domingo, 8 de diciembre de 2024

El ministro de propaganda

de Joachim Lang. Alemania, 2024. 135’.
8 de diciembre de 2024. Cines Verdi, Barcelona. V.O.S.

El papel de Goebbels en el gobierno nazi desde marzo de 1938 hasta mayo de 1945 en que se suicidó con su mujer y sus hijas en el búnker de Berlín. Su eficaz obsesión por la propaganda que le hizo creer (y comprobar) que la verdad importa poco cuando de lo que se trata es de dirigir a las masas. Incluso hacia al abismo.

Entre las escenas de ficción se intercalan imágenes de archivo que pretenden reforzar la veracidad de lo que se cuenta. Sin embargo, aquí también menos es más y uno no deja de comparar lo que está viendo con otras películas sobre el nazismo. Por ejemplo, con El hundimiento, la magnífica película de Oliver Hirschbiegel en la que Bruno Ganz interpretó de manera extraordinaria el papel de Hitler en aquellos días agónicos. Aquí la fuerza que se da al personaje de Goebbels se le resta al de su jefe, que acaba por resultar un tanto desvaído. Por lo demás, en estos días en que los periódicos recogen la huida de Háfed al-Ásad de Siria y la presencia de Trump y Elon Musk en Notre Dame y, con permiso de la autoridad competente, Netanyahu se sigue burlando de los tribunales internacionales de justicia, uno desearía que este recordatorio sobre las formas pretéritas de manipulación y propaganda ayudara al repudio de las actuales. Pero me temo que no, ya que en esto la película resulta casi naif. La vemos en alemán con subtítulos en español, pero las apostillas para aleccionar al espectador están escritas en inglés (formas actuales de manipulación y propaganda lingüística). Así que no creo que El ministro de propaganda sirva de advertencia frente a ella. Seguramente tampoco les dirá nada a los que, para acabar con la fiesta, votan por las motosierras o asaltan edificios blancos en las dos Américas.