martes, 26 de mayo de 2015

Arijanos

de Isaac Bazán Escobar. España, 2015. 57.
26 de mayo de 2015. Casa de la Cultura, Avilés.

Hace sesenta años cinco mil personas de la comarca de Arija llegaron a Avilés. Bajo las aguas del embalse del Ebro quedaban parte de las instalaciones de Cristalería Española, la empresa que había dado vida a esa zona del norte de Burgos y que por esos años abría una fábrica aquí. Los recuerdos de aquel desarraigo, que lo fue menos por ser compartido, llenan los testimonios de estos ancianos que antes de ser avilesinos fueron coreanos sin dejar de ser arijanos.

"Ellos se habían marchado de sus aldeas, exiliados como yo, aunque los hubiera corrido la economía y no la policía, y al cabo de muchos años estaban de vuelta en su tierra de origen, y nunca habían olvidado nada. Y ahora tenían dos memorias y tenían dos patrias". Lo dice Eduardo Galeano en El libro de los abrazos y es seguramente a eso a lo que se refiere Isaac Bazán Escobar con la frase que abre el documental y que casi lo resume: "Uno es de donde nace y de donde pace". La historia de los Arijanos es menos dura que la de los Campaneros, el magnífico documental que abrió esta serie tan necesaria sobre nuestra memoria (intra)histórica. En los testimonios de estos ancianos que esta tarde hablaban en la pantalla (y murmuraban emocionados en el patio de butacas) seguramente se podrían reconocer los millones de emigrantes interiores que hace medio siglo cambiaron la historia de nuestro país. Por eso resulta tan universal una historia como esta que es tan radicalmente local. Y singular, porque el traslado de una comarca entera a una misma ciudad en torno a una misma fábrica aporta una perspectiva distinta a esas historias en presente continuo que son siempre las de la emigración. Arijanos impresiona menos que Campaneros. Quizá porque lo que cuenta es menos dramático y porque sus testimonios son más homogéneos. Pero sirve para seguir mostrando que la memoria histórica de Asturias tiene en Avilés episodios muy singulares que merecen ser recuperados porque son muy universales. Aunque sean menos tópicos.