4 de julio de 2019. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas.
El proceso por delitos de lesa humanidad durante la dictadura argentina que emprendió el juez Garzón hace unos años tiene una segunda parte en la actual querella argentina contra los crímenes de la dictadura franquista.
El tema es el mismo que el de El silencio de otros, otro documental que tenía sus referentes trágicos en Extremadura y sus esperanzas judiciales en Argentina. Desde el otro lado del charco comparte con la película de Almudena Carracedo y Robert Bahar el compromiso con la memoria histórica. Los querellantes, como los propios directores, son aquí principalmente asturianos, aunque tampoco faltan testimonios tan relevantes (y dispares) como los del juez Garzón o el presidente Zapatero. En la película, y aún más en el intenso coloquio que siguió a la proyección, se hace una crítica a aquella transición política que apostó por una reconciliación sin reparación. En todo caso, el proceso amnésico español ya estaba en marcha desde antes (Max Aub lo pudo comprobar en su triste regreso desde México) y sigue caracterizando a un país cuyo Tribunal Constitucional ha certificado esta semana que el 155 es, más que nada, un mantra que sirve para perpetuar los despropósitos provocados por aquella otra sentencia de 2010. Un proceso este que no es mera respuesta al procés y que ha confirmado los temores expresados por Manuel Vicent en aquel lúcido artículo que publicó hace veinticinco años.