sábado, 26 de agosto de 2017

El pampero

de Matías Lucchesi. Argentina, 2017. 77'.
26 de agosto de 2017. Espacio INCAA Gaumont, Buenos Aires.

Un hombre maduro lo deja todo y se va a Puerto Madero para huir en su barco, quizá para siempre. No sabe que en él se ha escondido una chica que necesita llegar a Uruguay. El hombre intenta estar solo para afrontar su muerte, que parece próxima. La chica huye de la escena de un crimen que acaba de presenciar. Es un encuentro involuntario que resultará reparador para los dos.

Tras el largo paseo de esta mañana disfrutando de cosas que me gustan en Buenos Aires (tomar un café hojeando un libro en el escenario del Ateneo Grand Splendid, recorrer tranquilamente las estupendas exposiciones del Malba...), esta tarde he podido tomar un velero en Puerto Madero y acabar en la costa uruguaya después de haber pasado por Tigre. Es una de esas cosas estupendas que pueden pasarle a uno si entra en una sala de cine con programación tan envidiable como las del INCAA del Gaumont. Los intérpretes de El pampero están estupendos y la historia tiene fuerza y contención. Solo me sobran los momentos que escoran hacia el thriller con el extraño comportamiento de ese policía fluvial. Por lo demás, la tarde seguirá muy bien. Antes de ir a Timbre 4 veré atardecer desde lo alto del edificio Barolo. Aquí mismo, en la Avenida de Mayo. Con Buenos Aires a mis pies.

Monger

de Jeff Zorrilla. Argentina, 2016. 72.
26 de agosto de 2017. BAMA Cine Arte, Buenos Aires. V.O.S.

Un tejano que vive en Buenos Aires hace de guía turístico y de conseguidor de contactos sexuales. Un compatriota suyo recorre el mundo coleccionándolos y reportando sus experiencias a sus seguidores virtuales. Y un británico que tuvo un hijo con una argentina sigue en esta ciudad para no separarse de él.

A pesar de lo poco grato de los personajes (sobre todo el primero), cada uno de ellos podría dar para una película interesante. Pero al no profundizar en ninguno Monger se queda muy lejos de aquella inmersión en los encuentros de la noche porteña a los que nos hizo asistir Eduardo Castro con su impresionante La noche. Al menos he podido conocer el BAMA (Buenos Aires Mon Amour), un cine con una programación estupenda al lado de Obelisco.

viernes, 25 de agosto de 2017

Una vida

de Stéphane Brizé. Francia, 2016. 119.
25 de agosto de 2017. Patio Bullrich (Cines Atlas), Buenos Aires. V.O.S.

Una mujer, una vida. Así se titula en Argentina esta historia basada en la de Guy de Maupassant. La vida es la de Jeanne,  hija única y feliz de una familia de la aristocracia rural francesa de comienzos del XIX. Sus recuerdos de juventud contrastan con los que le han deparado los dos hombres que ha querido. Un marido adúltero y un hijo cuyas deudas la han arruinado.

Stephane Brizé no me defrauda. Este hiperrealista cuyo estilo me recuerda al de Jaime Rosales ha decidido abandonar la cotidianidad emotiva del presente, que tan espléndidamente radiografió en Quelques heures de printemps y en La ley del mercado (las dos protagonizadas por un Vincent Lindon magnífico), para trasladar su mirada al siglo XIX. Y lo hace componiendo una película que parece ser en cierto modo un puzle de los instantes y recuerdos que componen una vida. Gestos luminosos o amargos, breves conversaciones, sonidos naturales, evocaciones estivales o invernales, faenas en el campo y momentos de intimidad interior. Todo eso va construyendo la historia contenida y triste de esta mujer. La vida nunca es tan buena o tan mala como se la imagina. Se lo dice la amiga al final de esta historia que tiene de las dos cosas. Porque no parece imaginada, sino mostrada por este maestro del naturalismo que es Stéphane Brizé, un director que me ayuda a reconciliarme con el cine francés. Así que ha sido otro reencuentro muy grato en este Patio Bullrich que tanto me gusta. En esta sobremesa, además de ver buen cine, me he librado de la tormenta con que me ha recibido hoy Buenos Aires. Pasaré aquí un par de días antes de comenzar la intensa (e interesante) semana de trabajo en Paraguay.

sábado, 19 de agosto de 2017

La seducción

de Sofía Coppola. EE.UU., 2017. 91.
19 de agosto de 2017. Cines Parqueastur, Corvera.

Durante la Guerra de Secesión un soldado herido es acogido en un pequeño internado en el que solo hay mujeres. Mientras se va restableciendo, algunas sienten atracción por él. Pero al final las cosas terminan mal.

De Sofia Coppola siempre espero una manera singular de contar las historias y una ambientación muy cuidada. La seducción no me defrauda. No será una de sus mejores películas pero, contando con Nicole Kidman y el liderazgo que su personaje ejerce en esa comunidad femenina, Sofía Coppola consigue componer un relato muy interesante. Esa casa sureña en la que se forja  el carácter femenino y ese bosque tupido desde el que se oyen los sonidos de la guerra son los escenarios de una historia que tiene algo de cuento moral sobre la insularidad de las relaciones humanas.

miércoles, 16 de agosto de 2017

La decisión del rey

de Erik Poppe. Noruega, 2016. 133. 
16 de agosto de 2017. Cines Van Dyck, Salamanca.

En la primavera de 1940 los alemanes ocupan Noruega. Y el rey debe decidir si, como hizo su hermano en Dinamarca, acepta sus condiciones o, asumiendo el coste de una guerra desigual, mantiene la dignidad de una monarquía democrática.

Y el rey optó por lo segundo. Eso es lo que vemos en esta película en la que le seguimos en aquella travesía por Noruega con la que él y su gobierno lograron poner a salvo lo que su figura representaba. Con su cámara en mano Erik Poppe nos hace partícipes de la intimidad del rey, la familiar y la política, y consigue construir un relato interesante sobre un episodio histórico crucial del que los noruegos no han tenido que avergonzarse. Así que ha sido otra tarde grata de buen cine en los Van Dyck de Salamanca. Hoy recordamos otra en la que coincidimos aquí con el maestro Basilio Martín Patino, ese cineasta grande y humilde que nos dejó esta semana. Este país tiene con él una gran deuda. Por no haber sabido reconocer el valor de su obra cinematográfica ni su esfuerzo por mitigar la amnesia sobre nuestra historia. En Salamanca deja, además, un hermoso legado sobre las viejas tecnologías cinematográficas que se llama Artilugios para fascinar. Esta mañana lo visitábamos en la sede de la filmoteca.

martes, 15 de agosto de 2017

Abracadabra

de Pablo Berger. España, 2017. 96’.
15 de agosto de 2017. Multicines Béjar, Béjar.

El primo de Carmen hipnotiza a su marido durante una boda.  Él es un garrulo que la trata muy mal, pero al día siguiente de esa sesión parece otro. Concretamente alguien amable y bondadoso que podría hacerla muy feliz. Y es que el espíritu de un chico así se ha introducido en él durante aquella sesión de hipnosis.

Como no podía ser de otro modo, Maribel Verdú y Antonio de la Torre están estupendos en los papeles de esta pareja de Carabanchel que podría ser bastante verosímil. No lo es, ni lo pretende, esta historia dislocada con la que Pablo Berger demuestra una vez más su gran capacidad para crear imágenes poderosas y ambientes sorprendentes. Prueba de ello son escenas tan singulares y atractivas como las de la boda inicial, la del encuentro con la pareja dispuesta al intercambio, la del tipo de la inmobiliaria o la del mono en la grúa. La idea de relacionar una boda con una sesión de hipnosis tiene bastante intención, como también la tienen otros subtextos de una película que es menos banal de lo que parece. Sin embargo, queriendo evitar el obvio final feliz de la esposa quedándose con ese marido ideal hipnotizado, Pablo Berger cierra la historia con algunas cosas cuestionables. Por ejemplo, que el psicótico (o el hombre) con una cara buena ha de tener también otra perversa (el mono y el guiño  musical al 2001 de Kubrick parecen sostener que la masculinidad cafre tiene raíces filogenéticas). O que no se debe confiar en alguien que parece bueno y no hace ahora nada malo: si lo hizo en 1983 es culpable para siempre.

jueves, 10 de agosto de 2017

Las furias

de Miguel del Arco. España, 2016. 125.
10 de agosto de 2017. Teatro Cervantes, Béjar. XXI Semana de Cine Español.

El abuelo era un gran actor y antes de perder la memoria habló a la niña de las furias, esos seres anteriores a los dioses que castigaban los males hechos dentro de la familia. Entre los dos sigue habiendo una complicidad especial que los separa de los demás miembros de esa familia desgarrada. La abuela querría presentarles a sus hijos a esa psicóloga joven y guapa que todos consideran su asistente pero que en realidad es su amante. Pero no se atreve, así que les dice que piensa vender la casa y los invita a pasar unos días juntos en ella. Allí será evidente la tensión entre los tres hermanos y los dramas de cada uno de ellos. La crisis radical de la hermana con su marido, la felicidad con plazo fijo del hermano exitoso que quiere aprovechar la ocasión para casarse con la mujer con la que vive desde hace veinte años y el resentimiendo del hermano menor que sigue viviendo en la casa y se lleva mal con todos. Para la nieta, que contempla lo que pasa desde su lúcidez desquiciada, está muy claro que las furias están acosando sin tregua a esta familia cuarteada.

Un guión magnífico de principio a fin. Desde ese preámbulo que abre la historia conectándola con la teogonía griega hasta ese final hiperdramático pero también catártico y luego esperanzador. De Miguel del Arco ya solo esperamos lo mejor en el teatro (también en proyectos tan extraordinarios como el de Kamikaze en el Pavón). Y ahora también en el cine tras esta estupenda primera película. Las furias es una historia sobre dramas y demonios familiares muy reconocibles. Quizá por eso a los espectadores menos teatreros o menos conocedores de la mitología les pueda sorprender ese subtexto que la acompaña en la que hay no pocas referencias al teatro y a los mitos clásicos. Referencias siempre bien traídas en un guión impecable y más que premiable. Igual que las soberbias interpretaciones de un elenco deslumbrante en el que están que se salen Mercedes Sampietro, José Sacristán, Carmen Machi, Bárbara Lennie, Gonzalo de Castro, Pere Arquillué, Emma Suárez, Alberto San Juan... Y entre ellos también la joven Macarena Sanz, que ya estaba estupenda en el papel de ciega podemita en la reciente Selfie de Victor García León y que aquí borda ese personaje fascinante de la adolescente que todo lo ve y todo lo entiende y que tan magníficamente conecta con el de ese gran actor que interpreta (y es) José Sacristán. Así que uno solo lamenta no haber podido ver antes en salas comerciales una película que tendrá bien merecidos los premios que puedan darle y que vuelve a confirmar lo valiosas que son iniciativas como las de esta Semana de Cine Español en Béjar que se desarrolla en su delicioso teatro Cervantes. Con esta edición ya ha cumplido veintiún años mostrando buen cine. Y brindándonos estupendas noches cinéfilas en algunos de estos días de agosto que acostumbramos a pasar en estas hermosas tierras en que Salamanca ya es casi extremeña.

martes, 8 de agosto de 2017

Villa Touma

de Suha Arraf. Palestina, 2014. 85. 
8 de agosto de 2017. Cines Van Dyck, Salamanca. V.O.S.

Una joven palestina deja el orfanato para vivir con sus tías. Ellas son tres hermanas de alta alcurnia que viven casi aisladas en Villa Touma, un palacete en el que mantienen los modos y maneras propias de la vieja aristocracia cristiana palestina. La chica es la hija del hermano que cometió el error imperdonable de casarse con una musulmana. Ahora deberá adaptarse a los rancios modales con que sus tías esperan poder casarla.

Otra estupenda inmersión en la cotidianidad de unas vidas palestinas. Como la de Asuntos de familia, la magnífica película de Maha Haj que pudimos ver la semana pasada en los cines Groucho de Santander. Hoy vemos Villa Touma en Salamanca, dentro del selecto ciclo que programan cada verano los cines Van Dyck (cuánto me gustaría que en Asturias hubiera unas salas así). Igual que la de Maha Haj, la película de Suha Arraf es otra sorprendente ópera prima que viene a confirmar lo que ya dije a propósito de Asuntos de familia: que en Israel y Palestina hay temas distintos a los de ese conflicto y también cineastas de alto nivel y mirada singular dispuestos a mostrarlos (en este caso dispuestas, porque las dos son mujeres). Villa Touma es una estupenda rareza que nos introduce en la opresiva y curiosa vida de estas hermanas que solo salen a la calle con esa cabeza muy alta propia de unas ilusiones que aún resultan más pretéritas y rancias por el contraste con la recién llegada. Las interpretaciones son sutiles y armónicamente perfectas en una película en la que no importa tanto el desenlace como lo que vamos conociendo de esas vidas extrañas y extrañadas en el pasado. Por lo demás, el plano final nos hace pensar en la posibilidad de otra historia futura que también sería bien interesante.

miércoles, 2 de agosto de 2017

50 primaveras

de Blandine Lenoir. Francia, 2017. 87.
2 de agosto de 2017. Cines Los Prados, Oviedo.

Aurore tiene sofocos, va a ser abuela y ha dejado su trabajo. Por suerte, encuentra a un tipo estupendo. El que había sido su primer amor cuando tenía dieciocho años.

No las soporto. Ni las películas de género ni las generacionales. Y esta va de las dos cosas. Siendo francesa debería estar advertido, pero otra vez he caído en la trampa de las buenas críticas. Mi fobia al aislamiento generacional y al esencialismo de los géneros no es solo en el cine. Detesto los eventos solo de hombres o solo de mujeres, los lugares solo para gente joven o solo para gente mayor. Cada vez me parece más lamentable esta deriva a la que estamos asistiendo en la que parece que la diferencias entre las edades y entre los géneros deben ser tan patentes como aquel muro que nos separaba en el patio de la escuela. Hoy parece que las mujeres y los hombres tienen que cargar necesariamente con sus supuestas condiciones potenciales (que no circunstancias puntuales) de victima o de victimario. Como si fuera probable que todas y todos acabemos siéndolo si no nos protegemos o nos controlamos lo suficiente. Como si para evitar que haya víctimas la mejor estrategia fuera generalizar el victimismo y hacernos todos protectores de las pobres mujeres frente a ese demonio en que se puede convertir cualquier hombre por el hecho de serlo. Yo reniego de todo eso. De suponer que, por defecto, las mujeres han ser protegidas y los hombres reeducados. Si fuera mujer no me gustaría que a priori me consideraran vulnerable solo por serlo. De hecho, la vulnerabilidad no me parece un defecto propio de un género sino una virtud humana bastante compartible y reivindicable. En cuanto a las edades del hombre (y de la mujer) me declaro decididamente intergeneracionalista. Soy de los que piensan que, aunque modulados por el tiempo, ni la mirada ni el pensamiento están determinados por él. Pero no me enrollo más. Solo reitero que esta bobada francesa sobre (y para) la mujer madura (así, en singular y con artículo) está a una distancia sideral de otras historias con las que podría compararse. Por ejemplo, con Gloria, la estupenda película chilena de Sebastián Lelio. Si Blandine Lenoir la hubiera visto no habría hecho esto.

martes, 1 de agosto de 2017

Asuntos de familia

de Maha Haj. Israel, 2016. 90.
1 de agosto de 2017. Cines Groucho, Santander.

Un matrimonio mayor no se soporta. Tampoco le va bien a sus tres hijos la vida en pareja. Uno no tiene nada clara su relación con su majísima novia. La hija embarazada tampoco está bien con ese marido bondadoso que anhela ver el mar y que tiene en casa a una abuela deliciosamente amnésica. Y del hijo que vive en Suecia tampoco llegarán a conocer a su pareja cuando vayan a visitarlo.

Frente a su hijo y en medio de un lago nórdico ese matrimonio mayor acabará haciendo una hermosa declaración de desamor. Y eso es esta magnífica película. Toda una declaración sobre la bondad y la belleza que pueden acompañar el desamor. Para empezar, en el propio contexto en que viven estos palestinos israelíes del que apenas se intuyen más conflictos que los de sus propias vidas. Porque es posible y deseable que el cine muestre historias en las que israelíes y palestinos puedan ser algo más que meros sujetos (activos o pasivos) de ese viejo conflicto. Asuntos de familia es una hermosa historia contada con parsimonioso naturalismo y una pizca de surrealismo. Una película muy bella por el exquisito cuidado que la directora pone en todos los encuadres y por su capacidad para hilvanar un relato cautivador en el que no hay subrayados musicales, ni falta que hacen. Y también por los perfiles humanos que consigue desvelar a través del silencio y la flema de sus personajes. Esos maduros matrimoniados de convivencia ritualizada que ya no se soportan. Esa adorable anciana amnésica, entre felina y paquidérmica, que mirando unas baldosas hace una hermosísima evocación de la infancia. Ese yerno que es feliz como un niño cuando por fin se acerca al mar. Y esa pareja que no lo tiene nada claro hasta que se pone a bailar un tango en una comisaría. Así que en esta jornada en que hemos disfrutado con nuestra primera visita al Centro Botín ha sido una suerte encontrarnos en estos estupendos (y hoy bastante concurridos) cines Groucho con esta magnífica película a la que acompaña en la cartelera nada menos que Estiu 1993. Los santanderinos son muy afortunados por tener de nuevo una sala de cine que programa tan bien como esta.