domingo, 27 de octubre de 2019

Papicha

de Mounia Medour. Argelia, 2019. 106’.
27 de octubre de 2019. Teatro Carrión, 64º Semana Internacional de Cine de Valladolid (sección oficial). V.O.S.

Son los años noventa en Argelia. La fuerza de los islamistas es notable. Sobre todo para las mujeres que padecen la presión para que oculten sus cuerpos. Pero Nedjma y sus amigas se niegan a ello. Tiene dieciocho años, estudia en la universidad y le encanta diseñar vestidos. Es una papicha dispuesta a que en su país ser mujer y ser feliz no tengan que ser incompatibles. Por eso se empeña en preparar un desfile de moda en el que ellas lo harán todo. Y sufrirán las consecuencias.

Mounia Medour ha recibido el premio al mejor nuevo director y el premio del público por su primera película. Con la alegría desbordante de estas papichas que están a punto de parecer histéricas y con el acecho de un terror que hace muy vulnerable su forma de vivir, el espectador contempla esta trepidante historia que siempre deja bien claro quiénes son los buenos y quiénes los malos en las tensiones argelinas de aquel tiempo. La historia esta inspirada libremente en hechos reales. Pero con independencia de sus lecturas políticas o la veracidad del relato, Papicha derrocha vitalidad en esos planos cerrados con escasa profundidad de campo, en esas hermosas telas cuyo relieve casi tocamos y en esos rostros juveniles a los que uno no puede más que desear siempre lo mejor y temer muchas veces lo peor. La agilidad del montaje y algunas escenas especialmente afortunadas (como las que tienen lugar dentro de los coches) hacen de Papicha una película que, teniendo una clara voluntad reivindicativa que seguramente le ha venido bien para conquistar el favor del público, no tiene en eso su principal valor. Con un ritmo cálido y frenético Mounia Medour vuelve a confirmar lo que tantas veces digo: que en el otro lado del Mediterráneo hay cineastas que merecen mucha más atención de la que reciben. Así que, aunque las películas del viernes no me parecieron tan buenas como esperaba, las que hemos visto ayer y hoy demuestran que es posible ver muy buen cine aunque solo se pueda estar un fin de semana en la Seminci. Volveremos.