25 de febrero de 2019. Cines Los Prados, Oviedo.
Una exposición en la Basilica Palladiana de Vicenza con obras procedentes de la colección Helene Kröller-Müller es la excusa para esta reivindicación de aquella coleccionista que tanto apreciaba la obra de Van Gogh. Pero sobre todo para repasar los últimos diez años de la vida y la actividad artística del gran pintor holandés.
Una exposición sobre Van Gogh en la preciosa ciudad en que Palladio reiventó la arquitectura de los teatros es siempre una buena coartada para un buen documental sobre pintura. Sin embargo, en esta película la exposición y la figura de la coleccionista son mucho menos interesantes que esa parte final en la que se repasan los lugares y las obras del pintor. Los comentarios de Valeria Bruni son gratos y pertinentes pero aportan poco al análisis de la obra del pintor. Por fortuna, en su último tramo la película va dejando de ser un documental convencional para entrar de lleno en los paisajes y en los cuadros convirtiéndose poco a poco en una experiencia mucho más interesante. Así que apetece que se estrene pronto aquí la película que Julian Schnabel ha hecho también sobre Van Gogh. Las críticas no son muy buenas, pero la protagoniza nada menos que Willem Dafoe.