lunes, 19 de abril de 2021

Una joven prometedora

de Emerald Fennell. Reino Unido, 2020. 113.
19 de abril de 2021. Cines Parqueastur, Corvera.

Cassie hace de cebo justiciero para los machos salvajes de la noche. Es su forma de ajustar cuentas con la barbarie tras aquella violación colectiva que sufrió su amiga Nina cuando estudiaban en la facultad. El reencuentro con un compañero de entonces que parece distinto de los otros y la próxima boda de uno de aquellos canallas convertido en prestigioso doctor hacen que el último acto de su venganza tenga una planificación especial.

Veo la película justo en el día en que una manada de clubes macho liderados por un especulador inmobiliario se han declarado fundadores de la última sublimación galáctica del futbolismo. Lo comento porque el fútbol me parece un factor fundamental en la gregarización testosterónica que configura desde la infancia a una parte relevante de la masculinidad contemporánea. De hecho, en la línea de G.A. Miller, quizá podría explorarse la hipótesis de un mágico numero 11 ± 2 como tamaño usual de esas peligrosas bandas de machitos y machotes. Viene todo esto a cuento porque esta intensa película sobre una venganza en femenino singular trata precisamente de las manadas. De la manada bronca que está en el fuera de campo pretérito de esta historia y de la manada elitista que prepara esa boda burguesa que acabará teniendo un catártico final. Así que Una joven prometedora es una película muy atractiva e interesante por la estupenda interpretación de Carey Mulligan (sobre todo cuando no está en turno de noche) y por escenas tan bien planteadas como las de la cafetería, la de la cena con los padres, la de la lección a la rectora o la de la comida con la prometida. Así que la película de Emerald Fennell, además de provocadora es también edificante. No trata del fútbol pero sí de las manadas, por eso no he podido dejar de pensar en él.