23 de febrero de 2013. Cines Marta, Avilés.
En una lujosa residencia para músicos retirados conviven divos del pasado. Una gala anual para recaudar fondos es la ocasión para reunir en el escenario a cuatro viejas glorias de la ópera y reconstruir un viejo amor.
La memoria (y el pudor) se pierde antes que la voz. Esa podría ser la tesis que sustenta esta historia. Los efectos para la cohesión social (y aquí sentimental) de la preparación de galas y conciertos es bien conocida. También para estos chicos del coro de la tercera edad. Acertadamente Dustin Hoffman nos ahorra tener que escucharles en los ensayos y en el concierto. Así acorta una historia por la que no será recordado como director este veterano actor.