sábado, 16 de noviembre de 2019

Ne croyez surtout pas que je hurle

de Frank Veaubais. Francia, 2019. 75’.
16 de noviembre de 2019. Escuela de Comercio, 57º Festival de Cine de Gijón (Sección: Rellumes). V.O.S.

Tras el fin de una relación sentimental, Frank Veaubais quedó  varado y aislado en un pueblo de Alsacia que detestaba. Encerrado y deprimido pasa ese tiempo viendo cientos de películas antes de volver a París. Su voz nos cuenta en presente continuo como lo vive mientras vemos un mosaico casi infinito de imágenes de películas que ilustran elusivamente lo que nos va contando. 

No es un diario filmado pero sí es un diario. No son imágenes buscadas pero sí encontradas. Es un singular ejercicio de conexión (por asociación de ideas) entre un texto con gran valor (entre literario y de ensayo) y unas imágenes compuestas al ritmo justo que requiere un lector (aquí un espectador) inteligente y atento. Tiene la brillantez de un Houllebecq que no fuera cínico, ni misántropo, ni reaccionario, sino buena gente. O la calidad introspectiva del Manuel Vilas de Ordesa pero con más lucidez y menos masoquismo. Y tiene también una cualidad única: la de saber encontrar (quizá sin buscar) las imágenes adecuadas no para cada pensamiento, sino para el fluir del pensamiento y el de saber coserlas con la cadencia perfecta para que el espectador las disfrute sin tregua. Me cae muy bien Frank Veaubais. Por el cine que hace, por la forma en que piensa y por la lucidez y coherencia de lo que defiende. Ha sido un gusto ver aquí su magnífica película. Y escucharlo después en el estupendo coloquio que siguió a la proyección.