sábado, 4 de octubre de 2025

Turismo de guerra

de Kikol Grau. España, 2024. 70.
4 de octubre de 2025. Laboral Cinemateca, Gijón.

El turismo banalizador. También del sufrimiento y el horror. Son los nuevos usos celebratorios en ciertos lugares de la memoria. Los turistas se pueden hacer selfis en un nido de ametralladoras o ante un campo de exterminio. También asistimos a recreaciones históricas en las que hay mucha verosimilitud, muchos aplausos y mucho disfrute macho. Por ejemplo, mientras se revive con mucho realismo la batalla del Ebro.  

Con lucidez y mucho desparpajo Kikol Grau ha hecho un documento polivalente. De hecho, su presencia ha dado mucho juego en el coloquio. La suya es una película orientada a mostrar y deconstruir las pulsiones aparentemente infantiles que hay en el turismo de guerra. Cuando yo era niño no era raro que los Reyes te echaran un fuerte bien surtido. Con sus confederados, sus vaqueros, sus comanches y sus caballos. Así podíamos jugar a la conquista del Oeste. Los duelos podían ser a otra escala si lo que te traían los Reyes eran pistolas, cartucheras y sombrero. Me he acordado de todo esto viendo a esos adultos disfrutando mientras juegan a matarse. Se nota que les encanta uniformarse para jugar muy disciplinadamente con armas y banderas. Tengo para mi que, junto con la testosterona, son desde el Neolítico los tres elementos sustanciales de la guerra. Así que no comparto la sorpresa de Kikol Grau ante el hecho de que la masculinidad sea lo dominante en las guerras (en las reales y en estas con las que se juega). Creo que piensa hacer una segunda parte de este documental y, para compensar, busca incluir también personajes femeninos. No se lo recomiendo. En las guerras puede haber alguna Agustina de Aragón, pero precisamente es la excepción lo que confirma la regla. Y es que, como el coñac Soberano o el fútbol, la guerra es cosa de hombres. De hecho, LaLiga es la Liga y a nadie se le ocurriría llamarla Liga M. Aunque sería formalmente disonante, pero esta película encajaría bien en un ciclo sobre la guerra. Propongo otros títulos: Sobre la historia natural de la destrucción, La zona de interés, 20 días en Mariúpol o La voz de Hind. Y como antídoto para la banalización del tema sugiero también algunas lecturas. Por ejemplo, La guerra es una estafa de Smedley Butler, Tierra arrasada de Alfredo González-Ruibal y, sobre todo, El silencio de la guerra de Antonio Monegal. Algunos adultos quizá deberían leer más y jugar menos. Sobre todo con la guerra.