lunes, 27 de mayo de 2013

Bárbara

de Christian Petzold. Alemania, 2012. 100'.
26 de mayo de 2013. Cines Marta, Avilés.

Bárbara es una doctora recién llegada a un hospital rural de la RDA. Su relación con los enfermos es muy amable, pero con los demás médicos su actitud es distante. Sabe que su vida está bajo vigilancia y mantiene la esperanza de poder huir pronto a la otra Alemania. Sin embargo, su relación con André, el médico con el que trabaja cada día, y las circunstancias de algunos de sus pacientes le harán cambiar de planes.

El Oso de Plata en el festival de Berlín seguramente explica que se estrene en España por fin una película de Petzold (aunque en Avilés ya habíamos visto Algo mejor que la muerte, su irregular aportación a la trilogía Dreileben que se proyectó en el Niemeyer en enero pasado). Bárbara se ha promocionado intentando aprovechar el rebufo de La vida de los otros. Pero realmente no lo necesitaba. Además de mostrar los estragos de un estado policial en la vida privada, Bárbara es una espléndida película de médicos y de personas. De deontología y de ética. La primera entendida como la forma de ejercer noblemente una profesión y la segunda interpretada como la búsqueda de la felicidad con los demás. El frío pero magnético papel que interpreta Nina Hoss tiene su contrapunto perfecto en ese doctor cálido y perseverante encarnado por Ronald Zehrfeld. Una de las conclusiones de esta película podría ser que la próspera Alemania no es necesariamente el mejor lugar para alcanzar la felicidad. Conservar la dignidad, aun en los peores lugares y en los peores momentos, es lo más importante. Por eso los títulos de crédito se acompañan con esa alegre At last I’m free que cierra en clave optimista una película que no tenía música, ni tampoco muchas palabras, pero sí una buena historia que contar. Me alegro de que haya sido Bárbara la película que haga el número cien de las que he visto y comentado en estos casi siete meses que han pasado desde que decidí abrir este blog.