de Gianni Sánchez Napolano (tan edificante en el tema como elegante en su sencillez). En la tarde se proyectaron seis cortos finalistas de la sección oficial entre los que me han gustado Si tuvieran ojos de Polo Menárgues (una historia que habla de las relaciones de pareja a través de la metáfora de unas puertas que no pueden abrirse), Soy tan feliz de Juan Gautier (una historia familiar sobre una joven dañada que podría dar para un largo al estilo de La herida de Fernando Franco) y Zarautzen erosi zuen (una sencilla historia sobre lo mal que lo puede pasar una mujer tímida que no olvida que otra le ha robado una camisa en su tienda). Va muy bien, por tanto, este festival de cortos que tiene un ambiente animadísimo y que está abarrotando la sala de cine del Niemeyer en todas las proyecciones.

martes, 9 de junio de 2015

Bicicletas vs coches

de Fredrik Gertten. Suecia, 2015. 90’.
9 de junio de 2015. Centro de Cultura Antiguo Instituto, Gijón. V.O.S.

Los Ángeles, São Paulo, Bogotá, Copenhague o Berlín. En ciudades como esas se libra, con distinta suerte, la batalla entre bicicletas y coches para definir el futuro de lo urbano. Datos, testimonios e imágenes ponen de manifiesto lo desigual del conflicto entre la cultura atrincherada del automóvil y el activismo emancipador de la bicicleta.

Ivan Illich estaría encantado. Aunque no se le cita, algunos de sus cálculos y argumentos aparecen en este interesante documental sobre el presente y el futuro de las ciudades. Y sobre el papel que en (lo peor de) su desarrollo ha tenido la cultura del automóvil. El desmantelamiento del transporte público en Estados Unidos, la curiosa mirada hacia los ciclistas que tiene un taxista de Copenhague o la forma en que el gobierno alemán manipula los criterios de las etiquetas energéticas al dictado de su industria automovilística son algunos momentos especialmente interesantes de un documental que está lleno de ellos. También lo son esas imágenes de São Paulo en las que vemos desaparecer estacionamientos de coches para dejar espacio al carril de las bicis. Cosas como esas las comentaba hace poco con mis alumnos en la asignatura de Proyecto de Investigación Integrado. Aceptamos con normalidad que haya coches aparcados en medio de nuestras ciudades, aunque cada uno de ellos sea un obstáculo callejero tan impertinente como lo sería un sofá y dos sillones que alguien hubiera dejado al lado de una acera. Es obvio que nadie puede usar el espacio público como si fuera el salón de su casa, pero esa privatización no resulta chocante cuando son los coches los que restan espacio a los peatones y los ciclistas. O cuando se multiplican las periferias con carreteras y autopistas que borran la identidad de las ciudades y generan aberrantes metástasis urbanas. Bicicletas vs coches es una película más que recomendable. Y otro acierto de El Documental del Mes, una iniciativa tan grata como edificante.

domingo, 7 de junio de 2015

Nordvest

de Michael Noer. Dinamarca, 2013. 91’.
7 de junio de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Caspar entra en casas para robar. Trabaja para Jamal, el líder de una banda compuesta en su mayor parte por inmigrantes. Un día conoce a Björn, un proxeneta que le propone encargarse de los traslados de las chicas. Como lo hace bien le plantea que busque a alguien para llevar también cocaína. Caspar se lo pide a su hermano menor y durante un tiempo las cosas les van muy bien a los dos. Pero un incidente con la banda de Jamal les pondrá a prueba.

Un estupendo thriller de mafiosos filmado cámara en mano. Así es Nordvest, una película magníficamente interpretada por dos hermanos (Gustav y Oscar Dyekjær Giese) que también hacen de hermanos en este retablo de jerarquías callejeras que aún impresiona más por el contraste con las apacibles escenas familiares. El resto de los personajes están muy bien perfilados en una película que tiene más agresividad gestual que violencia explícita. Y es que estos delincuentes del Copenhague de hoy nada tienen que envidiar a aquellos mafiosos que protagonizaron tantas buenas películas en el Nueva York del pasado.

sábado, 6 de junio de 2015

Requisitos para ser una persona normal

de Leticia Dolera. España, 2015. 94’.
6 de junio de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

Trabajo, casa, pareja, vida social, aficiones, vida familiar y ser feliz. Esos son, según María de las Montañas, los requisitos para ser una persona normal. Con la ayuda de un pelirrojo gordito que trabaja en Ikea intentará cumplirlos.

Fresca, alegre, chispeante, treintañera, ingenua... y normal. Así es esta película. Pretendidamente. Porque en realidad es un repertorio de bobadas entre la ternura escatológica y el buenrrollismo generacional. Un tipo de películas que  suelo evitar por lo mal que lo paso viéndome verlas. A esta me han traído (engañado) las valoraciones de una crítica cuya unanimidad no es normal.

Phoenix

de Christian Petzold. Alemania, 2014. 98’.
6 de junio de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

Nelly era una cantante judía antes del horror. Ella es la única de su familia que ha sobrevivido a los campos de concentración. Pero con daños tan importantes que su rostro ha tenido que ser reconstruido y su marido no la reconoce. A pesar de que él la traicionó, ella le sigue queriendo. Por eso acepta la propuesta que él le hace creyéndola otra persona: hacerse pasar por su mujer para recuperar la herencia de su familia.

Phoenix es un melodrama contenido que ya sería muy recomendable por las notables interpretaciones de Nina Hoss y Ronald Zehrfeld. Es la misma pareja que protagonizó la magnífica Bárbara, la otra película de Cristian Petzold que se ha estrenado en España (aunque en Avilés también hemos visto Algo mejor que la muerte, su contribución a la trilogía Dreileben que se proyectó en el Niemeyer hace dos años). Como historia de amor y traición Phoenix  es una estupenda película con una magnífica escena final en la que una canción hace que la verdad se eleve sobre las cenizas. Pero Phoenix puede ser vista además como metáfora. Del olvido del pasado, de su difícil reconstrucción, de la necesidad de encarar el horror... En Bárbara los personajes se enfrentaban a los dramas del espacio fracturado de Alemania. Phoenix enfrenta a los alemanes con las dislocaciones que les dejó aquel tiempo.

jueves, 4 de junio de 2015

Silvered Water, Syria Self-Portrait

de Wiam Bedirxan y Ossama Mohammed. Siria, 2014. 93’.
4 de junio de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

En la ciudad sitiada de Homs una joven kurda graba imágenes del horror. Y las comparte con un director sirio que desde París va componiendo un testimonio fílmico estremecedor.

Los desastres de la guerra desde dentro. Igual que los vio Goya. Los suyos fueron los ojos de la guerra hace dos siglos en España. Como lo son ahora los de Fabio Bucciarelli y Manu Brabo en Siria. La magnífica exposición de los dos fotógrafos (aún se puede ver estos días en el foyer del auditorio) es el complemento perfecto de esta película en la que el naturalismo del horror casi parece abstracto y la relación entre los dos cineastas compone un impresionante poema cinematográfico. Hay imágenes filmadas por ella en Homs. Otras grabadas por personas anónimas que con sus móviles levantan acta del espanto. También hay videos obscenos hechos por las propias bestias mientras torturan, matan y disfrutan causando dolor. Son mil y una imágenes de una  pesadilla en la que emociona ver a ese niño que busca flores en medio de las ruinas. En la presentación de la película un representante de Amnistía Internacional nos recordó que más de once millones de sirios han tenido que huir de sus hogares. Y que según ACNUR casi cuatrocientos mil de ellos necesitan urgentemente refugio en otros países. En diciembre pasado el gobierno español anunció su disposición de acoger a ciento treinta. Así no es extraño que entre enero y abril de este año hayan muerto en el Mediterraneo mil setecientas personas. Y que más de setecientas se ahogaran en un solo barco cuyos restos nadie ha buscado. Hoy este lugar cumple fielmente su propósito. Niemeyer lo definió como "una plaza abierta a todos los hombres y mujeres del mundo, un lugar para la educación, la cultura y la paz”. Hoy el Centro Niemeyer es un lugar de Siria.

miércoles, 3 de junio de 2015

Matar el tiempo

de Antonio Hernández. España, 2015. 112.
3 de junio de 2015. Cines Parqueastur, Corvera.

Robert está pasando unos días en Madrid trabajando como auditor. Ha venido con un colega desde Nueva York y tiene mucho tiempo libre. En una página de contactos conoce a Sara, una prostituta hermosísima con la que se olvida de sus problemas familiares. Otro día, mientras están concertando una nueva cita a través del ordenador, dos hombres llegan a casa de ella y la maltratan. Son miembros de un clan mafioso que la está presionando. Sin que ellos lo sepan Sara le pide ayuda a Robert a través del ordenador para poner a salvo al bebé que le reclaman.  Desde su hotel, él ve todo lo que le están haciendo. Hasta que decide ir a rescatarla.

Un thriller americano que se desarrolla en Madrid. Se hace extraño el doblaje y resulta algo confusa la manera en que pueden entenderse este ejecutivo americano y los hampones españoles. Pero el guión está bien trabado y el interés va creciendo a lo largo de la película. Así que se deja ver esta historia que parece muy apta para públicos americanos.