15 de enero de 2014. Centro Cultural Valey, Piedras Blancas. V.O.S.
Mounir es un joven marroquí que vive apadrinado por André Pinget, un médico belga que también acogerá a su novia Murielle. Mounir y Murielle se casan y tienen cuatro hijos, siempre en casa del doctor Pinget. Pero Murielle se siente cada vez más agobiada.
La escena de los cuatro ataudes entrando en el avión al principio de la película y la de los cuatro niños que la madre va llamando al final son las más inquietantes de un drama que, según parece, está inspirado en hechos reales. El progresivo deterioro de Murielle y el ambiguo papel del médico (¿un angel de la guarda o un parásito de los afectos?) están también muy logrados en las interpretaciones de Émilie Duquenne y Niels Arestrup. Pero, más allá de la desazón por el desenlace anunciado, la película se resiente de cierto desequilibrio. El de comenzar centrando la atención en la relación entre Mounir y su mentor para desplazar el protagonismo después a esa Murielle desquiciada que desencadenará la tragedia.