10 de agosto de 2017. Teatro Cervantes, Béjar. XXI Semana de Cine Español.
El abuelo era un gran actor y antes de perder la memoria habló a la niña de las furias, esos seres anteriores a los dioses que castigaban los males hechos dentro de la familia. Entre los dos sigue habiendo una complicidad especial que los separa de los demás miembros de esa familia desgarrada. La abuela querría presentarles a sus hijos a esa psicóloga joven y guapa que todos consideran su asistente pero que en realidad es su amante. Pero no se atreve, así que les dice que piensa vender la casa y los invita a pasar unos días juntos en ella. Allí será evidente la tensión entre los tres hermanos y los dramas de cada uno de ellos. La crisis radical de la hermana con su marido, la felicidad con plazo fijo del hermano exitoso que quiere aprovechar la ocasión para casarse con la mujer con la que vive desde hace veinte años y el resentimiendo del hermano menor que sigue viviendo en la casa y se lleva mal con todos. Para la nieta, que contempla lo que pasa desde su lúcidez desquiciada, está muy claro que las furias están acosando sin tregua a esta familia cuarteada.
Un guión magnífico de principio a fin. Desde ese preámbulo que abre la historia conectándola con la teogonía griega hasta ese final hiperdramático pero también catártico y luego esperanzador. De Miguel del Arco ya solo esperamos lo mejor en el teatro (también en proyectos tan extraordinarios como el de Kamikaze en el Pavón). Y ahora también en el cine tras esta estupenda primera película. Las furias es una historia sobre dramas y demonios familiares muy reconocibles. Quizá por eso a los espectadores menos teatreros o menos conocedores de la mitología les pueda sorprender ese subtexto que la acompaña en la que hay no pocas referencias al teatro y a los mitos clásicos. Referencias siempre bien traídas en un guión impecable y más que premiable. Igual que las soberbias interpretaciones de un elenco deslumbrante en el que están que se salen Mercedes Sampietro, José Sacristán, Carmen Machi, Bárbara Lennie, Gonzalo de Castro, Pere Arquillué, Emma Suárez, Alberto San Juan... Y entre ellos también la joven Macarena Sanz, que ya estaba estupenda en el papel de ciega podemita en la reciente Selfie de Victor García León y que aquí borda ese personaje fascinante de la adolescente que todo lo ve y todo lo entiende y que tan magníficamente conecta con el de ese gran actor que interpreta (y es) José Sacristán. Así que uno solo lamenta no haber podido ver antes en salas comerciales una película que tendrá bien merecidos los premios que puedan darle y que vuelve a confirmar lo valiosas que son iniciativas como las de esta Semana de Cine Español en Béjar que se desarrolla en su delicioso teatro Cervantes. Con esta edición ya ha cumplido veintiún años mostrando buen cine. Y brindándonos estupendas noches cinéfilas en algunos de estos días de agosto que acostumbramos a pasar en estas hermosas tierras en que Salamanca ya es casi extremeña.