lunes, 26 de diciembre de 2016

Hasta el último hombre

de Mel Gibson. EE.UU., 2016.131.
26 de diciembre de 2016. Cines Parqueastur, Corvera.

La historia de Desmond Doss en tres tiempos. El del enamoramiento perfecto de un chico amable e ingenuo que quiere ser médico para ayudar a los demás. El del entrenamiento y encarcelamiendo de un soldado dispuesto a ir a la guerra pero no a empuñar un arma. Y el de las acciones heroicas de este objetor de conciencia que puso a salvo a decenas de soldados en el infierno de Okinawa.

Habiendo sido objetor en los ochenta, no me podía perder esta película en la que Mel Gibson pone a prueba al espectador con una primera parte dulcisima que presenta una historia de amor con maneras muy clásicas y una última parte durísima que hace alarde de lo que las tecnologías cinematográficas pueden llegar a hacer para meternos en una batalla sin ahorrarnos sangre, estruendos y cuerpos desmembrados. El epílogo con los testimonios de los protagonistas reales suman otro paralelismo entre esta película y la ya clásica Salvar al soldado Ryan. Aunque la historia heroica del objetor tiene interés y las imágenes del acantilado y la llanura infernal seguramente quedarán en la memoria, uno no deja de pensar que en esa misma batalla murieron 150.000 civiles, muchos de ellos en suicidios colectivos por temor a lo que pudiera pasarles en manos de los americanos. Chris Marker nos lo contó en Level five. Y algo así dice bastante más sobre sobre lo que es una guerra que este espectacular homenaje de Mel Gibson a aquel objetor religioso.