de Joachim Trier. Noruega, 2025. 135’.
9 de diciembre de 2025. Cines Los Prados, Oviedo. V.O.S.
Desde que su padre se separó de su madre, Nora y Agnes tienen poca relación con él. Ella acaba de morir, así que los tres vuelven a encontrarse. Él es Gustav Borg, un prestigioso director de cine que, después de varios años, tiene preparado el guion de una nueva película. Quiere que la protagonice sea Nora, que es actriz y le va bastante bien en el teatro. Sin embargo, los dos tienen una relación complicada y ella rechaza participar en esa película.
El suicidio, la familia, el peso del pasado y las dudas existenciales son algunos de los temas presentes en el cine de Joachim Trier (Oslo, 31 de agosto, El amor es más fuerte que las bombas, Thelma, La peor persona del mundo). En Valor sentimental, además de esas cuestiones, hay también dilemas sobre la autoría y la interpretación, los elementos básicos de artes tan intensas y confrontadas como son el cine y el teatro. A todo ello se une también la relación entre un padre y una hija, situados en momentos muy distintos de sus carreras profesionales y con percepciones diferentes sobre la importancia de la fama y el prestigio. Es como si Nora sufriera algo así como un complejo de Edipo (no de Electra) mal resuelto. Como si al intentar matar al padre no consiguiera otra cosa que resucitarlo. Valor sentimental tiene mucho interés desde esa doble dimensión de la intimidad: la familiar y la artística. Pero, siendo una película sin artificios, consigue ofrecer, además, diversas capas formales en las que se encabalgan la representación y lo representado. De modo que son transitables los momentos en que contemplamos las ficciones creadas por el director Borg y la del director Trier. Un efecto muy sugerente que casi me hizo reprochar a este su último plano secuencia, tras el último de aquel. Pero no, la forma en que con eso genera una simetría perfecta entre las bambalinas del teatro y las del cine en las escenas con que comienza y termina la película me hace pensar que los dos directores han acertado. Pero también, y muy especialmente, ha acertado esa hija/actriz en la maravillosa escritura juvenil de esa escena preambular en que la voz narrativa es la de la propia casa familiar. Con un comienzo así (que no arranque), ya antes de que empiece Valor sentimental sé que estoy ante una película de mucho valor. Y no solo sentimental.
