de Kitty Green. EE.UU.,
2019. 81’.
26 de febrero de 2021. Filmin. V.O.S.
La alimaña podría ser, por ejemplo, Harvey Weinstein. Sin embargo, Kitty Green tiene el acierto de dejarlo en fuera de campo. La película está siempre con Jane (magníficamente interpretada por Julia Garner) y eso hace que sintamos con ella esa atmósfera espesa propia de las empresas en que la jerarquía es nítida hasta en lo tácito. De hecho, la historia se puede ver en clave MeToo pero su contenido tiene también el mayor interés como retrato etológico de cierta fauna oficinesca. En este sentido, aunque las tres son muy distintas y las argentinas son mejores, The asistant compondría un buen tríptico con 36 horas, la película de Néstor Mazzini que vimos en 2019 en el Festival de Valladolid, y con Planta permanente, la de Ezequiel Radusky que ganó la última edición del Festival de Huelva. Contemplados de este modo, aún resulta más enervante esa estúpida veneración de los hábitats empresariales que ha puesto tan de moda en España el uso de la palabra CEO. Un término que lo tiene todo: el habitual papanatismo anglófilo (como pasa con PCR o COVID, las siglas anglógenas se comportan como verdaderos agujeros negros semánticos: atraen mucho pero se entienden poco) y también una buena dosis de machismo léxico (¿alguien piensa en mujeres cuando dice CEO?). Y es que entre officer y assistant está muy claro el reparto de géneros. Y a cuál pertenecen los degenerados.