viernes, 30 de enero de 2015

No llores, vuela

de Claudia Llosa. España, 2014. 112.
30 de enero de 2015. Cines Van Dyck, Salamanca.

Una madre busca en lo sobrenatural el milagro para su hijo enfermo y descubre que tiene poderes para curar a otros. Un cetrero busca a su madre por encargo de una periodista y la encuentra practicando esos poderes en territorios helados. Veinte años separan la búsqueda de la madre y la del hijo. Son los que han pasado desde el terrible accidente en que el cetrero perdió a su hermano enfermo cuando los dos eran niños. Desde entonces la madre y el hijo viven en mundos separados por la culpa y el dolor.

Los paisajes y a veces los gestos son lo mejor de una película sobre personajes torturados por los recuerdos. Son dos historias. Una en el pasado, con la madre y los dos niños antes del desastre. Y otra en el presente, con el hijo buscándola en un mundo helado. Lo natural y lo sobrenatural tienen mucha importancia y, como los halcones del cetrero, parecen sobrevolar toda la historia. Sin embargo, la película no me acaba de emocionar. La veo con gusto y disfruto con las imágenes, pero ese hielo abrasador no me perturba como pretende la directora de La teta y la Luna.