martes, 27 de junio de 2023

R.M.N.

de Cristian Mungiu. Rumanía, 2022. 125’.
27 de junio de 2023. Cines Los Fresnos, Gijón.

Matthias es un rumano que trabaja en un matadero de Alemania. Tras un incidente en el que agrede a un compañero que le ha llamado gitano, vuelve a su pueblo en Transilvania. Allí están su hijo y su padre y ninguno de los dos habla. El pequeño porque ha visto algo terrible en el bosque. El anciano porque vive solo y tiene Alzheimer. En el pueblo hay conflictos entre las comunidades rumanas y húngaras, aunque ahora están de acuerdo en expulsar a tres trabajadores de Sri Lanka.

Tristes presentimientos de lo que ha de suceder. Este podría ser también el título de esta película con la que Cristian Mungiu nos enfrenta a esa xenofobia esencial que parece estar renaciendo en Europa. Matthias es un emigrante rumano que es maltratado como gitano en Alemania, pero cuando vuelve a su pueblo son precisamente los gitanos los que concitan el desprecio de todos. Desprecio que se hará especialmente patente contra tres trabajadores honrados que vienen precisamente de las tierras de las que quizá proceden los gitanos. El electroencefalograma mustio del abuelo y el silencio absoluto del nieto (ambos unidos por ese bosque en el que, en fuera de campo, el niño ha podido tener una premonición del anciano ahorcado) parecen representar la fractura de los eslabones generacionales que sostenían la pervivencia de la memoria. R.M.N. es un título que evoca por igual las iniciales de Resonancia Magnética Nuclear y las consonantes de Rumanía. Y que anticipa algunas de las muchas metáforas de una película que no deja indiferente y que contiene  momentos tan especiales como ese cuarto de hora de un plano secuencia con los lugareños destilando recelos y odios ancestrales y encontrando una válvula de escape en la demonización de los tres inmigrantes. La docilidad de estos tiempos extraños está bien representada al comienzo de la película con las imágenes del matadero en que unos carneros avanzan ignorando que serán convertirán en piezas (así se llamaba a los cadáveres en los campos de exterminio) destinadas al despiece. O con el temor atávico que inspiran en esa comunidad bárbara los animales salvajes, especialmente los osos que les acechan desde el bosque y que en la parte final de la película se acercan al pueblo sin que sepamos muy bien si realmente son animales o humanos disfrazados. R.M.N. es una advertencia contra la desmemoria y el odio. Contra lo que ya está sucediendo en Europa y contra lo que quizá va a suceder. Por ejemplo, aquí mismo si finalmente es el odio el que se impone el 23 del próximo mes.