29 de marzo de 2013. Sala Berlanga, Madrid. V.O.S.
Junto al coreógrafo y bailarín Josef Nadj, Miquel Barceló ejecuta la performance “Paso doble”, en la que los dos brotan, golpean, moldean y desaparecen en un escenario de arcilla. El sorprendido público son los propios habitantes de Gogolí, que tanto aprecian a su vecino Miquel.
De su colaboración con Miquel Barceló en Mali, Isaki Lacuesta se trajo dos películas: Los pasos dobles y El cuaderno de barro. La primera es (más o menos) una ficción que solo se salva por las imágenes de Barceló y en la que uno se pregunta qué llevó al artista a aparecer en esa extraña historia. La segunda es este interesante documental que da respuesta a esa pregunta y hasta explica el título de aquella película. Barceló y su contexto africano llenan las magnéticas imágenes de una hora de cine que se hace muy corta. Los gestos y los sonidos de la ejecución de la performarce se alternan con las imágenes sobre su preparación y con otros momentos en los que Barceló aparece conversando o trabajando. El diálogo inicial sobre la sirena y el delfín, el encuentro entre el artista y su modelo albino o la reflexión final de Barceló mientras pinta en la cueva, justifican sobradamente la presencia de la cámara de Isaki Lacuesta al lado del artista. Su mirada es aquí tan oportuna como parecía en las otras obras que había visto de él: La leyenda del tiempo, que tan bien evoca otro entorno (Cádiz) y otro artista (Camarón) y In between days, aquellas cartas que intercambió con Naomi Kawasi en las interesantes correspondencias fílmicas que pudimos ver hace poco más de un año en el CCCB.