sábado, 26 de marzo de 2016

Tribunal

de Chaitanya Tamhane. India, 2014. 116.
26 de marzo de 2016. Cines Renoir Plaza de España, Madrid. V.O.S.

Narayan Kamble, un anciano activista y cantautor indio, es procesado por los pretendidos efectos de sus canciones. Sus adversarios le acusan de que la letra de una de ellas habría provocado el suicidio de un trabajador del sistema de aguas residuales. Vemos momentos del largo y disparatado juicio. Y también de las vidas de quienes participan en él.

Algunas películas recientes sobre indagaciones policiales o judiciales nos han ofrecido descripciones muy reveladoras sobre la vida en algunos países. Por ejemplo, Nuri Bilge Ceylán nos mostró la organización del poder en los entornos rurales de Turquía en su magnífica Érase una vez en Anatolia. Y en Gett: el divorcio de Viviane Amsalem Ronit Elkabetz y Shlomi Elkabetz nos hicieron conocer el machismo presente en las normas religiosas que regulan el matrimonio en Israel en aquel juicio surrealista que no acababa nunca. Chaitanya Tamhane nos hace ver en Tribunal lo disparatado del sistema judicial indio e intuir las radicales escisiones lingüísticas, culturales y políticas presentes en ese país. Con planos fijos más largos que las accciones que nos muestran y con escenas tan llamativas como las de los absurdos argumentos que se emplean en el juicio o la de la representación teatral que ridiculiza a los inmigrantes, Tamhane consigue que intuyamos (para entenderlo bien habría que saber más de lo que yo sé de la India) la aberración jurídica y social en que se mueve esa acusación que para el espectador no solo cuestiona la libertad de expresión sino el significado de los conceptos de causa, efecto y responsabilidad. La historia, parsimoniosa y con pretensiones naturalistas, está bien contada y contiene momentos gratamente catárticos como las escenas en que el anciano interpreta sus canciones.