martes, 26 de abril de 2016

Nuestra hermana pequeña

de Hirokazu Kore-eda. Japón, 2015. 128.
26 de abril de 2016. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Tres hermanas acuden al funeral de su padre y se encuentran con una cuarta a la que no conocían. Es la que tuvo con la mujer por la que las abandonó hace quince años. Poco después también se fue la madre, así que hace mucho tiempo que las tres viven solas. La madre de la hermana pequeña también murió hace tiempo. Tras el funeral se irá a vivir con ellas.

Si a los niños abandonados de Nadie sabe la vida los hubiera tratado bien les depararía una convivencia tan deliciosa como la de estas cuatro hermanas. Las consecuencias de una separación familiar y los deseos de volver a encontrarse también estaban presentes en Milagro o en Like father, like son. Y los secretos, culpas y recelos familiares que contiene esta historia ya hacían muy especial aquella Still Walking en la que Kore-eda mostraba bien a las claras su deuda con el cine de Ozú. Así que Nuestra hermana pequeña contiene mucho de lo que hace tan singular la mirada de este director que siempre pone poesía en la descripción naturalista de las querencias y distancias que definen las relaciones familiares. Es verdad que esta vez la deliciosa convivencia entre las hermanas está a punto de excederse en dulzura. Pero poco a poco las pequeñas tramas de lo que no se dice y lo que no se sabe hacen que vaya ganando interés lo que se intuye tras cada gesto y la historia sea cada vez mas cautivadora. Al final uno vuelve a sentirse conmovido por el cine sutil de este director japonés que ya hizo inolvidable su nombre con aquel extraordinario drama de unos niños a la deriva al que Millás dedicó una de sus columnas y que desde entonces (salvo el extraño desvarío de Air Doll) ha seguido ofreciéndonos cine mayúsculo con historias sencillas en cada nueva película.

domingo, 24 de abril de 2016

Los hongos

de Óscar Ruiz Navia. Colombia, 2014. 103.
24 de abril de 2016. Centro Niemeyer, Avilés.

Roberto trabaja de peón en una obra, pero lo despiden. Eduardo estudia Bellas Artes, pero no va a clase. Los dos viven en Cali y son grafiteros con inspiraciones tan diversas como la primavera árabe o un inmenso árbol.

"Nunca más guardemos silencio". "América sudaca y callejera". El primer lema lo pintan estos dos artistas en las periferias de Cali. El segundo lo grita uno de sus aliados de la noche. Son dos consignas transgresoras que podrían resumir la actitud de estos dos pacíficos revolucionarios de la brocha y el espray. La cámara los sigue con un tono a medio camino entre la ficción accidental y el documental incidental. La abuela entrañable, el padre que canta, los policias de maneras rudas que nos deparan el delicioso final en el árbol, las elecciones locales con propaganda ubicua y religiosa, las calles de Cali que Roberto recorre con su monopatín... Todos esos elementos tangenciales tienen tanto protagonismo en la película como los avatares de estos dos jóvenes empeñados en llenar de vida y color las paredes de su ciudad.

miércoles, 20 de abril de 2016

Informe general sobre unas cuestiones de interés para una proyección pública

de Pere Portabella. España, 1977. 160.
20 de abril de 2016. Centro Niemeyer, Avilés.

Imágenes del Valle de los Caídos. De manifestaciones en las calles de Madrid y Barcelona. Ramón Tamames, Raúl Morodo y Felipe González conversan sobre el papel de la izquierda en el periodo constituyente. Sindicalistas reunidos en una casa de Santa Coloma. Marcelino Camacho, Nicolás Redondo y José María Zufiaur dialogan sobre la unidad sindical y la lucha obrera. Imágenes de Belchite, de Mequinenza y del Palacio de El Pardo mientras se oye una descripción del Estado franquista. Conversación entre lideres de la ORT, del PTE y del MCE. Anselmo Carretero y José Prat hablan en un paseo otoñal sobre los años de exilio. Marc Palmés y Magda Oranich, los abogados que defendieron a Txiki, rememoran las últimas horas antes de su fusilamiento en septiembre de 1975. Imágenes y voces del multitudinario entierro tras los asesinatos de Vitoria. Enrique Tierno Galván, Simón Sanchez Montero y Joaquín Ruiz Jimenez hablan sobre la articulación institucional que deberá tener España. José María Gil Robles opina sobre el papel del ejercito y de la Iglesia en el nuevo escenario democrático. Escenas ficticias sobre torturas reales. La realidad del fascismo en la ficción de Raza.  Santiago Carrillo habla del eurocomunismo y del papel del partido en el nuevo contexto. Imágenes del parlamento catalán polvoriento. Antón Cañellas, Joan Reventós, Gregorio López Raimundo y Jordi Pujol opinan sobre el lugar de Cataluña en España. Una periodista francesa entrevista a Antonio Senillosa sobre el papel de la monarquía. Y Monserrat Caballé canta Salomé en el Palau de la Música Catalana mientras en el Palacio de la Generalitat se retira un retrato de Franco y su mujer. Es el Informe General de Portabella.

Han pasado cuarenta años desde que se filmó este documento imprescindible sobre un tiempo intenso en el que hacía cuarenta años del comienzo de la dictadura. Como El Sopar este Informe general es una experiencia única. No es un documental sobre una época, es un documento histórico de (y desde) aquel tiempo. Es el testimonio de cómo veían las cosas unas gentes dispuestas a asumir la responsabilidad del futuro de este país. Al margen de las retóricas coyunturales, sus palabras responsables pronunciadas en tiempos preelectorales no han envejecido. Y el largo título de la película no puede ser más oportuno. Porque su contenido es del mayor interés para quienes esta tarde deberían haber llenado la sala en esta proyección única en Asturias (los dos informes se proyectaron en el Reina Sofía en diciembre y nosotros pudimos ver en febrero el segundo en Barcelona). Más que de cinéfilos, el cine del Niemeyer debería estar lleno hoy de ciudadanos, de políticos, de sindicalistas, de historiadores... Y también de profesores. Algunos pensarán que estos son otros tiempos y que estamos ante otros problemas. Justo esos de los que Portabella también levanta acta en su Informe general II que se proyectará aquí mañana. Pero el sentido de ese segundo documento no se lo da este presente continuo en el que a veces parece que vivimos como sonámbulos, sino el contraste con el que nos llega desde aquel pasado, tan despierto y con tanta ilusión por el futuro, que se ha hecho presente hoy aquí.

martes, 19 de abril de 2016

The lady in the van

de Nicholas Hytner. Reino Unido, 2015. 104’.
19 de abril de 2016. Cines Los Prados, Oviedo. V.O.S.

La señora Shepherd aparca su furgoneta en Candem, justo en la entrada de la casa de Alan Bennett en Gloucester Crescent. Es una indigente con pasado confuso que permanecerá allí el resto de su vida. El escritor nos cuenta su relación con ella durante esos quince años.

Por fortuna pudimos verla en versión original. Y escuchar las voces de Maggie Smith en este estupendo papel de anciana bronca con vida extraña (pianista, monja, conductora de ambulancia, indigente motorizada...) y de Alex Jennings en el papel desdoblado del escritor Alan Bennett. Su voz en off nos va comentando su relación con esta mujer sorprendente que pone a prueba la flema y la buena educación del vecindario. La historia parece simple, pero está llena de capas en la descripción de los personajes y en las simetrías entre algunos de ellos (el escritor y su alter ego que intercambian protagonismo al final de la película, su madre y la indigente que parecen cruzar destinos en esos quince años, el policia jubilado que la chantajea y los servicios sociales que la ayudan...) The lady in the van es una película sencilla que, además de unas interpretaciones excelentes y una ambientación estupenda, nos ofrece una historia verdadera con verdadero interés literario.

viernes, 15 de abril de 2016

Julieta

de Pedro Almodóvar. España, 2016. 96’.
15 de abril de 2016. Cines Ocimax, Gijón.

Cuando Julieta está a punto de dejar Madrid para siempre se encuentra con una amiga de su hija que le da noticias sobre ella. Hace tiempo que Julieta perdió todo contacto con Antía. Pero ahora decide contarle por escrito cómo conoció a su padre en un tren, qué relación tenían en el pueblo gallego en que vivían y lo que supuso para ella que él muriera. Fue entonces cuando Antía decidió desaparecer. Y Julieta no ha podido superar su ausencia.

La historia de Julieta (a la que interpretan Emma Suárez y Adriana Ugarte) podría  dar para una buena película, pero la de Almodóvar no lo es. Para serlo deberían ser más verosímiles las situaciones en que se nos muestran los personajes. De qué viven, cómo se relacionan, qué se dicen y cómo reaccionan son elementos que deben estar bien construidos para que una historia sea creíble. Y todo eso no se compensa poniendo una expresión popular de vez en cuando. Cuando a una película se le nota tanto la escritura del guión la cosa va mal. Y aún peor cuando las escenas no emocionan y no acaban de estar cosidas como deberían. Una lástima, porque Julieta tenía mimbres para ser una historia poderosa y Almodóvar había conseguido contener sus habituales subrayados barrocos.

jueves, 14 de abril de 2016

Bone Tomahawk

de S. Craig Zahler. EE.UU., 2015. 133.
14 de abril de 2016. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Un forastero sospechoso llega una noche a Bright Hope. Tras dispararle en una pierna el sheriff lo lleva al calabozo. La mujer de un vaquero, que también está inmovilizado con una pierna herida, le saca la bala y se queda para cuidarlo con el ayudante más joven del sheriff. A la mañana siguiente los tres han desaparecido. Han sido secuestrados por unos indios caníbales que durante la noche asesinaron a un joven negro y se llevaron varios caballos. El sheriff, el anciano que le ayuda, el que pidió ayuda a la mujer y el vaquero cojo que se quedó sin ella salen hacia las montañas donde vive esa temible tribu.

Un magnífico western que se acaba convirtiendo en una película de terror. Aunque la tremenda escena inicial anticipa la crudeza que dominará la última parte (de hecho, sucede en el mismo escenario), la parte central de la película nos muestra el periplo a caballo y a pie de un cuarteto casi arquetípico: el sheriff responsable, el anciano inocente, el listo racista y el vaquero enamorado. Bone Tomahawk se suma así a Slow West, El renacido y Deuda de honor en la serie de travesías peligrosas por el salvaje Oeste que hemos visto este año. La violencia en el infierno troglodita de su tramo final me ha recordado, más que al cine de Tarantino, a las escenas más duras de La carretera, la tremenda película de John Hillcoat sobre la novela de Cormac McCarthy. Bone Tomahawk, además de ser un estupendo western casi gore, contiene también una historia de amor heroico trufada de ironías. Así que Craig Zahler nos regala mucho en poco más de dos horas. Pero solo si uno es capaz de mirar todo el tiempo a la pantalla. Yo lo hice, pero me costó bastante.

martes, 12 de abril de 2016

La invitación

de Karyn Kusama. EE.UU., 2015. 90.
12 de abril de 2016. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Will vuelve con su nueva novia a la casa en la que hace años vivió con Eden. Es una invitación a la que también han acudido algunos viejos amigos. Eden parece haber superado mejor que Will la muerte de su hijo. Quizá porque con su nuevo marido ha entrado en una secta. La noche estará marcada por las sospechas de Will sobre los motivos de esa inquietante invitación.

Tras un preámbulo impactante en que es atropellado un coyote, la historia comienza como una velada agradable con una gente muy maja que se encuentra tras un tiempo sin verse. Pero el sonido de la película y las inquietudes del protagonista nos van metiendo poco a poco el miedo en el cuerpo. Un miedo que aprieta o afloja según pensemos que estamos ante una secta con pretensiones temibles o creamos que nos hemos pasado anticipando peligros. Así que Kusuma consigue instalarnos en una tensión que no da tregua durante toda la película. Ni siquiera en ese plano final tan inquietante.

domingo, 10 de abril de 2016

Kiki, el amor se hace

de Paco León. España, 2016. 102.
10 de abril de 2016. Cines Parqueastur, Corvera.

Querencias estivales de gentes que saben (o descubren) que sus gustos sexuales son diferentes. Como la que disfruta cuando la asaltan. Como el que solo goza si ella duerme. Como la que necesita que él llore para llegar al orgasmo. Como la que se excita con una tela. O como esa pareja que consigue ser feliz cuando se convierte en un trío. 

Dacrifilia, elifilia, somnofilia, harpaxofilia... Palabras raras para describir algunas de las filias eróticas que inspiran esta comedia sexual de verano que es algo más que eso. Kiki tiene la frescura y la naturalidad a que nos tiene acostumbrados Paco León, pero no es solo una serie de relatos breves sobre gentes con gustos sexuales curiosos. De hecho, el subtítulo apunta oportunamente que la cosa va del amor y no solo del sexo. Las interpretaciones de todos los actores son estupendas. Las historias rezuman alegría y hedonismo. Y, aunque son muy diferentes, en general se van hilvanando bastante bien hasta ese final en que todos parecen coincidir en un baile dichoso. Tras la sorpresa que supusieron sus dos películas anteriores está claro que Paco León tiene cosas que contar y que sabe hacerlo. La historia no es de él (está inspirada en The Little Death de Josh Lawson) pero tiene ese estilo suyo siempre atento a captar con frescura la manera de vivir de algunas de las buenas gentes de este país.

sábado, 9 de abril de 2016

Madame Marguerite

de Xavier Giannoli. Francia, 2015. 127’.
9 de abril de 2016. Cines Los Prados, Oviedo.

A Marguerite Dumont le encanta la ópera pero canta muy mal. Ella es una rica aristócrata francesa que llena su tiempo con fantasías de gran diva de las que no la despiertan ni su marido ni los amigos que acuden por interés a sus veladas musicales. Marguerite desafina pero todos le hacen creer que es una gran cantante. La cosa se complica cuando a uno de esos recitales asisten un periodista cultural y un poeta descreído que la animan a exhibir sus dotes musicales ante otros públicos.

La historia se inspira en la de la curiosa soprano americana Florence Foster Jenkins. Nuestra Marguerite es una mujer dulce y apasionada por la que solo se puede sentir ternura y compasión. Es una diva involuntariamente casta que exhibe sin pudor su inocencia musical. Ante ella sería obvia la carcajada de ese público pedante que quiere pasar por exigente. Sin embargo, Xavier Giannoli nos da una lección moral (además de musical y escénica) al hacernos sentir vergüenza ajena no hacia ella, sino hacia quienes quisieran reírse o sacar provecho de alguien así. Marguerite es una mujer que entiende el amor propio literalmente. Como la entrega absoluta a lo que la hace feliz sin el distanciamiento que da un pudor que ella no tiene. Madame Marguerite es una delicia por la interpretación de una Catherine Frot que borda la dulce inocencia del personaje, por la magnífica recreación de los ambientes selectos del París de hace un siglo, por la música tan grata cuando no es Marguerite la que canta, por el reportaje fotográfico en blanco y negro que va componiendo ese sirviente negro del que no acabamos de saber si realmente tiene el alma blanca y, sobre todo, por ser un historia bien construida y de alta tensión moral en la que se pasan en un instante las dos horas y pico que van de la primera velada al último fotograma.

El novato

de Rudi Rosenberg. Francia, 2015. 81’.
9 de abril de 2016. Cines Los Prados, Oviedo.

El novato es un adolescente cuya familia acaba de trasladarse a París. Tras un intento fallido por integrarse en el grupo de los malotes acaba en el de los marginados donde se hará amigo de un friqui patoso, de un líder a quien nadie sigue, de una chica paralítica y de una sueca que habla mal francés.

Las ventajas de ser un marginado. Esa podría ser la tesis de una película que encajaría literalmente en la sección Enfants terribles del festival de Gijón. Salvo este grupo de friquis, todos los adolescentes de ese liceo son guapos (y casi todos sus profesores imbéciles) y, aunque hay momentos en que se retratan con gracia las relaciones horizontales entre esos jovencitos, también hay algunas carencias de verosimilitud en la película (la ausencia de figuras paternas que solo aparecen en la primera escena, las fiestas en las casas que duran toda la noche, la treta en el cine para dar celos a la sueca...) Por lo demás, que la mayoría de los marginados sean tan feíllos (salvo nuestro protagonista y su sueca) y que el resto de los alumnos de ese liceo sean tan guaperas es algo que le choca bastante a alguien acostumbrado a la diversidad real de la adolescencia de aquí.

jueves, 7 de abril de 2016

Mia madre

de Nanni Moretti. Italia, 2015. 102.
7 de abril de 2016. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

Margherita está dirigiendo una película mientras la salud de su madre se va deteriorando en el hospital.  Su hermano asume que la pérdida está próxima y ha pedido una excedencia para ocuparse de ella y vivir con sosiego ese trance. Las tensiones de la dirección de la película en esos momentos difíciles hacen que Margherita sea consciente de que quizá su vida no es como debería.

Nani Moretti nos regala una historia emocionante sobre la pérdida,  la culpa y los lazos familiares. Y se regala un papel secundario magnífico en ese hermano que asume roles habitualmente femeninos mientras deja que veamos en Margherita lo que podría ser su vida como hijo y como cineasta. El triángulo de relaciones entre la madre y los hijos está descrito con delicadeza y ternura. Y, aunque la historia está contada desde el punto de vista nada autocomplaciente de la directora, es muy delicada la forma en que se perfilan otros personajes como el de la anciana y el de la adolescente. La ficción juguetona de la película que Margherita está filmando sobre unos trabajadores que luchan por su empleo se intercala brillantemente con escenas oníricas muy reveladoras sobre los sentimientos de esta mujer que no quiere ni sabe despedirse de su madre. Mia madre es una película hermosa y sencilla en la que uno encuentra fácilmente sentimientos muy próximos y reconocibles.

miércoles, 6 de abril de 2016

Altamira

de Hugh Hudson. España, 2016. 97.
6 de abril de 2016. Cines Parqueastur, Corvera.

En 1879 Marcelino Sanz de Sautuola descubre con su hija las extraordinarias pinturas de la cueva de Altamira, pero los expertos de la época no dan valor a ese hallazgo. La reparación de aquella injusticia llegará tras su muerte, cuando se descubran otras cuevas con pinturas prehistóricas en Francia.

Bien ambientada en los hermosos paisajes cántabros y con bonitas imágenes de las pinturas y de los bisontes que salen de la cueva en los sueños de la niña, Altamira aporta poco a lo que ya sabemos sobre aquel hallazgo. Agrada ver a Antonio Banderas, a Golshifteh Farahani (la casi viuda de La piedra de la paciencia) o a Irene Escolar interpretando a aquella familia que está entre los antepasados de otra con mucho poder en Santander y en el mundo. Pero agradaría más que Hugh Hudson hubiera puesto más brío en la construcción de una historia que resulta bastante convencional.

martes, 5 de abril de 2016

El amor es más fuerte que las bombas

de Joachim Trier. Noruega, 2015. 105.
5 de abril de 2016. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

La madre muerta era una prestigiosa fotógrafa de guerra. El hijo mayor acaba de ser padre y vuelve a casa por unos días. El hijo adolescente no sabe que la madre se suicidó. El padre quiere decírselo pero la relación entre ellos es muy difícil. El reencuentro, con motivo de la preparación de una exposición póstuma, será una oportunidad para los tres.

El director de Oslo, 31 de agosto vuelve a ofrecernos un drama fragmentario en el que retrata con hondura los devastadores efectos de una ausencia bien presente en esas tres masculinidades. Aunque la historia parece centrarse más en el apasionado hermetismo del adolescente, el arranque sobre la incapacidad del hijo mayor para asumir su nueva condición y el descubrimiento final del padre de algunos secretos de su mujer aportan un interesante equilibrio a la película. Bien escrita, bien interpretada y con una atmósfera contenida de duelos no resueltos, El amor es más fuerte que las bombas confirma que Joachim Trier sabe retratar muy bien la forma en que supuran las heridas existenciales de unos personajes masculinos dañados a distintas edades.

lunes, 4 de abril de 2016

Princesa

de Lee Su-jin. Corea del Sur, 2013. 112.
4 de abril de 2016. Teatro Filarmónica, Oviedo.

Han Gong-ju llega a un nuevo instituto. Y se refugia en casa de un profesor que la protege. Ella quiere pasar desapercibida. No dejar ningún rastro. Es la víctima de un pasado horrible del que solo puede librarse si desaparece. 

Un mundo social que me resulta tan exótico como repugnante. Un comunidad humana en la que la víctima es perseguida para que los agresores puedan ser exculpados. Estamos hablando de una violación en masa cometida por unos adolescentes con unos padres que los defienden. Estamos hablando de un sistema judicial en el que la menor no encuentra ningún amparo. Estamos hablando de una institución escolar que no se plantea protegerla y permite que hordas de adultos que apoyan a los canallas la persigan hasta en el aula. Los hechos se relatan de forma elegantemente fragmentaria pero con saltos temporales que no hacen fácil seguir la historia. Pero sobre la indudable calidad formal de la película se impone la repugnancia ante la misoginia de una sociedad que si es realmente así está muy enferma. Princesa abre un ciclo de cuatro películas que se programa este mes en Oviedo y que lleva por título "Sexualidades en plural". Pero no lo entiendo. La violación múltiple de una menor nada tiene que ver con las formas plurales de vivir la sexualidad. Es solo violencia extrema. Sea aquí o en Corea.

domingo, 3 de abril de 2016

Tim Maia

de Mauro Lima. Brasil, 2014. 140.
3 de abril de 2016. Centro Niemeyer, IX Edición de Novocine, Avilés. V.O.S.

La vida de Tim Maia. Desde su infancia en blanco y negro en Río de Janeiro hasta su muerte casi sobre un escenario. Tim Maia fue un cantante inmenso. Por su música, por su cuerpo y por su manera de vivir.

El año pasado Asif Kapadia llevó al cine otra vida musical también excesiva y truncada. La de Amy Winehouse. Aunque las dos películas tienen poco que ver (ficcionada esta, hecha con retales de grabaciones reales aquella), los personajes que las motivan tienen cierto parentesco. Bien dotados para la música, ninguno de ellos fue capaz de manejar bien su vida. En esta última película del Novocine de este año vemos salir desde la nada a este mulato que soñó con el cielo en Estados Unidos, que casi lo tocó en Londres y que lo alcanzó en su país. Una vida de ascensos y caídas en la que fue fiel a las drogas y coqueteó con las sectas. La de Tim Maia es una historia bien contada sobre ese tipo grande que llegó a ser alguien muy grande en el soul de Brasil.

Eduardo Coutinho, 7 de outubro

de Carlos Nader. Brasil, 2014. 72.
3 de abril de 2016. Centro Niemeyer, IX Edición de Novocine, Avilés. V.O.S.

Carlos Nader conversa con Eduardo Coutinho. Sobre el cine y sobre la vida. Y filma esa conversación a la manera del maestro. Dejándole hablar sobre el arte de dejar hablar ante una cámara.

Un magnífico metadocumental. Por lo que se dice y por lo que se muestra. El entrevistador que sabe crear ambientes para que fluyan las palabras expresa con pasión su forma de ver el cine y de ver a las personas. Sin prejuicios. A cuerpo limpio. Así se muestra Coutinho en esta entrevista sobre la manera en que consigue que hablen así los demás. Sus reflexiones se van ilustrando con imágenes de sus propios documentales algunas de cuyas secuencias, escogidas al azar, recuerda y comenta. Y uno piensa en la proximidad entre este gran cineasta brasileño y ese singular entrevistador andaluz sobre el que, justo hoy hace un mes, veíamos en esta misma sala la estupenda Mi querida España de Mercedes Moncada Rodríguez. Me refiero a Jesús Quintero, alguien que no sé si sabría decir tanto como Coutinho sobre ese arte, que ambos dominaban, de dar la palabra a los humildes. Al final uno sale encantado (otra vez) con este Novocine que este fin de semana nos está trayendo tanto bueno desde Brasil. Ojalá que haya pronto alguna oportunidad para ver una retrospectiva del cine de Coutinho.

sábado, 2 de abril de 2016

Casa grande

de Fellipe Barbosa. Brasil, 2014. 107.
2 de abril de 2016. Centro Niemeyer, IX Edición de Novocine, Avilés. V.O.S.

La casa grande es la de la familia de Jean, un adolescente que el próximo año irá a la universidad y está despertando ahora al amor. Él va a un colegio de élite solo para chicos. Lo propio de la gente bien de Río de Janeiro. Sin embargo, su padre se está arruinando y muchas cosas cambiarán para Jean y su familia. También su relación con Luiza, una chica humilde que estudia en un instituto público.

Un retrato de los contrastes de Río de Janeiro. Desde arriba. Desde esas élites que creen merecer lo que tienen sin darse cuenta de que en cualquier momento pueden perderlo. El retrato es familiar, generacional y social a la vez. Porque siendo (también) una película sobre adolescentes es mucho más que eso. El protagonista es ese muchacho en tiempos de mudanza que tiene nombre francés y no sabe bailar forró. Pero también lo es ese padre neoliberal encarnado por Marcello Novaes que interpreta magníficamente a un verdadero arquetipo de ese pater familias de la derecha americana que, con ligeras variantes, puede encontrarse en los barrios selectos de cualquier lugar del mundo. O esa familia paralela que interpretan esa criada joven y sexualmente alegre, esa cocinera negra con valores y ese chófer que es como un padre para Jean. Y también esa novia ideal, hija de mulata y japonés, que además de muy guapa y muy dulce, es lista, sabe bailar forró y cantarle las cuarenta al padre de Jean. Nada falta y nada sobra en Casa Grande, una magnífica película brasileña que debería haber llegado a nuestras carteleras comerciales pero que, como otras estupendas historias, solo podemos disfrutar gracias a una iniciativa excelente como es Novocine.

Getúlio

de João Jardim. Brasil, 2014. 101.
2 de abril de 2016. Centro Niemeyer, IX Edición de Novocine, Avilés. V.O.S.

En Agosto de 1954 Getúlio Vargas se suicida. Lo hace al no encontrar otra salida ante las acusaciones de ordenar el asesinato de un opositor. Él no estaba al tanto, pero la emboscada ha sido organizada por colaboradores suyos. Poco a poco va perdiendo apoyos y al final todos le exijen que deje el cargo. Getúlio no quiere pasar a la historia asumiendo esa responsabilidad. Así que antes de dispararse en el corazón deja una carta con el testamento político de quien fue cuatro veces presidente de Brasil.

Dictador, revolucionario, golpista, líder populista, presidente democrático. Todo eso fue Getúlio Vargas, quizá el presidente que, hasta la llegada de Lula, había dejado más huella en la historia de Brasil. João Jardim nos presenta los últimos diecinueve días de su vida. Los de un asedio político que relata con la brillantez y la tensión de un buen thriller. Es una película sobre el poder, sobre la forma en que lo vive quien está en una posición agónica y crepuscular. Por eso, aunque la de Getúlio es una historia que les dirá mucho a los brasileños, también es una película más que interesante para quien  ni siquiera conozca su nombre. Porque lo que cuenta, además de la intensa trama que lleva a un hombre a un callejón sin salida, es un elegante retrato sobre el ejercicio del poder desde el punto de vista de quien casi lo ha perdido.