13 de julio de 2016. Centro de Interpretación del Cine en Asturias, Gijón.
Cheyenne viaja a Nueva York y luego al Oeste para cumplir un deber que siente como necesario. Tiene que ver con su padre. Y con un pasado relacionado con el Holocausto.
He dudado sobre si debía reseñar aquí esta película. Y es que lo elusivo de la historia lo ha sido aún más para mi que me he perdido su comienzo (en la web del CICA estaba anunciada para las cinco y media, pero incomprensiblemente la proyección comenzó media hora antes). La parsimonia gestual de Sean Penn en este extraño personaje se ve notablemente perjudicada en la versión doblada que (también incomprensiblemente) se ha proyectado hoy. Así que lo único que puedo rescatar de esta penosa experiencia cinematográfica son algunos detalles que caracterizan al cine de Sorrentino: la elegancia de los encuadres, las perspectivas cambiantes de algunos planos o la forma en que cuida la banda sonora. Una lástima, porque Sorrentino merece que sus películas se vean en las mejores condiciones. Al menos completas y en versión original.