domingo, 21 de diciembre de 2014

Todos están muertos

de Beatriz Sanchís. España, 2014. 88. 
21 de diciembre de 2014. Filmoteca de Cataluña, Barcelona.


Lupe fue una estrella del rock en los ochenta. Ahora vive encerrada en su casa con un hijo adolescente al que no atiende. La abuela es la que se ocupa de él. Y la que intentará que todo cambie haciendo que regrese Diego, el hermano de Lupe que falleció en un accidente.

Elena Anaya no puede salvar la película. La mexicana Angélica Aragón tampoco. Las dos están bien, pero no consiguen que la historia convenza. El problema no es que incluya un fantasma. Es que toca demasiados temas y no consigue que se haga intenso ninguno. Es una historia de mujeres y maternidades, de músicas perdidas, de adolescencias indefinidas, de ausencias no superadas. Pero el conjunto no funciona. Se echa en falta la colaboración de algún analista de guiones. Justamente eso que Beatriz Sanchís despreciaba en el coloquio que siguió a la proyección.