martes, 28 de junio de 2016

Fatima

de Philippe Faucon. Francia, 2015. 79.
28 de junio de 2016. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Fatima es una inmigrante que no habla bien francés. Sus hijas sí. La mayor quiere ser médica y es buena y estudiosa. La pequeña está en el instituto y es vaga y respondona. Una está orgullosa de la abnegación de su madre. La otra se avergüenza de que sea limpiadora y se mate a trabajar.

Las bondades de la cultura del esfuerzo. Sobre todo para los pobres, para los que no nacieron con posibles. La madre es humilde pero muy digna (y hasta poeta). La hija es responsable y estudia mucho para labrarse un porvenir. El contrapunto de la hermana mala y de los franceses que tientan o distraen a la chica buena completan este retrato tópico y algo maniqueo sobre dos generaciones de inmigrantes musulmanas.

sábado, 25 de junio de 2016

Dólares de arena

de Israel Cárdenas y Laura Amelia Guzmán. República Dominicana, 2014. 84.
24 de junio de 2016. Centro Niemeyer (auditorio), Festival de cine LGBTIQ, Avilés.

Noelí se busca la vida con los extranjeros en las playas de Dominicana. Con Anne lleva tres años de relación. Ella es una mujer francesa bastante mayor que quiere llevarse a Noelí a París. El novio de Noelí parece que acepta la situación, pero cuando se acerca el momento no les resulta fácil separarse.

Pocos diálogos, fotografía fría y escasa luz. No es alegría lo que destila esta película en la que el título define bien la naturaleza de ese tipo de relaciones. La prestancia y las arrugas de Geraldine Chaplin son perfectas para mostrar el contraste con esa hermosa juventud dominicana que no tiene otro horizonte que el que le puedan ofrecer los extranjeros que llegan a la isla. Una película triste que en ese deseo agónico de una mujer mayor me ha recordado a A winter tan, aquella trementa película que vi a finales de los ochenta en los Alphaville sobre una mujer madura que también se aferraba a la sensualidad de la vida en las playas de Mexico. Con Dólares de arena se cierra esta tarde el festival LGBTIQ que nos ha traído a Avilés algunas películas extraordinarias como Tangerine y E agora? lembra-me, otras notables como Stories of our lives o Naomi Campbel y solo una cinematográficamente irrelevante y de contenido más que discutible: Yo nena, yo princesa. Lamentablemente, esta fue la mejor película para el escaso público presente en las proyecciones y hasta recibió una mención especial de un jurado que, obvió la presencia de Tangerine (E agora? lembra-me no figuraba a concurso) y consideró que la mejor película que se ha proyectado en este festival ha sido Te prometo anarquía. Obviamente, no estoy de acuerdo.

viernes, 24 de junio de 2016

El verano de Sangaile

de Alanté Kavaïté. Lituania, 2015. 88.
24 de junio de 2016. Centro Niemeyer (auditorio), Festival de cine LGBTIQ, Avilés. V.O.S.

Cerca de un aeródromo, de un lago y de una central eléctrica, dos muchachas lituanas se enamoran en verano. A Sangaile le encantan las acrobacias aéreas, pero tiene  querencias autolesivas. A Auste le apasionan las performances y tiene un carácter alegre y cordial. Ese amor estival hará que Sangaile pueda superar sus vértigos y atreverse a volar. Literalmente. 

Amores adolescentes con subrayados musicales y gestos afectados. Mientras veo la película encuentro muchas escenas con esa estética de videoclip. Las dos jovencitas son preciosas, pero me parece impostada la afectación de la protagonista, que parece vivir un drama que no se acaba de explicar. Sin embargo, la simetría entre los caracteres de las dos amantes, la que se esboza entre sus madres y las metáforas del vértigo, el cielo y el lago hacen que la película gane según avanza y me parezca mejor en conjunto que por partes. De ellas me quedo sobre todo con las imágenes de los vuelos acrobáticos.

Te prometo anarquía

de Julio Hernández Cordón. México, 2015. 88.
24 de junio de 2016. Centro Niemeyer (auditorio), Festival de cine LGBTIQ, Avilés.

Dos adolescentes amigos y amantes deambulan y trapichean por el DF. Subidos en sus monopatines van de acá para allá contactando con amigos a los que "ordeñar". Ellos son pequeños intermediarios en el sórdido negocio del tráfico de sangre. En una de sus transacciones, cincuenta personas que han confiado en ellos son introducidas en un camión que desaparece. Sin saber qué hacer, los dos amigos se separan. Al hijo de buena familia sus padres lo mandarán a Texas. El otro seguirá en las calles. 

Adolescencias a la deriva en grandes ciudades latinamericanas ha sido el tema de varias películas en los últimos años. Por ejemplo, la magistral Güeros de Alonso Ruizpalacios, también en el DF, o la muy interesante Los hongos de Óscar Ruiz Navia que nos lleva por las calles de Cali para seguir a dos grafiteros que también se mueven en monopatín. Te prometo anarquía más que de homosexualidad nos habla de las derivas callejeras de unos adolescentes de distinta clase social que, sin querer, provocan un drama que quedará en elipsis, pero que nos hace pensar en negocios más horrendos que los del tráfico de la sangre. Una historia que no quiere ser precisa pero que está hecha con imágenes naturalistas de las periferias interiores de una gran ciudad. Y con músicas tan oportunas como "La balada del ahora", ese poema rapero de Ashauri López cuyas palabras son todo un manifiesto sobre la generación de la que habla esta película.

miércoles, 22 de junio de 2016

E agora? lembra-me

de Joaquim Pinto. Portugal, 2013. 164.
22 de junio de 2016. Centro Niemeyer, Festival de cine LGBTIQ, Avilés. V.O.S.

Joaquim Pinto es seropositivo desde hace casi veinte años. Su lucha sigue siendo muy dura por los tratamientos experimentales a los que se tiene que someter. La convivencia con Nuno, los afanes en la finca que ambos cuidan en el campo y el cariño de sus cuatro perros componen los instantes más gratos de este diario filmado en presente continuo que también es una reflexión sobre el tiempo, la memoria, el cine y la existencia. 

Por el tema podría ser el contrapunto reflexivo de aquel diario divertido y vitalista que Ventura Pons filmó sobre Ignasi Millet. Pero, más alla de su relación con la temática de este festival, E agora? lembra-me es una obra mayor en esa tradición de diarios filmados que en los últimos años está dando películas magistrales como Photografic memories de Ross McElwee o excelentes como Stories we tell de Sarah Polley, Guest de José Luis Guerín o Mapa de Leon Siminiani. En esta larga y cautivadora película Joaquim Pinto nos ofrece la mirada agónica (por la lucha, por el dolor y por el miedo) de un cineasta que usa la cámara para reflexionar sobre la existencia, sobre los afectos y sobre la fugacidad de la vida. Temas mayores que, sin embargo, son planteados con la cadencia y la poesia de las cosas pequeñas que dan sentido a su vida cotidiana: los viajes a Madrid, las indagaciones sobre la enfermedad, las búsquedas en museos y bibliotecas, los paseos con los perros, las tardes felices en el campo, las noches duras de insomnio, la intimidad amorosa... Y siempre la voz de Joaquim Pinto compartiendo sus pensamientos, dándonos motivos para hacer cierto el título de esta película memorable.

martes, 21 de junio de 2016

High-Rise

de Ben Wheatley. Reino Unido, 2015. 118.
21 de junio de 2016. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

El doctor Robert Laing se muda a vivir a un rascacielos que promueve una nueva forma de vida en comunidad. Él busca el anonimato pero sus relaciones con los de abajo y con el arquitecto que lo diseñó harán que tenga un papel destacado cuando se desate la violencia en esa extraña sociedad. 

Una distopía pretérita. Con una ambientación de los setenta o los ochenta, el director de la también muy violenta Turistas nos propone una singular historia que recuerda a El ángel exterminador de Buñuel. Parece lo propio que sea Jemery Irons quien ocupe el papel de demiurgo arquitectónico en esta película en la que no parece interesarle a nadie la vida que pueda haber fuera de ese siniestro edificio. Las imágenes de la primera parte resultan muy atractivas y parece que la película va a seducir. Pero cuando la violencia aparece la historia se enmaraña y va perdiendo interés.

Stories of our lives

de Jim Chuchu. Kenia, 2014. 62.
21 de junio de 2016. Centro Niemeyer, Festival de cine LGBTIQ, Avilés. V.O.S.

Cinco historias kenianas sobre la homosexualidad. La que hace que dos alumnas sean expulsadas de un instituto. La que repudia un joven al sospecharla en el amigo. La que afecta a la relación entre dos granjeros. La que explica el encuentro entre un blanco y un negro en un hotel. La que deben esconder dos mujeres en un país que la persigue.  

Cinco historias ficcionadas basadas en casos reales. Contadas en un elegante blanco y negro en el que los encuadres, las texturas, los gestos y las músicas son tan importantes como las palabras. La creación es compartida (The Nest Collective) pero el resultado es muy armonioso. Stories of our lives es una hermosa reivindicación de la libertad y los derechos individuales desde un país que no ha podido ver esta película porque, según sus censores, fomenta la homosexualidad y eso es contrario a las normas y valores de Kenia. Eso dicen ellos.

lunes, 20 de junio de 2016

Yo nena, yo princesa

de María Aramburu y Valeria Paván. Argentina, 2014. 45.
20 de junio de 2016. Centro Niemeyer, Festival de cine LGBTIQ, Avilés.

Manuel es Luana. A los cuatro años le dijo a su madre que ese era su nombre. Ella había tenido dos niños gemelos pero a los dieciocho meses lo primero que le dijo uno de ellos es la frase que da título al documental. Durante tres cuartos de hora solo vemos a la madre que, ante un fondo gris, nos cuenta la historia de Luana, la primera niña trans de Argentina.

El título de la película me ha recordado al nombre de un programa asturiano de educación afectivo-sexual. Se llama "Ni ogros, ni princesas" y parte de la tesis clásica del sistema sexo-género: con el sexo (más o menos) se nace y el género es más bien una construcción social. La definición binaria del sexo biológico es hoy algo más que discutible, pero la madre de Luana viene a sostener una tesis dualista e innatista según la cual en un cuerpo indiscutiblemente masculino habitaría un alma indiscutiblemente femenina. No parece haber espacio para la construcción social, ni para las identidades difusas. El hermano sería nene (no sé si también ogro) en cuerpo y alma. La hermana tendría alma de princesa en un cuerpo con pene. De esta tesis monologada (solo vemos y escuchamos a la madre) me parece discutible el radicalismo binario sobre las identidades sexuales que parece defender. Por lo demás, sobre estos temas encuentro mucho mejor (al menos cinematográficamente) Naomi Campel, la película chilena de Nicolás Videla y Camila José Donoso que se proyectará aquí esta tarde (nosotros ya la vimos en Barcelona). Al menos no defiende tan claramente un dualismo innatista sobre la identidad sexual.

domingo, 19 de junio de 2016

The duke of Burgundy

de Peter Strickland. Reino Unido, 2014. 104.
19 de junio de 2016. Centro Niemeyer (auditorio), Festival de cine LGBTIQ, Avilés. V.O.S.

Cynthia y Evelyn comparten erudición en el campo de las mariposas y las polillas. Y una relación amorosa en la que la segunda disfruta sintiéndose sometida a la voluntad de la primera. Pero a Cynthia le cansa un poco ese juego de dominación.

La dialéctica del amo y el esclavo en versión lésbica. Contra la lógica hegeliana, aquí es la esclava la que no puede vivir sin la ama. La música, la fotografía, los rituales de corsetería y la elegancia de los encuadres (también los de mariposas y polillas) hacen atractivo asistir a este juego en el que quizá solo el gato sea masculino. Pero, revelada su lógica, el espectador acaba igual de cansado que la ama de los rituales que hacen feliz a la esclava. Con media hora menos la película sería mucho mejor.

sábado, 18 de junio de 2016

Tangerine

de Sean Baker. EE.UU., 2015. 88.
18 de junio de 2016. Centro Niemeyer (auditorio), Festival de cine LGBTIQ, Avilés. V.O.S.

Sin-Dee Rella acaba de salir de la cárcel. Por su amiga Alexandra descubre que Chester, su novio y proxeneta, ha estado con otra mujer. Es Nochebuena y Sin-Dee Rella dedicará la tarde y la noche a buscarla. Mientras tanto, vemos también lo que hace un taxista armenio que es cliente de estas prostitutas. Al final Alexandra cumplirá su deseo de cantar en un garito y el taxista armenio acabará la noche con ellas. Pero también con su suegra y con su mujer. Y con Chester y la rubia de la que Sin-Dee Rella está celosa.

¡Jo, qué noche! Como la película de Scorsese pero en los ambientes de la prostitución transexual de la Costa Oeste. El primer plano cenital y el diálogo inicial vespertino ya marcan el tono de esta magnífica película. Un periplo cámara en nuca en el que seguimos a las dos protagonistas y sus efectos colaterales. La desconcertante y estupenda historia paralela del taxista armenio tiene momentos espléndidos como el del encuentro con la prostituta que se equivocó de calle y es repudiada por ser mujer o el de la felación en el túnel de lavado. La canción triste de Alexandra es también otro momento soberbio en una película que está llena de ellos. Y el encuentro final de todos en el bar del inicio es un cierre estupendo para una película que tendrá un epílogo perfecto en los cruces de miradas entre las amigas despelucadas en la lavandería. Tangerine es cine urbano trepidante con magníficos diálogos callejeros y estupendas interpretaciones. Seguramente está hecha con cuatro duros. Pero con muchísimo talento.

Margarita with a straw

de Shonali Bose. India, 2014. 100.
18 de junio de 2016. Centro Niemeyer (auditorio), Festival de cine LGBTIQ, Avilés. V.O.S.

La parálisis cerebral de Laila no le impide ir a Nueva York desde Delhi para estudiar en la universidad. Allí superará sus frustraciones amorosas y despertará al sexo. Homosexual y hetero. 

Comienza el festival LGBTIQ con esta película que tiene de todo: chica india en silla de ruedas, chica pakistaní ciega, madre bondadosa que muere de cáncer, iniciación al sexo desde la discapacidad... Y también algo de amor lésbico. El gesto dulce y alegre de la actriz protagonista es lo mejor de una película más blandita que emocionante. Por lo demás, hasta el próximo sábado se verán en el Niemeyer otras once películas que tienen fácil mejorar este comienzo. Entre ellas está la chilena Naomi Campbel, una película difícil (pero bastante mejor que esta) que ya reseñé hace año y medio cuando la vimos en el Zumzeig de Barcelona.

jueves, 16 de junio de 2016

Eisenstein en Guanajuato

de Peter Greenaway. Holanda, 2015. 105.
16 de junio de 2016. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

En 1931 Eisentein pasó varios meses en Mexico para filmar una película que nunca llegó a acabar. Pero aquella maravillosa estancia cambió su vida.

Abel Ferrara lo hizo con Pasolini. Ettore Scola con Fellini. Y ahora Peter Greenaway lo hace con Eisenstein. En apenas un año he visto tres películas de directores que homenajean a otros directores mostrándonos aspectos de sus vidas más allá del cine. Y curiosamente la mirada de Greenaway recuerda un poco a la de Fellini. Desde los primeros planos nos presenta al famoso director ruso de los dramones en blanco y negro en un ambiente radicalmente colorista y alegre. Y no solo porque el entorno era tan propicio para ello sino porque Eisenstein el Guanajuato está hecha con  una libertad formal tan radical y divertida (pantalla partida, deformaciones de la imagen, montaje trepidante, coloreado extremo y dinámico...) como la libertad vital y sexual que descubre el protagonista en aquellos tiempos en que sus amigos Rivera y Frida Kahlo revolucionaban algo más que las artes en México y en los que Buñuel y Dalí revolucionaban algo más que el cine en Europa. Así que me ha encantado volver a disfrutar con una película de este director que tanto me gustaba en los años ochenta y al que después he seguido menos. Curiosamente Eisenstein en Guanajuato, además de ser muy interesante para los cinéfilos y muy atractiva para quien disfrute con imágenes barrocas y atrevidas, tiene mucho que ver con la temática del Festival de cine LGBTIQ que el próximo sábado comienza aquí. Ojalá que su programa esté a la altura de películas como esta.

miércoles, 15 de junio de 2016

Más allá de las montañas

de Jia Zhang Ke. China, 2015. 131’.
15 de junio de 2016. Cines Los Prados, Oviedo.

1999. Una joven china tiene dos pretendientes. Uno será un humilde trabajador. El otro se hará rico. Ella se decide por el segundo y el primero se va lejos de la ciudad. 2014. Está divorciada y no tiene la custodia de su hijo. Su padre muere y el pequeño vuelve con ella para asistir al funeral del abuelo. Casi no la conoce. Ni la volverá a ver nunca más. 2025. El hijo y su padre rico viven en Australia. El muchacho debería entrar en la universidad, pero no quiere seguir los planes del padre. Detesta el extrañamiento que ha impuesto a su vida y sufre por ese desarraigo en el que hasta la lengua de su país le resulta ajena.

"Cuando China despierte el mundo temblará". Lo dijo Napoleón hace doscientos años e inspiró el título de un libro de Alain Peyrefitte hace cuarenta. Jia Zhang Ke retrata los efectos de ese despertar hoy. Pero no en el mundo, sino en el interior de la sociedad china que ese pequeño grupo humano representa. Ese cambio generacional es lo mejor de una película que se hace larga. Que puede ser interesante en su primera parte y quizá también en la tercera. Pero que tiene en la segunda un giro extraño al dejarnos sin saber nada más del personaje del novio pobre justo cuando se reencuentra con la protagonista y, sin embargo, dar tanta importancia a la muerte del abuelo que solo es un pretexto para que vuelva el niño. No es un fallo del guión, pero sí una falla en la estructura de una historia que quiere ser bastante más que la de las consecuencias de la elección de una mujer china.

martes, 14 de junio de 2016

Cerca de tu casa

de Eduard Cortés. España, 2016. 90.
14 de junio de 2016. Centro Municipal Integrado Pumarín, Gijón.
5 de octubre de 2016. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas.

Una niña y sus padres son desahuciados. Los tres se van a vivir con los abuelos. Pero ellos también pueden perder su casa porque avalaron con ella la hipoteca que ahora la hija no puede pagar.

Vaya por delante que soy devoto desde hace tiempo de Silvia Pérez Cruz. También debo confesar que no me gustan mucho los musicales. Así que temía que esta tarde la película no estuviera a la altura del estupendo Domus, el disco con canciones de su banda sonora que vengo escuchando desde febrero. Pero no ha sido así. Cerca de tu casa es una joya que hasta ahora solo se ha visto en el festival de Málaga y que, antes de su estreno en septiembre, hemos podido disfrutar hoy en la programación paralela del Congreso de Sociología. Y ha sido un regalo más que emocionante.  Desde el primer plano con el rostro de ese indigente-juglar que canta a los dormidos. Desde ese primer asalto desahuciador en el que un policia encuentra en una cámara familiar motivos para dudar de su trabajo. Hasta ese segundo canto con que el indigente-juglar quiere despertar a la gente. Hasta esa última escena en que las cámaras se multiplican para defender a los desahuciados.... Cada diálogo, cada escena, cada canción nos acercan a una historia que provoca una emocionante congoja que es ética y estética a la vez. Y también política porque Cerca de tu casa es el retrato fiel de lo que han sufrido en estos años muchos miles de conciudadanos. Contrariando mis prejuicios sobre los musicales, hace tiempo que sostengo que uno de los mejores alegatos contra la pena de muerte es el de Lars Von Trier en Bailar en la oscuridad. A partir de ahora, sobre las causas sociales tendré que citar siempre a Eduard Cortés y su Cerca de tu casa como película emblemática. Pero Silvia Pérez Cruz le da mil vueltas a Bjork. Como cantante y como actriz. Ella corría mucho riesgo al participar en un proyecto como este. Pero Silvia se mete como nadie en la piel de Sonia y protagoniza maravillosamente esta extraordinaria película sobre un drama terrible y cotidiano. La cantante, que tanto emociona con su voz y que tanto se hace querer con su manera de ser en el escenario, está que se sale en la pantalla y lidera con su interpretación sensible y perfecta a un elenco magnífico que da vida a esas gentes representativas de los que tanto han sufrido en los últimos tiempos en este país. Lluís Homar, Adriana Ozores, Manuel Morón y todos los demás están soberbios en una historia creíble, emocionante y con una estructura perfecta tras su aspecto naturalista y poético. La emoción de la historia se hace máxima con canciones como Todo hombre, con coreografías como la del andén (que recuerda un poco a las de Bailar en la oscuridad) o con ese himno que Silvia Pérez Cruz ha compuesto en esa maravillosa, dulce y combativa canción que es No hay tanto pan. Así que nada más terminar la película estalla el aplauso unánime del público. Y con él los gritos de "sí se puede" coreados por la causa que esta película defiende. Un "sí se puede" que describe también la perfecta conjunción de cine y música, de ética y estética que logra aquí Eduard Cortés (el director de ¡Atraco!, la primera película que reseñé aquí). Para terminar, un consejo a los lectores de este blog.  No lo dudéis. Comprad cuanto antes el Domus de Silvia Pérez Cruz, escuchad su voz y empaparos con su música. Luego, en cuanto se estrene, acudid a un cine para disfrutar de esta película. Y buscad también la mejor compañía para verla. Ese tipo de compañía cinéfila que sabe que las lágrimas o los nudos en la garganta son también pruebas de que en la pantalla está pasando algo grande. Muy grande. Gracias Silvia.

lunes, 13 de junio de 2016

Un doctor en la campiña

de Thomas Lilti. Francia, 2016. 102.
13 de junio de 2016. Cines Parqueastur, Corvera.

El buen médico de la campiña es Jean-Pierre, un hombre maduro que acaba de saber que tiene un cáncer pero no quiere abandonar su trabajo. Para ayudarle le envían a Nathalie, una médica que aprenderá con él la pasión por la medicina rural.

Una historia sencilla y comprometida. Con la gente del campo y con la profesión médica. Jean-Pierre no es un técnico, ni un burócrata, ni un funcionario de la salud. Es un médico que sabe la responsabilidad que tiene con sus pacientes. Derivar no es un verbo que conjugue a la primera. De hecho, le ha prometido a su paciente más veterano que nunca lo derivará a un hospital. El encuentro con Nathalie tiene algo de cruce entre quien parece estar a punto de hacer su testamento profesional y quien parece iniciarse en las mejores prácticas de la atención primaria. Pero también es un cruce humano que hace muy grata la película. Aunque está a punto de ser también una historia de amor, Thomas Lilti ha querido regalarle a la profesión medica un hermosa reivindicación de su papel en el mundo rural.

viernes, 10 de junio de 2016

El Bosco, el jardín de los sueños

de José Luis López Linares. España, 2016. 90’.
10 de junio de 2016. Cines Parque Principado, Lugones.

El enigma de El Bosco y los de El jardín de las delicias. Hay algunas pinceladas sobre quién pudo ser el primero y muchas reflexiones sobre los significados del segundo. También hay recreaciones históricas, planos de detalle de ese y otros cuadros. Pero sobre todo hay comentarios, muchos comentarios fascinados y fascinantes. Los de los artistas, escritores, músicos, críticos y expertos que comparten su mirada ante la obra infinita que motiva esta película.

La gran exposición de este verano en El Prado. La que conmemora el quinto centenario de la muerte del pintor y explica este estupendo documental que anima a visitarla. Estoy seguro de que tras verla será inevitable comprar la película para volver a escuchar sus comentarios sobre esta obra intemporal y apabullante. Ayer disfrutaba en Francofonía con las pretensiones holísticas del singular soliloquio de Sukorov sobre el arte y la historia. Hoy José Luis López Linares nos regala esta lección más que plural sobre historia del arte con las voces de un buen número de espectadores ante los enigmas de esas decenas (casi centenares) de personajes desnudos que hacen tan magnético a ese tríptico. La película no pretende exponer ni contraponer tesis. Tampoco privilegiar otra hermeneútica que la de las miradas múltiples y fascinadas. Es el mejor homenaje a una obra en la que solo Jesús y el diablo nos miran mientras miramos y admiramos esa ventana triple que El Bosco abrió al mundo. O al mundo de los sueños.

jueves, 9 de junio de 2016

Francofonia

de Alexandr Sokurov. Francia, 2015. 87.
9 de junio de 2016. Laboral Cinemateca, Gijón. V.O.S.

París, 1940. Jacques Jaujard y el conde Franz Wolff-Metternich comparten el objetivo de preservar el legado artístico más importante de Europa. El primero es el director del Louvre. El segundo es su contraparte nazi en la Francia ocupada. Ese momento, ese lugar y esos hombres son el corazón de una película que trata de muchas más cosas. Del arte y de la guerra. De Europa y del mundo. Del siglo XX y sus herencias históricas. Y también de lo que ese tiempo nos dejó como legado.

Libérrimo documental que tiene su epicentro en las encrucijadas históricas del París ocupado de las que también se ocupó Volker Schlöndorff en su estupenda Diplomacia. Alexandr Sokurov encadena imágenes reales de aquel tiempo con recreaciones en las que podemos ver aviones de la época sobrevolando el Paris de hoy, idealizaciones de los orígenes del Louvre, a Marianne diciendo una y otra vez "libertad, igualdad, fraternidad" o a Napoleón defendiendo que es el amor al arte lo que justifica el arte de la guerra. Más que una película visualmente fascinante y por momentos sobrecogedora (por ejemplo, en la oportunísima referencia al Hermitage y al cerco de Leningrado), Francofonia es un ensayo visual en el que  la propia voz de Sukorov (como la de Patricio Guzmán en Nostalgia de la Luz o en Botón de nácar) es la que, a modo de soliloquio, nos va guiando en un relato que comienza en un presente en el que unos contenedores con obras de arte de otro museo podrían perderse en el océano en medio de la tempestad a la que se enfrenta un amigo del director. El soliloquio es tan atrevido que Sukorov sienta al final a aquellos dos personajes valientes para contarles qué les deparará el futuro. No dudo de que Francofonia es una película exigente y no apta para todos los públicos. Pero sus tesis, que las tiene,  son tan elusivas como lúcidas y críticas. Por eso me parece una reflexión que va más allá de la cinefilia. Verla y repensarla debería ser casi obligatorio para los profesores de historia y de arte que quieran ser algo más que mercenarios del libro de texto y los apuntes.

miércoles, 8 de junio de 2016

La espera

de Sergio Martínez Vila. España, 2015. 60.
8 de junio de 2016. Centro Niemeyer, Avilés.

Ángela y Niklas buscan una casa en el campo. Están enamorados y esperan un hijo. Mientras deambulan por la sierra y hacen planes para el futuro, algo está cambiando entre ellos. De repente ella desaparece. Él la busca, pero no sabe qué hacer.

Película de atmósferas y sensaciones. La primera parte es muy luminosa, la segunda un tanto inquietante. La naturaleza es el contrapunto perfecto para esta historia de amor estival que se quiebra súbitamente. En el coloquio Sergio Martínez Vila explicó muy bien por qué quería dejar sin explicar algunas cosas en su película. Para que el espectador interprete los motivos de Ángela y la reacción de Niklas. Entre la extrañeza y la obra abierta, La espera tiene la duración justa para que sus imágenes cautiven y la historia no llegue a cansar.

lunes, 6 de junio de 2016

Política, manual de instrucciones

de Fernando León de Aranoa. España, 2016. 115’.
6 de junio de 2016. Cines Los Prados, Oviedo.

Retrato interior de Podemos. Desde el congreso constituyente de Vistalegre hasta las (primeras) elecciones generales. Asistimos desde muy cerca a los actos públicos, a las reuniones internas y a las reflexiones ante la cámara de los líderes de un partido dispuesto a asaltar el cielo con las alas del 15M.

Quizá llegue a ser un documento político de relevancia histórica. Pero no a la manera de los informes de Portabella. La cámara de León de Aranoa se pone al servicio de una causa que no tiene miedo a los medios, que no oculta lo que hace y que expresa (al menos para el público de esta película) lo que piensa sobre la identidad, los propósitos y las estrategias de una fuerza política con nombre de verbo en primera persona de plural. Somos y Ganemos. Así se llaman las candidaturas municipales con las que los movimientos surgidos tras el 15M llegaron al ayuntamiento de mi ciudad. Somos tiene en él más presencia que Ganemos. En esta película es al revés. La voluntad de poder hace que ante nuestros ojos se vaya reconfigurando la identidad de Podemos en esos quince meses que nos muestra esta apasionante película que por momentos me recuerda a Birdman de Iñárritu. Y no solo por esa magnífica batería que acompaña y puntúa las imágenes. También porque acompañamos entre bambalinas y durante un tiempo tasado a un actor singular que también aspira a volar. En Podemos los gestos son muy importantes. Y en esta película los vemos en cada plano. Pero también las palabras, las estrategias y las reflexiones metapolíticas (y da gusto escuchar las de Errejón y Monedero). Así que son casi dos horas fascinantes que uno quisiera que continuaran retratando lo que ha sucedido en los últimos meses. ¿Lo habrá filmado León de Aranoa? ¿Cuánto hay de Somos y cuanto de Ganemos en las jugadas que Pablo Iglesias y su gente han librado desde diciembre? ¿Nos llevarán al cielo o, como dice José Luis García Martín, acabarán  apuntalando a la derecha? ¿Harán útil la representación que logren o la usarán solo para fomentar el cainismo que les caracteriza por aquí? Me temo que habrá que esperar a que pase un tiempo para saberlo. Quizá como Portabella, León de Aranoa se anime más adelante a mostrárnoslo. Y ojalá lo haga tan bien como lo ha hecho ahora.

sábado, 4 de junio de 2016

El tesoro

de Corneliu Porumboiu. Rumanía, 2015. 85.
4 de junio de 2016. Laboral Cinemateca, Gijón. V.O.S.

Un vecino le pide ayuda a otro para buscar un tesoro que podría estar enterrado en el jardín de la casa de sus abuelos. Si le deja el dinero necesario para alquilar un detector de metales y consiguen encontrarlo, lo compartirá con él.

Una comedia rumana llena de personajes de una inocencia casi naif. Parece el contrapunto amable de Vegas: based on a true story, la extraordinaria película de Amir Naderi en la que un hombre también buscaba un tesoro en el patio de su casa. Por el tema de la historia uno teme que termine como los dramas que hemos visto aquí del también rumano Cristian Mungiu. Pero Cornelio Poromboiu ha decidido apostar por un final que por ser previsible resulta bastante inesperado y cierra su película como un bonito cuento con niños y tesoros.

jueves, 2 de junio de 2016

Esa sensación

de Juan Cavestany, Julián Génisson y Pablo Hernando. España, 2015. 79.
2 de junio de 2016. Laboral Cinemateca, Gijón.

Objetos urbanos que enamoran a una mujer. Impertinencias verbales que se contagian entre la gente. Y la fe que descubre un hombre al que espía su hijo.

Tres directores para tres cuasihistorias intercaladas. Las tramas se anudan magníficamente en una urdimbre surrealista. Juan Cavestany ya la había utilizado con total libertad en la cautivadora Gente en sitios. Pero Esa sensación es todo un homenaje a los actos fallidos, a los amores dislocados, a las grietas existenciales que dejan intuir lo que está más allá (o más acá) de la experiencia religiosa, de la sublimación fetichista y de los juegos del lenguaje. Aunque no lo parezca hay mucho orden en esta singular película de apariencia onírica. Por ejemplo, el de esa escalera que, además de consuelo nocturno para esa mujer enamorada, es también metáfora de su itinerario erótico por esos objetos de deseo urbano que pueden ser un peine, una barandilla, un parquímetro, una roca, un puente o toda una ciudad. También tiene mucho sentido la relación entre ese padre que cuando está solo actúa como si Dios lo viera (igual que decía Sir Edwin Lutyens y recordaba Óscar Tusquets) y así se lo explica a un hijo que es precisamente quien lo ve. Y, por supuesto, también es virtuoso el círculo lingüístico conformado por esa gente que dice cosas extrañas y también otras tan lúcidas como que debería haber una palabra que significara a la vez gracias y perdón. Cuando el cine es fascinante uno siente que también le faltan palabras para explicarlo. Así es Esa sensación.