martes, 29 de diciembre de 2015

El desafío

de Robert Zemeckis. EE.UU., 2015. 124’.
29 de diciembre de 2015. Cines Parque Principado, Lugones. 3D

En agosto de 1974 el funambulista francés Philippe Petit puso un alambre entre las torres gemelas y paseó sobre él.  Fue una acción ilegal de inspiración poética.

Terminamos por todo lo alto este año de cine. Sintiendo el vértigo de caminar sobre el vacío a cuatrocientos metros de altura en un lugar muy bello que por desgracia ya no existe. Los diecisiete minutos de ese paseo hiperrealista no son aptos para todos los públicos. Pero resultan una gozada para disfrutar del vértigo con la protección de saberse en un cine y con la certeza de que la cosa acaba bien. El recuerdo de aquellas torres que visitamos en el intenso verano del noventa y dos y el de la película Man on wire (el magnífico documental de James Marsh sobre esta misma hazaña) hacían que este desafío me resultara imprescindible. Una buena forma de acabar otro año de cine. 

lunes, 28 de diciembre de 2015

Sufragistas

de Sarah Gavron. Reino Unido, 2015. 106’.
28 de diciembre de 2015. Cines Parque Principado, Lugones.

Maud trabaja en una lavandería. Allí toma contacto con el movimiento sufragista. Su progresiva implicación hará que entienda de otro modo la vida. Y que sufra las consecuencias en su familia y en su trabajo.

Desde la sencilla mirada de esta mujer vemos los avatares de una lucha que llevó a mil feministas británicas a la cárcel y que, antes de la Primera Guerra Mundial, logró hacer visible una causa que acabó conquistando un derecho que hoy nos parece obvio. Es una película necesaria que muestra que los derechos nunca han sido gratis y que el compromiso y la tenacidad es lo que hace posible una vida mejor. Unos valores que tenían mucho más claros aquellas mujeres de hace un siglo que mucha gente hoy. La película me interesaba por todo eso y por disfrutar de nuevo viendo a Carey Mulligan interpretar a uno de esos personajes muy fuertes con apariencia muy dulce. El gustazo ha sido completo al encontrarme también con Brendan Gleeson (que bordó aquel extraordinario cura en Calvary) aportando el contrapounto perfecto para ese personaje. Pero es que además la historia está muy bien contada, es emocionante y enseña muchas cosas. Nada que ver con la otra película que hemos visto hoy.

Star Wars: El despertar de la fuerza

de J.J. Abrams. EE.UU., 2015. 135’.
28 de diciembre de 2015. Cines Los Prados, Oviedo. V.O.S. 3D

Un piloto que tiene el mapa para localizar a Luke Skywalker es apresado por los malos (que ahora se llaman la Primera Orden), pero antes consigue ponerlo a salvo dándoselo a su simpático androide esférico. Con la ayuda de un soldado negro con alma blanca el piloto consigue escapar, aunque  luego se estrella y no sabremos nada más de él hasta el final de la película. El soldado renegado, que ha salido con bien del impacto, se encuentra con una chatarrera que ha rescatado al androide y los tres se unen a los buenos para luchar contra los malos. Al final la chatarrera acaba encontrando a Luke Skywalker.

Supongo que la devoción que muchos profesan por este producto se debe a que les devuelve a su personal galaxia adolescente, al momento en que se encontraron por primera vez con La Fuerza y todo eso. Y supongo que mi repelús ante él también se debe a lo mismo, a la forma en que a mis quince años asistí al estreno de una película que entonces se llamaba La Guerra de las Galaxias y no Star Wars. Fue un domingo por la tarde. La cola había sido larga en el tiempo (comimos muy temprano aquel día) y en el espacio (ocupaba toda la calle Marcos del Torniello). Cuando llegué a la taquilla ya solo quedaban las últimas entradas. Así que me enfrentaba al dilema de ir a clase al día siguiente siendo el único que no podría hablar de la película o verla desde la esquina izquierda de la primera fila del enorme cine Almirante. Entre el ostracismo cinematográfico y tener una visión esquinada de esta historia galáctica opté por lo segundo. Y desde entonces ahí sigo, con un gusto cinematográfico forjado en una juventud más marcada por Bernardo Bertolucci que por George Lucas. De todas formas, aunque reconozco que este tipo de cine me dice poco, creo sinceramente que, si no fuera porque evoca recuerdos adolescentes, Star Wars: El despertar de la fuerza (en la siguiente seguramente el subtítulo ya no será en español) sería una película menor dentro de ese género en el que me parecen muchísimo mejores historias como Guardianes de la Galaxia de James Gunn, Interstellar de Christopher Nolan o la magnífica Gravity de Alfonso Cuarón. Aunque éstas seguramente ni comparten género con esas guerras galácticas surgidas de las postrimerías del cine sobre hazañas bélicas en el Pacífico y de las ganas de llenar de personajes épicos los magníficos escenarios siderales que inauguró Stanley Kubrick nueve años antes. Sin embargo, debo reconocer que hay una idea en esta película que me parece verdaderamente poderosa y clarividente. Me refiero a esa escena en que se ve a los malos chupando toda la energía del Sol para cargar esa mortífera arma con la que pretenden acabar con los buenos. Una metáfora perfecta de lo que está haciendo esta película en nuestros cines. La veo en Los Prados de Oviedo en su tercera semana en cartel y se sigue proyectando en cinco de sus catorce salas. Me pregunto cuántas películas europeas no se habrán estrenado este diciembre o cuántas se habrán quedado sin público por este cáncer cinematográfico procedente de la Primera Orden americana frente al que no parece haber Resistencia que valga. Me pregunto qué tienen en el cerebro esos líderes de algunos partidos políticos que parecían tan dispuestos a luchar contra el imperio del mal en España pero que en la jornada de reflexión no solo fueron gustosos a ver esta película sino que se enorgullecieron de ello en los medios como si hubieran cumplido con una ceremonia de comunión obligatoria. Pero ya digo, debo de ser un cinéfilo esquinado. Quizá porque aquel domingo lejano me tocó ver esta guerra en primera fila y desde la extrema izquierda.

domingo, 27 de diciembre de 2015

Fucking Amal

de Lukas Moodysson. Suecia, 1998. 89’.
27 de diciembre de 2015. Tabakalera, San Sebastián. V.O.S.

Agnes ha cumplido dieciséis años y no tiene amigos en el instituto. Por el contrario, Elin es muy popular y extravertida. Las dos acabarán teniendo una relación amorosa que resulta inesperada para los demás.

Ayer por la mañana estuvimos en la visita guiada a Tabakalera, el flamante centro de cultura contemporánea que San Sebastián estrenó hace tres meses en el edificio centenario que le da nombre. La intervención arquitectónica es interesante (con un vistoso prisma y terraza superior que hace visible el edificio desde lejos) y el planteamiento de contenidos parece prometedor (en la línea del CCCB de Barcelona, del Matadero o la Casa Encendida de Madrid o incluso de la Laboral de Gijón). La programación de su cine tiene afinidades con la del Niemeyer (ayer se proyectaba aquí Qué difícil es ser un dios, una película que vimos el mes pasado en Avilés), aunque también incorpora ideas tan interesantes como que colectivos juveniles locales programen sus propios ciclos. Ese es el motivo de que hayamos visto hoy aquí Fucking Amal, una película que presentaron los estudiantes donostiarras de bachillerato artístico que la habían seleccionado. A la película se le notan sus más de quince años (también a la copia de 35 mm que se ha proyectado) y, después de La vida de Adèle, parece casi obvia su reivindicación edificante de la posibilidad de amores lésbicos en la juventud temprana. En todo caso, la sencillez de esta historia sueca no debería llevar a menospreciar su valor. Como tampoco la torridez de la francesa debería engañarnos sobre la calidad de esa sobrevalorada película.

sábado, 26 de diciembre de 2015

Macbeth

de Justin Kurzel. Reino Unido, 2015. 113’.
26 de diciembre de 2015. Cine Trueba, San Sebastián. V.O.S.

De regreso del campo de batalla unas brujas saludan a Macbeth como futuro rey.  Y la profecía se hará realidad porque, influido por su mujer, esa noche asesinará a Duncan, el buen rey de Escocia. A esa horrendo crimen le sucederá una espiral de crueldad, miedo y remordimiento con la que Macbeth hará también ciertas las demás profecías.

Me encuentro con este Macbeth cinematográfico cuando aún tengo bien presentes los dos últimos que he visto en el teatro. Especialmente el extraordinario MBIG de la Pensión de las Pulgas al que ninguna superproducción podrá postergar en mi memoria. Pero Justin Kurzel sabe ser fiel a Shakespeare dando todo el protagonismo al texto y encargando los personajes principales a actores tan oportunos como Michael Fassbender y Marion Cotillard. Lo más singular de su Macbeth está en las imágenes, en su capacidad de hacer bellos y sublimes los escenarios intemporales y casi inhumanos en los que ubica la tragedia. La fuerza de la naturaleza resulta omnipresente en una película que, en las escenas corales y en algunos pasajes musicales, parece apuntar sutiles homenajes a Kurosawa. Pero Kurzel consigue ser original con un Macbeth al que ni siquiera le sobra esa bellísima cámara lenta (de la que otros tanto abusan) y al que le sienta magníficamente que el avance final del bosque de Birnam se convierta en un incendio que tiñe de rojo la pantalla. Por suerte, en esta escapada donostiarra hemos podido ver esta película en versión original. Algo que en las salas comerciales de Asturias solo parece merecer Star Wars.

martes, 22 de diciembre de 2015

Nacido en Gaza

de Hernán Zin. España, 2014. 78’.
22 de diciembre de 2015. Centro de Cultura Antiguo Instituto, Gijón. V.O.S.

Varios niños nacidos en Gaza nos hablan de las desgracias que sufrieron durante los ataques israelíes del verano de 2014. Con sus casas destruidas, con amigos y familiares muertos y con heridas en el cuerpo y en el alma. Así quedaron esos niños palestinos.

Las causas justas merecen algo más que buenas intenciones. Nacido en Gaza es una película en la que los niños hablan como si siguieran guiones adultos y a la que le sobran subrayados como el abuso de la cámara lenta, los textos sobreimpresos que pretenden explicarlo todo o esa banda sonora empeñada en activar resortes emocionales. Todo eso acaba consiguiendo lo contrario de lo que seguramente se pretende. Y así la defensa de una causa justa, como la de las victimas inocentes de los infames ataques israelíes, acaba pareciendo propaganda. Eso es lo peor que le puede pasar a un documental que tendría mucho que aprender de ficciones tan estupendas como Una botella en el mar de Gaza de Thierry Binisti, una película que aborda con mucha más sutileza el mismo tema en el mismo lugar.

lunes, 21 de diciembre de 2015

The visit

de Michael Madsen. Dinamarca, 2015. 83’.
21 de diciembre de 2015. Centro Municipal Integrado La Arena, Gijón. V.O.S.

Ha llegado vida extraterrestre a nuestro planeta. Lo que dicen que harían quienes tendrían más responsabilidades en una situación así es el contenido de este documental.

Seguramente una noticia como esa dejaría paralizados a muchos seres humanos. Y eso es casi lo que vemos en esas imágenes hiperlentas que se intercalan entre declaración y declaración. Algunos de los testimonios suscitan interesantes reflexiones sobre lo que implicaría un contacto con otras formas de vida inteligente cuando ya han pasado casi cuarenta años del lanzamiento de aquellas sondas Voyager que llevaron mensajes sobre nuestra especie más allá del Sistema Solar. Pero The visit resulta excesivamente parsimoniosa y aporta menos de lo que cabría esperar de un tema tan interesante como ese.

domingo, 20 de diciembre de 2015

45 años

de Andrew Haigh. Reino Unido, 2015. 93’.
20 de diciembre de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

El lunes llega una carta desde Suiza para Geoff. Han encontrado en el hielo el cuerpo de Katia, su primer amor que murió en un glaciar en 1962. La semana será distinta para él y para Kate. El sábado celebrarán cuarenta y cinco años de matrimonio.

Andrew Haigh nos emocionó con aquella lección de buen cine sobre un amor con futuro imposible que era Weekend. La historia empezaba en la noche de un viernes y sabíamos que el domingo uno de los amantes se iría para siempre a Estados Unidos. 45 años nos habla de un amor entre semana que ha de enfrentarse a las noticias que llegan de otro desde un pasado lejano. Siendo tan distintas (juvenil, homosexual, urbana y apasionada, Weekend;  senil, heterosexual, rural y sosegada, 45 años) las dos se complementan de manera perfecta. En aquella reseña comparaba la historia de amor de Weekend con las dos primeras Antes de...  de Linklater. Ahora me queda muy claro que estas dos historias inglesas se llevan muy bien con aquella trilogía americana. Por lo demás, es todo un regalo ver a Charlotte Rampling en escenas mudas tan magníficas como la de las diapositivas en el desván, las del escaparate de los relojes suizos o la del baile final. Lástima que las versiones que llegan a los cines de Oviedo sean siempre dobladas y no podamos disfrutar tanto con las escenas en que habla.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Ghadi

de Amin Dora. Líbano, 2013. 100.
19 de diciembre de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

El tercer hijo de Leba se llama Ghadi y tiene síndrome de Down. Sus gritos desde la ventana incomodan a los vecinos de su pueblo libanés. Hasta que Leba les convence de que en realidad es un ángel.

Un largo preámbulo con la voz en off del padre nos introduce con encuadres elegantes en el ambiente de esa pequeña comunidad cristiana a la que le vendrá bien creer que ese niño es un ángel. Justo lo que son para sus familias todos los que nacen como Ghadi. La película es una reivindicación amable y divertida de la integración social de esas personas. Y también un alegato antiabortista.

jueves, 17 de diciembre de 2015

El puente de los espías

de Steven Spielberg. EE.UU., 2015. 135.
17 de diciembre de 2015. Cines Parqueastur, Corvera.

James Donovan es un abogado al que le encargan defender a un ruso acusado de espionaje en los tiempos de la Guerra Fría. Luego negociará en Berlín su intercambio por un piloto y un estudiante americanos. Donovan es un abogado honesto y un hábil negociador que, de ser detestado en su país, pasó a convertirse casi en un héroe.

El estupendo guión de los hermanos Coen, la prodigiosa ambientación que siempre ofrece Spielberg y la soberbia interpretación de Tom Hanks hacen que El puente de los espías no defraude y uno salga del cine con la sensación de haber visto un clásico. El puente de la parte final y la tenacidad del protagonista me han recordado a Salvar al soldado Ryan. Su vocación altruista en escenarios alemanes me ha hecho pensar también en La lista de Schindler. Y, aunque esta nueva película de Spielberg no es tan ambiciosa como aquellas, creo que quedará en la memoria como una de las mejores de este gran director. Los hechos reales que inspiran esta historia tienen poco que ver, pero el heroismo cívico del protagonista de El puente de los espías me ha recordado al del Pereira de Tabucchi o a ese otro americano, ahora repudiado, al que quizá algún día se le reconozca su valor. Estoy pensando en Edward Snowden, el joven cuya gesta también tiene película (Citizenfour de Laura Poitras) y sobre la que dije en este blog algo que también me sirve para James Donovan: gentes como él, más que poner en riesgo la seguridad de sus países, son las que mantienen vivos sus mejores valores.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

La novia

de Paula Ortiz. España, 2015. 93’.
16 de diciembre de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

En la noche de la boda la novia huye con el rival del novio. Una pasión nocturna que a la mañana siguiente la dejará doblemente viuda. 

Lorca como excusa para una película de esteticismo irritante. Luna llena, relinchos, cristales y sangre. Imágenes pretenciosas con subrayados musicales y cámara lenta al estilo de los anuncios de colonia. Curiosamente la tragedia no tiene lugar en Andalucía sino en Aragón y en Capadocia. De Paula Ortiz me encantó De tu ventana a la mía pero, por muchos Goyas a que aspire, este regreso a Bodas de sangre me parece entre innecesario y sonrojante.

domingo, 13 de diciembre de 2015

52 martes

de Sophie Hyde. Australia, 2013. 109.
13 de diciembre de 2015. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

La madre de Billie inicia un tratamiento para cambiar de sexo. Durante un año Billie vivirá con su padre y solo verá a su madre los martes entre las cuatro y las diez. Después de esa hora, sin que sus padres lo sepan, se encuentra cada semana con un chico y una chica de su colegio con los que comparte intimidad y sexo.

Sexo, mentiras y cintas de video. Si Steven Soderbergh no se hubiera adelantado, así se podría haber titulado también esta película que muestra el proceso del cambio de sexo de una adulta y el proceso de despertar al sexo de una adolescente. Es interesante la forma en que se presenta la evolución de la relación entre madre e hija a través de ese dispositivo narrativo que va numerando los cincuenta y dos encuentros (en realidad alguno menos ya que hay un par de semanas en que no se ven). También lo son la manera en que se presenta el triángulo adolescente y las confesiones que la protagonista va filmando. Sin embargo, la forma en que el entorno adulto reacciona al descubrir las cintas de video me parece algo radical y un  tanto conservadora, sobre todo tratándose de una película que parece reivindicar la libertad de orientación sexual. Bien contada y excelentemente interpretada por la joven protagonista, 52 martes es, en todo caso, una historia que se ve con interés.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

Techo y comida

de Juan Miguel del Castillo. España, 2015. 90’.
9 de diciembre de 2015. Cines Los Prados, Oviedo.

Hace meses que Rocío no puede pagar el alquiler del piso en el que vive con su hijo. Y hace tres años que no tiene trabajo. Está a punto de ser desahuciada y sobrevive con lo mínimo.

Llevar la mirada de los Dardenne a Jerez de la Frontera. Tal parece ser la intención de esta película que no consigue emocionar con un drama como el de los desahucios. Quizá porque, aunque su interpretación es muy meritoria, Natalia de Molina es demasiado joven y guapa para poder encarnar a un personaje tan torturado como el que requeriría esta historia.

martes, 8 de diciembre de 2015

En el corazón del mar

de Ron Howard. EE.UU., 2015. 121.
8 de diciembre de 2015. Cines Parqueastur, Corvera. 3D

Herman Melville pasa una noche con un anciano que le relata los hechos en que se inspiró para escribir Moby Dick. Es la historia del Essex, un ballenero que fue hundido por un cachalote y cuyos marineros estuvieron noventa días a la deriva en el Pacífico.

Los afanes de los balleneros en la época en que la grasa de los cetáceos era una preciada fuente de energía, la dramática supervivencia de unos marineros en el Pacífico y la relación entre el autor de aquella obra clásica y los hechos que la inspiraron son las tres historias que componen esta película. Aunque el 3D me ha resultado oscuro y poco espectacular, son las imágenes del barco y la caza de las ballenas lo que más me ha interesado de la película. La relación entre el autor y su fuente no aporta mucho y, tras La vida de Pi de Ang Lee o Cuando todo está perdido de J.C. Chandor, lo que les pasa a estos naúgrafos no parece tan intenso.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Taxi Teherán

de Jafar Panahi. Irán, 2015. 82.
7 de diciembre de 2015. Cines Golem, Madrid. V.O.S.

Jafar Panahi conduce un taxi por las calles de Teherán. Con una cámara en el salpicadero va registrando lo que dicen y hacen quienes se suben en él. Incluida su sobrina que también está haciendo un cortometraje con su cámara fotográfica.

Desde 2010 Panahi tiene prohibido hacer cine, hablar de su cine y salir de Irán. Pero no se ha resignado. Desde entonces, y aún en esas condiciones tan difíciles, ha conseguido hacer tres películas. Esto no es una película, la primera de sus obras insumisas, estaba condicionada enteramente por su kafkiana situación, lo que hacía difícil separar sus valores cinematográficos de su condición de denuncia. Taxi Teherán vuelve a ser un alegato impresionante en favor de la libertad de expresión, pero su interés como obra cinematográfica que cruza las fronteras entre la realidad y la ficción es máximo. El diálogo de los primeros pasajeros sobre la pena de muerte, el testamento grabado con el móvil de Panahi por el hombre accidentado, la surrealista peripecia de las mujeres que llevan dos peces y el estupendo diálogo con la mujer de las flores son elementos que hacen muy singular y atractiva una película que tiene algunos puntos de contacto (al menos en parte del dispositivo narrativo por las calles de Teherán y en ese "realismo sórdido" que persiguen los censores) con la extraordinaria Tales, de su compatriota Rakhshan Bani-Etemad, que vimos el año pasado en el festival de Gijón. Pero de Taxi Teherán será inolvidable el papel de esa pequeña cineasta que es la sobrina de Panahi. Una niña que nos deja boquiabiertos con la lucidez de lo que dice y la intención de lo que filma. Así que el Oso de Oro en Berlín seguramente fue bien merecido para la película de Panahi y, no pudiendo recibirlo el propio director, no pudo tener mejor destino que las manos de la pequeña Solmaz Panahi que lo recogió en su nombre.

domingo, 6 de diciembre de 2015

La academia de las musas

de José Luis Guerín. España, 2015. 92’.
6 de diciembre de 2015. Sala Berlanga, Madrid.
11 de febrero de 2016. Centro Niemeyer, Avilés.
25 de mayo de 2016. Laboral Cinemateca, Gijón. 

Rafaelle Pinto dirige un curso en la Universidad de Barcelona sobre la literatura, el amor y las musas. Momentos de sus clases se combinan con encuentros con sus alumnas y diálogos con su mujer. La posibilidad de que las musas literarias inspiren a las mujeres reales es motivo de estudio en ese curso. Y preside las relaciones entre el profesor y esas mujeres.

Si fuera una ficción tendría un guión propio del mejor Woody Allen. Pero lo que vemos es una suerte de diario filmado de encuentros aparentemente reales durante unos meses de invierno en Barcelona e Italia. Quienes hablan de Dante y de Beatriz o de Abelardo y de Eloisa no son actores. Son realmente quienes parecen, con sus nombres y profesiones. Aunque a veces los vemos detrás de cristales que hacen más íntimos los encuentros, sus diálogos tienen la misma verdad que los de aquellos seres que con tanto respeto nos mostró José Luis Guerín unas calles más abajo en su magnífica En construcción. Pero aquí su magistral lección cinematográfica llega a un límite nunca visto porque el triángulo entre la literatura, la vida y la pantalla tiene un nivel de verdad, de reflexividad, de belleza y de ironía realmente apabullante. La academia de las musas es una experiencia distinta a todo lo visto en el cine y merecerá ser estudiada como un hito estético tan relevante como El sol del membrillo. No me extraña que, según cuentan, en el taller que dirigió en el festival de Gijón hace un par de semanas, Victor Erice hablara del cine de José Luis Guerín. Los dos me parecen cineastas extraordinarios cuyas obras trascenderán estos tiempos. Dentro de mucho tiempo podré decir que yo estaba allí la primera vez que se proyectó en Madrid La academia de las musas.

Rams

de Grímur Hákonarson. Islandia, 2015. 93.
6 de diciembre de 2015. Cines Verdi, Madrid. V.O.S.

Aunque viven en el mismo valle y uno al lado del otro, hace cuarenta años que dos hermanos no se hablan. Pero la voluntad de conservar el linaje de sus carneros los acabará uniendo.

Tras la curiosísima De caballos y hombres de Benedikt Erlingsson y la inquietante Metalhead de Ragnar Bragason, el cine islandés nos trae esta película no menos interesante sobre hombres y carneros. La espiga de oro en el festival de Valladolid parece justificada para esta historia que acaba defendiendo que, por mucho frío que haya en el paisaje y entre las personas, el calor fraternal siempre permanece. Antes de la película, un café muy grato en el bonito vestíbulo de los Cines Verdi de Bravo Murillo. A la salida, un encuentro inesperado en ese mismo lugar y en este día de la Constitución. Allí un padre y una madre comentan animadamente con sus hijas la película que acaban de ver. El padre se llama Felipe y la madre Letizia.

sábado, 5 de diciembre de 2015

Berserker

de Pablo Hernando. España, 2015. 104’.
5 de diciembre de 2015. Cineteca, Madrid. V Festival online Margenes. V.O.S.

Un escritor de escaso éxito tiene que entregar su tercera novela. Para escribirla podría inspirarse en la historia de la hermana del novio de su compañera de piso. Se llamaba Elena y mató a su novio. Buscando información sobre el caso, el escritor averigua que, por las mismas fechas, otros amigos de la homicida desaparecieron, se suicidaron o murieron. Pero la indagación se pone peligrosa y el escritor decide acabar su novela sin terminar sus investigaciones. 

El personaje del escritor me resulta un tanto impostado. Luego en el coloquio el director explica su intención de hacernos algo antipático a este tipo al que la realidad regala una gran historia y no se atreve a convertirla entera en un buen relato. Para el espectador la sensación es parecida porque se encuentra con un thriller generacional que al final queda sin rematar. La intención parece ser la de mostrar el (relativo) fracaso del escritor de Berserker. El resultado es el (relativo) éxito del director de la película.

La extranjera

de Miguel Ángel Blanca. España, 2015. 66’.
5 de diciembre de 2015. Cineteca, Madrid. V Festival online Margenes. V.O.S.

Retales filmados en Barcelona en el último verano. Hay muchos turistas que sacan (y se sacan) fotos. Y hay un tipo que recoge el cuerpo de una chica en la playa y lo conserva con hielo en la bañera de su casa.

Visitar la Sagrada Familia o el Parque Güell son tópicos turísticos. Renegar de los turistas y considerarlos invasores también empiezan a serlo en Barcelona. Con esta coartada (que se plantea como originalísima denuncia) se pretende justificar esta película cuyo desaliño se presenta como valor. El director confirmó en el coloquio la escasa moralidad con que empuña su cámara. Y no solo cuando ridiculiza a los turistas, también cuando usa las imágenes de las adolescentes que participan en castings para burlarse de ellas (tanto en la pantalla como en sus comentarios de esta noche). Elitismo cutre. Ese podría ser el género de esta película que nos hemos encontrado esta tarde al pasar por la Cineteca para ver algo del Festival Márgenes que, además de en la red, se celebra estos días en Madrid y en otras seis ciudades de España, México, Chile y Uruguay.

Langosta

de Yorgos Lanthimos. Grecia, 2015. 118’.
5 de diciembrel de 2015. Cine Renoir Princesa, Madrid. V.O.S.

La ciudad, el hotel y el bosque. Son los espacios de este mundo extraño en el que las personas viven en pareja, tienen cuarenta y cinco días para emparejarse o son convertidas en animales. Seguimos a un hombre que entra en el hotel y que quisiera ser langosta si no encuentra a nadie. Antes de que venza el plazo huye al bosque y se reúne con otros solteros fugitivos. Entre ellos lo prohibido es el amor. Y él tampoco se adapta a esa regla.

Estuvo en la sección Gran Angular del festival de Gijón pero no pude verla. Así que me alegro de encontrarme ahora en Madrid con esta nueva película del director de la inquietante Canino. Como aquélla, esta Langosta también seduce por su extrañeza. Es verdad que las reglas de ese hotel distópico y los avatares del protagonista durante la primera parte son tan inquietantes y están tan bien contados que no apetece salir de ese mundo de aires huxleyanos. Pero el contrapunto del totalitarismo sentimental que también imponen los renegados en el bosque hace que el conjunto tenga un interesante equilibrio y pueda leerse como una metáfora sobre los afectos y sobre su imposición a través de los defectos.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Mistress America

de Noah Baumbach. EE.UU., 2015. 84.
2 de diciembre de 2015. Cines Parqueastur, Corvera.

Tracy acaba de entrar en la universidad e intenta encontrar su lugar en el nuevo entorno. Las cosas cambian para ella cuando conoce a su futura hermanastra, una joven con un carácter arrollador y más proyectos que éxitos reales.    

Noah Baumbach es un magnífico cronista de la vida neoyorquina que, acercándose a vidas singulares, tiene especial sensibilidad para captar los rasgos que definen las identidades generacionales. Tras las estupendas Una historia de Brooklyn, Francés Ha y Mientras seamos jóvenes, Mistress America me ha parecido algo menor. Estas hermanastras locuaces me han resultado menos interesantes que aquella familia separada, aquella bailarina a la deriva y aquel maduro manipulable. Pero quizá sea yo, que estaba algo espeso esta noche.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Descubriendo a Rosario Acuña

de Luis Felipe Capellín. España, 2014. 70.
29 de noviembre de 2015. Centro Niemeyer, Avilés.

Periodista, librepensadora, republicana, masona, feminista... Así era aquella mujer que dejó profunda huella en Gijón, la ciudad en la que pasó sus últimos años.

Antes de esta proyección Luis Felipe Capellín nos presentó Cementerio moro, otro cortometraje comprometido sobre la memoria casi perdida de aquellos marroquíes que reposan desde la guerra en ese espacio de Barcia. Luego vimos la tercera película suya que se proyecta en el Niemeyer, la menos informativa. Reivindicando a Rosario Acuña podría ser un título más exacto. De hecho, los que aparecen en el documental destacan la importancia de recuperar lo que significó aquella mujer, pero realmente ayudan poco en ese empeño. Tampoco lo hace este documental al que le faltan informaciones y quizá le sobran valoraciones. Por fortuna, en el coloquio algunas de las personas que intervinieron añadieron relatos de su memoria personal a lo que se había visto en la pantalla y la cosa terminó mejor. En todo caso, será bienvenido Luis Felipe Capellín cuando vuelva a mostrarnos otro de sus trabajos comprometidos con la recuperación de la memoria histórica asturiana.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Ixcanul

de Jayro Bustamante. Guatemala, 2015. 100’.
28 de noviembre de 2015. Cines Centro, 53º Festival de Cine de Gijón (sección: gran angular).

En una zona cafetera en el entorno de un volcán vive María, una joven de una comunidad maya que no habla español. Sus padres han concertado su matrimonio pero ella se queda embarazada de otro joven. Cuando falta poco para el parto la picadura de una serpiente hace que deban llevarla urgentemente a un hospital. Ella sobrevive, pero el bemuere. Supuestamente.

La película se convierte al final en un drama inesperado. Pero lo que llama la atención es la forma de vida y el entorno de esa comunidad indígena. La belleza de los paisajes y el magnetismo del paisanaje hacen que buena parte de la película tenga en lo etnográfico su principal valor. Pero lo que ocurre al final le da un significado inesperado a esta historia volcánica. Ha sido un buen cierre para mi selección del festival. Con esta han sido veintiuna (o veintitrés, si cuento las de las extensiones escolares de Avilés) las películas que he visto este año. Entre ellas ha habido un buen número de estupendas historias que no olvidaré. A estas alturas ya se conoce el palmarés. Curiosamente este año he visto casi todos los largometrajes premiados (con la excepción de Land of mine de Martin Zandvliet que recibió el premio del público). Entre los que me alegran están los premios a Much Loved de Nabil Ayouch (premio Fipresci a la mejor película y a Loubna Abidar como mejor actriz), a Zurich de Sacha Polak (premio a la mejor película dirigida por una mujer) y a Nasty Baby de Sebastián Silva (premio del jurado joven). Comprendo que hayan compartido el premio a la mejor dirección artística La calle de la amargura y The diary of a teenage girl. También entiendo que Arturo Ripstein haya podido ser considerado el mejor director (aunque creo que su película estaría mejor fuera de concurso). Pero en lo que discrepo totalmente es en que Right now, Wrong then de Hong Sang-soo haya merecido el premio a la mejor película y el soso Jung Jae-young, que hace de trasunto del director coreano, el premio al mejor actor. Mi favorita para el premio principal era Taklub de Brillante Mendoza, una película que, por muchos motivos, está a años luz de la de Hong Sang-soo. Y lo digo yo que disfruto bastante con su cine, pero creo que su última película es bastante menos interesante que otras anteriores (sin ir más lejos Hill of freedom, la que trajo el año pasado a este festival). Pienso que el jurado, más que premiar a una película, ha querido premiarse a si mismo intentando demostrar que está en la onda del cine independiente y raro que caracterizaría a festivales como este. De hecho, ese premio contrasta bastante con los que le han concedido a La delgada línea amarilla de Celso García (premio especial del jurado y premio al mejor guión), una película bienintencionada, pero en la que deberían percibir su previsibilidad y sus muchos subrayados quienes tienen un gusto tan refinado como para valorar tanto el cine del coreano. Me alegro de que se premie una película latinoamericana pero, dando en tantas ocasiones tan buenos motivos para ello, siento que este año se haya destacado de él una obra menor.