jueves, 16 de mayo de 2024

All the Colours of the World are Between Black and White

de Tunde Apalowo. Nigeria, 2023. 93.
16 de mayo de 2024. Centro Niemeyer, IX Festival de cine LGTBI, Avilés. V.O.S.

Uno es muy bueno y tranquilo. Al otro le gusta hacer buenas fotos. Los dos se entienden muy bien, pero no tienen claro hasta dónde. Sobre todo, porque la homosexualidad sigue siendo un tabú en Nigeria. 

Sosegada y elegante. Casi como la relación que mantienen los protagonistas. Los encuadres y la fotografía están muy cuidados y los diálogos (más bien escasos) dicen menos de los personajes que sus actitudes y gestos. El ritmo es parsimonioso y eso hace que se resienta la atención. Por lo demás, esta pareja tentativa me ha recordado a aquella otra sobre la que ironizaron tiernamente Benedetti y Serrat en una canción deliciosa: Los formales y el frío.

miércoles, 15 de mayo de 2024

Ex-Husbands

de Noah Pritzker. EE.UU., 2023. 99.
15 de mayo de 2024. Centro Niemeyer, IX Festival de cine LGTBI, Avilés. V.O.S.

El anciano padre de Peter se separó de su mujer. La suya también se está divorciando de él y uno de sus hijos, que estaba a punto de casarse, tampoco lo hará porque su novia le ha dejado. El otro hijo ha organizado para él una despedida de soltero con amigos en Tulum. Un tanto deprimido, Peter también ha reservado un fin de semana allí. Así que, sin pretenderlo, será un encuentro de hombres abandonados.

Ni comedia ni drama. O las dos cosas. Es una historia sobre hombres entristecidos que lo llevan como pueden. Con sosiego y sin estridencias. Se les nota que les va mal, pero no se regodean en la desgracia ni le echan la culpa a nadie. Hay poca presencia de las mujeres en la película, pero ellas salen muy bien paradas. Hasta la madrina de la otra boda, con la que Peter coincide en Tulum, es un modelo de independencia, encanto y sabiduría sobre cómo la vivir la vida. Ex-Husbands es una película deliciosamente rara sobre hombres bastante perdidos. Y aún resulta mejor con la excelente interpretación de Griffin Dunne en un papel muy distinto a aquel tan agitado, de hace casi cuarenta años, en Jo, ¡Qué noche!

martes, 14 de mayo de 2024

Mamífera

de Liliana Torres. España, 2024. 93.
14 de mayo de 2024. Casa de la Cultura, Avilés.V.O.S.

Lola vive muy feliz con Bruno sin ningún interés en tener hijos.  Su hermana y algunas de sus amigas sí los tienen. Incluso una de ellas está intentando quedarse embarazada. Todo eso hará más difíciles los tres días de espera hasta que le practiquen un aborto. Y es que Lola se ha quedado embarazada y tiene cuarenta años.

La cotidianidad de esas vidas barcelonesas está retratada con un naturalismo delicioso. Y las ensoñaciones de Lola son una maravilla con esas bonitas animaciones que surgen de recortes como los que ella utiliza en sus proyectos artísticos. Son imágenes muy sugerentes que me han recordado, en versión colorista, a las fotografías de Gilbert Garcin en aquella magnífica exposición de hace siete años en el Niemeyer. Mamífera nos acerca con ternura y sutileza a un tema tan complicado como el de la posibilidad tardía de una maternidad inesperada cuando se ha tenido muy claro que no se desea. Son tres días de sentimientos y reflexiones que acompañamos en una posición curiosa. Como espectador me encantaría que esa bonita pareja con perro cambiara de opinión y finalmente tuviera a la criatura. Pero como espectador también sé que eso no es posible. En primer lugar, porque comprendo el dilema de Lola e, igual que Bruno, respeto su dubitativa voluntad de coherencia. Y también porque ese final sería el de una película ñoña y hasta propicia para las campañas antiabortistas. Así que Liliana Torres ha tenido la habilidad de situarnos al lado mismo de los dilemas de Lola. Entiendo perfectamente sus dudas durante esos tres días, pero sé que el final de esta hora y media no podrá ser tiernamente mamífero. Por lo demás, esa irónica coda final con las amigas me ha encantado. Es ese tipo de sororidad optimista y alegre que tanta falta nos está haciendo.

lunes, 13 de mayo de 2024

Stranizza d'amuri

de Beppe Fiorello. Italia, 2023. 134.
13 de mayo de 2024. Centro Niemeyer, IX Festival de cine LGTBI, Avilés. V.O.S.

Verano de 1982 en Sicilia. Italia juega el mundial de fútbol. Dos adolescentes con familias humildes, pero muy distintas, se conocen y se entienden. Uno vive en una familia feliz que se dedica a los fuegos artificiales y en ese tiempo tienen mucho trabajo. El otro vive en un ambiente hostil por la actitud de su padrastro. Además, en el pueblo le consideran mariquita y le hacen la vida imposible. La amistad y luego el amor entre los dos les hará felices ese verano. Solo ese verano.

La historia está inspirada en hechos reales y acaba mal. Muy mal. El ambiente estival y costumbrista siciliano está muy bien retratado y resulta especialmente luminoso. Hay mucha guapura y ternura en algunos personajes, como fealdad y maldad esencial en otros. Por lo demás, quizá el ritmo de la película resulta un tanto moroso. Seguramente menos duración habría sido mejor para el relato. 

domingo, 12 de mayo de 2024

Crossing

de Levan Akin. Suecia, 2024. 106.
12 de mayo de 2024. Centro Niemeyer, IX Festival de cine LGTBI, Avilés. V.O.S.

Lia es una profesora jubilada que quiere ir a Estambul para buscar a su sobrina Tekla, como le había prometido a su hermana antes de morir. Ella es georgiana pero no habla turco ni inglés. Buscando información en la barriada en que vivía su sobrina con otros jóvenes trans, conoce a un chico que le informa de que seguramente está en Estambul y se ofrece a acompañarla. Cuando llegan a la ciudad se les hace muy difícil encontrarla, pero mientras la buscan van conociendo a gentes muy diversas y amables. Entre ellas a una joven trans muy especial.

En los rótulos iniciales se nos informa de que la lengua georgiana no tiene género y que los subtítulos que veremos son en redonda cuando los personajes hablan en esa lengua y en cursiva cuando lo hacen en turco o en inglés. Una advertencia que nos anticipa el cuidado primoroso con que está hecha la película. De Levan Akin ya conocíamos su buen hacer como director desde que vimos en la Seminci And then we danced.  Ahora nos lleva a Estambul con dos personajes tan diferentes como ese adolescente animado y esa mujer madura que interpreta magistralmente Mzia Arabuli, una actriz georgiana que aquí hace un trabajo admirable. La historia sobre esa búsqueda resulta especialmente cautivadora en el Estambul radicalmente urbano y vibrante. Pero es que, además, Levan Akin toma decisiones formales tan novedosas y oportunas como hacernos sentir ese deambular por lo desconocido en la escena del barco en que la cámara se separa de los protagonistas y nos hace recorrerlo hasta toparnos por un momento con personajes que aparecerán después. O cuando descubrimos que esa abogada trans tan admirable (un verdadero ángel en esta historia) quizá no es quien nosotros creemos. Por lo demás, ese final poético sobre el posible encuentro entre la tía y la sobrina es el cierre perfecto de una historia sutilmente tierna y edificante pero cuya calidad va más allá de la pertinencia temática en este festival. Es una película delicada, bien construida e interpretada con lugares y personajes a los que uno quisiera seguir acompañando después.

sábado, 11 de mayo de 2024

Nina

de Andrea Jaurrieta. España, 2023. 105’.
11 de mayo de 2024. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo.

Después de algunos años Nina vuelve a su pueblo costero con una escopeta. Es una actriz que vive en Madrid pero no ha olvidado a aquel escritor maduro que aún vive allí. Ella sigue traumatizada por el recuerdo de las relaciones sexuales que tuvo con él cuando era una adolescente. Y ahora viene dispuesta a ajustar cuentas.

Andrea Jaurrieta combina momentos de la Nina adolescente con la de ahora. Pero el problema no está en eso, sino en la intensidad (y hasta la coherencia) del relato. Dicen que un poco de rojo es mucho y aquí queda claro que mucho rojo es excesivo. Y la afirmación en este caso no es solo metafórica. Cuando la intensidad es el punto de partida y llegada de una película, lo más probable es que el espectador quede fuera. Nina se acerca al mismo tema de El consentimiento, pero la forma en que se trata no tiene nada que ver.

Hasta el fin del mundo

de Viggo Mortensen. EE.UU., 2023. 129’.
11 de mayo de 2024. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo. V.O.S.

Vivienne Le Coudy es una mujer de origen francés que valora mucho la bondad y no se deja gobernar por ningún hombre. Así que tiene mucha sintonía con Holger Olsen, un inmigrante danés de carácter tranquilo al que conoce en un puerto y con el que se va a vivir a un lugar remoto. Pero cuando se inicia la guerra de secesión él se alista en el ejército y ella se queda sola cerca de un pueblo en el que hay alguna gente muy peligrosa.

Después de la maravilla de Falling, Viggo Mortensen lo ha vuelto a hacer. Ha escrito y dirigido esta película magnífica, que además ha protagonizado con Vicky Krieps, componiendo una de las historias de amor más hermosas que yo haya visto en los últimos años. Hasta el fin del mundo es un western impecable y memorable. La cadencia, el guion, los paisajes y el cuidado de todos los detalles (en esto me ha recordado la habilidad de Jonathan Glazer para hacernos sentir en presente los espacios pretéritos de La zona de interés) demuestran que Viggo Mortensen es un director con la maestría propia de los cineastas curtidos. En el coloquio que siguió a la proyección (simultánea en las salas de Embajadores en Madrid y Oviedo) señaló que sus treinta años como actor le habían enseñado mucho sobre la labor de dirección que, en el caso del cine independiente, es aún más exigente. Qué el también haya compuesto las hermosas músicas de la película hace aún mas armonioso el desarrollo de las escenas y las transiciones. Por lo demás, la decisión de dislocar los tiempos del relato, incluyendo también esas referencias oníricas a un caballero andante, es muy acertada porque nos ofrece, más que un modelo para armar, una sugerente ordenación del relato que, como también comentó en el coloquio, aporta una mayor intensidad emocional al conocer parte de lo que les espera a algunos personajes. Hasta el fin del mundo es un raro western con mar que empieza con alguien que respira al final de una vida y termina frente al océano que un padre le muestra a su hijo. Es también una bellísima historia de amor sutilmente feminista, un alegato antibelicista, una reivindicación de una masculinidad sosegada, tierna (como la de Falling) y amorosamente paternal (como la que protagonizó en la La carretera, la extraordinaria película de John Hillcoat). Y también es un homenaje a la diversidad cultural y lingüística (quizá con reminiscencias biográficas) que conviene ver en versión original. Filmada en Canadá y en México por un estadounidense, argentino, medio danés y, desde hace tiempo, también español, Hasta el fin del mundo demuestra lo bien que le sientan al cine los mestizajes. Otra de las cosas que dijo en el coloquio es que le gusta mucho dirigir, así que esperamos que, más pronto que tarde, podamos ver una nueva película suya. Después del grato recuerdo de cuando estuvo en el Niemeyer, sería estupendo que también viniera a presentarla aquí.

viernes, 10 de mayo de 2024

Chesnut

de Jac Cron. EE.UU., 2023. 87.
10 de mayo de 2024. Centro Niemeyer, IX Festival de cine LGTBI, Avilés. V.O.S.

Cuando está a punto de dejar su ciudad en la Costa Este para empezar a trabajar en Los Angeles una chica conoce a otra y parece que se entienden. Ella dudaría sobre si debe irse o quedarse, pero la otra no se acaba de aclarar.

Hay muchas miradinas entre chicas neoyorquinas muy guapinas (aunque quizá sean de Filadelfia, no estoy seguro). Se encuentran por las noches con gente muy guay en bares molones. Van de acá para allá y, como esos niños pequeños que apenas saben hablar, unas veces se siguen y se hacen carantoñas y otras se separan sin más. Hay una descompensación molesta y creciente entre las imágenes y los subtítulos (estos aparecen después de las voces). Pero, aparte de la indudable guapura de la muchachada, lo mejor de esta historia es el padre de la protagonista, ese personaje al que no vemos, pero tiene pinta de ser una bellísima persona. Así que uno espera que la chica le haga caso pronto y se vaya de una vez a Los Angeles. No ha sido un buen comienzo para esta nueva edición del festival LGTBI. Y mañana ponen On the go, así que la cosa no mejora. A ver qué tal el domingo con Crossing

jueves, 9 de mayo de 2024

¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú

de Stanley Kubrick. Reino Unido, 1964. 93’.
9 de mayo de 2024. Teatro Filarmónica, Oviedo. V.O.S.

Repentinamente y sin motivo alguno, un general estadounidense pone en marcha un ataque preventivo contra la URSS. El disparate puede tener consecuencias apocalípticas porque, desde los dos lados del telón de acero, todo ha sido diseñado para que la amenaza nuclear sea tan disuasiva que nadie pueda detener ese proceso si se llega a poner en marcha.

El totalitarismo quedó magistralmente retratado (y burlado) por Charles Chaplin en El Gran Dictador. Veintipocos años después Stanley Kubrick hizo lo propio (también en blanco y negro) con el belicismo nuclear. Entonces estaba reciente la muerte del Secretario General de la ONU en África (que no fue un accidente, según supimos hace poco viendo Hammarskjöld. Lucha por la paz) y no tan lejanas las consecuencias del proyecto Manhattan que retrató magistralmente Christopher Nolan en Oppenheimer. Con la ayuda de Peter Sellers, magnífico en sus tres personajes, Kubrick se anima a trufar de fina ironía su relato tentativo sobre las consecuencias de esos órdagos belicistas que, tras Hiroshima y Nagasaki, demostraron que no se había aprendido más lección que la estúpida idea de para impedir la guerra no hay nada mejor que prepararla (y en eso seguimos...). Así que, entre bromas y veras, Kubrick nos ofrece su segundo alegato antibelicista (después de Senderos de Gloria y antes de La chaqueta metálica) que se ve con mucho interés en la gran pantalla del Teatro Filarmónica casi sesenta años después de su estreno. Parece que la primavera está siendo cinematográficamente propicia para Oviedo: acaban de abrir los magníficos Cines Embajadores-Foncalada y parece que la derecha vetusta dejará que siga existiendo esa estupenda iniciativa llamada Radar.

lunes, 6 de mayo de 2024

María Montessori

de Léa Todorov. Francia, 2023. 100.
6 de mayo de 2024. Cines Ocimax, Gijón.

Una mujer francesa lleva a su hija a la escuela romana en que María Montessori se ocupa de la educación de niños discapacitados como esa pequeña. Su éxito con ellos contrasta con el sentimiento de abandono por tener que ocultar a su hijo y dejarlo en el campo al cuidado de una niñera. El encuentro entre ella y esa mujer francesa le hará mucho bien a las dos. Y así comenzará la brillante trayectoria pedagógica de María Montessori. 

Hay dos películas en esta y las dos son muy buenas. La primera es un magnífico poema pedagógico centrado en la educación de los niños discapacitados. En la segunda se trenzan líneas feministas relacionadas con la maternidad, el empoderamiento y la sororidad. Las dos tienen como protagonista a María Montessori, pero igual que la estupenda película de Raoul Peck sobre El joven Marx, Léa Todorov se limita aquí a la primera parte de la vida de la famosa pedagoga italiana, la de sus primeros éxitos pedagógicos y sus dilemas con la maternidad. La apuesta por la educación inclusiva y el diseño universal de aprendizaje son dos de los mantras educativos actuales que, como tantas otras cosas, contienen verdades importantísimas que se acaban banalizando cuando se incorporan a las letanías burocráticas. Mientras veía las escenas con los niños me acordaba de algunas de las actitudes más aberrantes que he conocido en esta profesión. Me refiero a las de esos docentes desalmados que se dicen incapaces para atender a la diversidad, pero ni quieren aprender a hacerlo ni, por supuesto, dejan la profesión. Ellos simplemente reclaman que, por su propio bien (¿el de quién?) les aparten de sus aulas a determinados niños. Son esos docentes que no saben nada de casi nada (algunos ni siquiera tienen formación en la especialidad que enseñan), pero desprecian los informes de las Naciones Unidas sobre las carencias en la atención a las necesidades especiales en nuestro sistema escolar y su tradicional querencia por la segregación. En la película de Léa Todorov, María Montessori nos da una lección crucial sobre el diseño universal de aprendizaje: lo que haga para tratar mejor a esos niños beneficiará también a los demás. Algunos de esos docentes segregadores ya se han jubilado, pero tanto ellos como los que siguen en activo deberían ver esta película. Quizá, por contraste, les permita reconocer los perfiles de su actitud malévola en el espejo pedagógico de María Montessori. Ojalá que reivindicaciones históricas como esta, o la del maestro Benaiges en la película de Patricia Font El maestro que prometió el mar, se conviertan en más habituales en nuestro cine. Sin duda, Francisco Ferrer i Guàrdia, Lorenzo Luzuriaga, María de Maeztu, los padres de la Institución Libre de Enseñanza o proyectos tan emblemáticos como las misiones pedagógicas o La Barraca podrían inspirar películas sumamente interesantes. Y de paso, rescatar lo mejor de la historia pedagógica de nuestro país. Esa que está en las antípodas de las pedagogías cipotudas.

domingo, 5 de mayo de 2024

Nubes pasajeras

de Aki Kaurismäki. Finlandia, 1996. 96.
5 de mayo de 2024. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.  

Ilona atiende a los clientes en el restaurante Dubronvik. A Lauri lo despiden de su trabajo como conductor de tranvías. La vida se complica para este matrimonio finlandés que, con mucho estoicismo, sobrevive a las penurias y finalmente sale adelante.

Personajes abnegados a los que les pasa de todo sin que flaquee su hieratismo. Como es habitual en el cine de Kaurismäki, las atmósferas y los colores tienen un tono pretérito. Las músicas tampoco son mero acompañamiento. Y también llaman la atención la quietud y los silencios de unos personajes expectantes y proclives al fracaso. Sin duda, es más fácil valorar que describir el cine de Kaurismäki. Lo cierto es que es muy reconocible y casi siempre fascinante.

viernes, 3 de mayo de 2024

Hammarskjöld. Lucha por la paz

de Per Fly. Suecia, 2023. 114.
3 de mayo de 2024. Multicines Béjar.

En 1961 Dag Hammaskjöld es el secretario general de la ONU. Son tiempos muy difíciles en plena Guerra Fría, pero él pone todo su empeño en promover y acompañar los procesos descolonizadores en África. En el caso del Congo hay muchos intereses que pretenden dificultarlos. Bélgica, Estados Unidos y el Reino Unido se lo pondrán muy difícil y Hammaskjöld pagará con su vida su afán por defender la paz y los principios fundacionales de las Naciones Unidas.

Vemos en Béjar esta película imprescindible que no se proyecta en ningún cine de Asturias (como tampoco El consentimiento que vimos aquí el martes). Hammaskjöld recibió a título póstumo el Premio Nobel de la Paz. Y bien lo mereció un hombre que se enfrentó a las grandes potencias y a países colonizadores tan execrables como Bélgica. Él fue quien ordenó la primera actuación internacional de los cascos azules, tristemente truncada por los intereses de Estados Unidos y sus servicios de espionaje. Hammaskjöld no tuvo dudas en el dilema entre intentar evitar un genocidio o limitarse a los procedimientos de la burocracia diplomática (hoy constatamos una vez más su eficacia en el caso de Gaza). Los suecos estarán orgullosos de él y sabrán de su trayectoria, pero fuera de allí somos muchos los que ignorábamos que en 2017 (¡más de medio siglo después de su muerte!) hubo una investigación de las Naciones Unidas sobre el accidente aéreo que le costó la vida de camino a Rodesia en una arriesgada misión de intermediación para conseguir la paz en el Congo. Al parecer en el supuesto accidente tuvieron responsabilidades, más o menos directas, Bélgica, Estados Unidos y el Reino Unido. En unos tiempos en que la fortaleza de los organismos supranacionales sigue siendo tan necesaria resulta lamentable que películas como esta solo las podamos ver en cines como este de Béjar. Y es que, aunque la política internacional y la paz en el mundo no interesen mucho a los poderes de la promoción y distribución audiovisual, la magnífica interpretación de Mikael Persbrandt y la oportuna dimensión humana y literaria que Per Fly también incluye en la historia, hacen que esta película resulte interesante aunque solo fuera una ficción. Son tiempos extraños estos en los que una distopía tan dañina y lamentable como Civil War se atrinchera en las salas, mientras no encuentra hueco en ellas una historia verdadera y pacifista como esta. Si Kant levantara la cabeza comprobaría que, aunque escasas y olvidadas, ha habido personas como Hammaskjöld que han intentado hacer real su sueño de una paz perpetua.

miércoles, 1 de mayo de 2024

Rivales

de Luca Guadagnino. EE.UU., 2024. 131.
1 de mayo de 2024. Multicines Béjar.

Tashi, una tenista muy prometedora y muy guapa, tuvo que retirarse de las pistas por una grave lesión. Poco antes había conocido a Patrick y a Art,  dos tenistas muy amigos que también eran muy prometedores y muy guapos. Tashi se casó con Art y desde entonces ha sido su entrenadora. Ahora Patrick y él vuelven a enfrentarse de nuevo. Y no solo en la pista.

Ver esta película al día siguiente de que Nadal se haya despedido para siempre de las pistas madrileñas resulta muy especial. Con un guion muy cuidado, un complejo manejo de los tiempos, una puesta en escena y un montaje radicalmente juguetones y una música magnífica, Luca Gadagnino le saca el mejor partido a este joven trío de intérpretes (Zendaya, Josh O'Connor y Mike Faist) metidos a brillantes jugadores de la pista y del amor. El tenis no tiene casi nada que ver con otros espectáculos deportivos, al menos por tres motivos. Porque sus reglas obligan a que nunca nadie pueda dar nada por ganado ni por perdido. Porque su exigencia de habilidad física y concentración mental depara instantes cuya belleza y precisión recuerda a los de la danza. Y sobre todo, porque se trata de una religión que exige de los oficiantes y los fieles la comunión absoluta con el silencio. Un culto que, en esto, emparenta al tenis con el arte de las artes, es decir, con el teatro. Reconozco que en Rivales no vemos realmente tenis porque su estructura es demasiado sincopada y trepidante. Pero Luca Guadagnino, además de sacarle mucho partido a los paralelismos entre el combate agónico de dos virtuosos de la raqueta y el de los combatientes del amor, presupone en el espectador ciertos sobreentendidos que le permiten jugar con las polisemias de las conversaciones entre esos rivales y la mujer que ocupa el centro de la pista. Así que da gusto ver una película que quizá anime a algunos a ver, en silencio y concentrados, un buen partido de tenis. En todo caso, deben saber que en el tenis no hay noventa minutos, ni prórrogas, ni tandas de penaltis. Lo que hay es mucha atención, mucha intención y mucho silencio.