de Takeshi Kushida. Japón, 2020. 89’.
2 de agosto de 2022. Cines Van Dyck, Salamanca. V.O.S.
Tras el habitual desierto estival en las salas de cine asturianas (las públicas sin programación hasta el otoño y las privadas sin concesiones al cine menos dependiente) da gusto volver a los Van Dyck de Salamanca para ver películas como esta en la que un fotógrafo silente retoca imágenes de los rostros pero no toca a las personas y una mujer hermosa decide mantener abiertas sus heridas para que no cicatricen. Diálogos mínimos y presencia máxima de las imágenes y los sonidos. El encuentro entre una intimidad amorosa surrealista y el masoquismo de la exhibición virtual podría ser el tema de esta extraña película en la que la singularidad formal resulta quizá más importante que el contenido. Así que en su primera película Takeshi Kushida demuestra tener una mirada original e inquietante que por momentos recuerda a las de Buñuel o Lynch. Nada menos.