jueves, 12 de mayo de 2016

Transeúntes

de Luis Aller. España, 2015. 94.
12 de mayo de 2016. Centro Niemeyer, Avilés.

Gente en sitios. De Barcelona. Planos y contraplanos de diálogos intermitentes. De vidas cruzadas. Son historias intuidas. Instantes multiplicados. Palabras encadenadas. Imágenes. Muchas imágenes. Y también músicas. A veces colapsadas. Como los puntos de vista de los transeúntes que miramos.

Paroxismo del montaje. Surrealismo urbano. Experimento no apto para todos los públicos. Agotador. Pero fascinante para quienes entran en el juego de una película que puede ser la que contiene más planos de la historia del cine y la que quiere contar más historias haciendo un cine nada plano. Es una impugnación del relato. Un ensayo fílmico que entiende el cine como el arte de contraponer imágenes para proponer miradas. Múltiples. Mestizas. Reales. Ficticias. Cautivadoras. Como Barcelona. Esa ciudad en la que nunca me canso de mirar.