6 de diciembre de 2019. Cinema Maldá, Barcelona.
Un documental de misterio sobre Las Meninas de Velázquez. Una indagación con expertos sobre el significado y los motivos del cuadro. Jonathan Brown, Manuela Mena, Javier Portús,
Matías Díaz Padrón, Félix de Azua, Francisco
Calvo Serraller, Keith Christiansen, Michael Gallagher, Antonio López y hasta Dalí hablan de la obra pero no agotan su enigma. Si acaso lo multiplican en una película extraordinaria que le da mil vueltas a cualquiera de los documentales que vemos de vez en cuando en Exhibition on Screen y similares. Hay que tener mucho valor para hacer una película de misterio sobre Las Meninas (y sobre el misterio de Las Meninas) y estar la altura. Andrés Sanz lo consigue. Nada manos.
Si España no fuera España los españoles demandarían que esta película se proyectara en sus cines en tantas salas como las que este mes son ocupadas por Frozen y Star Wars. Y aún así habría colas. Si España no fuera España los españoles estarían fascinados desde hace generaciones por el misterio de Las Meninas y orgullosos de hablar la misma lengua que Velázquez. Si España no fuera España los profesores españoles habrían visto ya esta película y hablarían a sus alumnos del cuadro y de El cuadro. Si España no fuera España esta película arrasaría en los Goya y el público de otros países nos tendría envidia por Las Meninas y por El cuadro. Pero España es España y solo viniendo a Barcelona hemos podido ver en el día de la Constitución esta película que se proyecta únicamente en el Cinema Maldá y solo en tres pases esta semana. La habitación, La foto, La trama, El aposentador, La caja, Fantasmagorías, Borrones, Fábulas, La escena del crimen, El coleccionista, El regalo y Coda. Esos son los títulos de los doce capítulos en que Andrés Sanz ha organizado este documental de misterio en el que hay expertos, maquetas, figuras animadas, secuencias de otras películas, radiografías y hasta un teatro para ilustrar las posibles miradas sobre una obra que rompió la cuarta pared antes de que nadie supiera qué era eso, que trastocó las relaciones entre sujeto y objeto antes de que Kant hubiera nacido y que mostró que especular tenía que ver con pensar aún más que con ese hermoso juego de espejos que hace años acompañaba en El Prado la contemplación del cuadro. Velázquez consiguió que entrando en Las Meninas no consigamos salir del cuadro (ni de nuestra cabeza mientras lo contemplamos). Andrés Sanz ha conseguido además que no queramos hacerlo y, como dice Antonio López, sintamos la necesidad recurrente de volver a él. Claro que para entender todo esto hay que entrar en la cámara oscura que también es un cine o un teatro y dejarse abrumar por el arte que hay a raudales en películas como esta.