de Stéphane Demoustier. Francia,
2019. 95’.
9 de marzo de 2021. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.
Vemos de lejos la escena preambular de la playa y no sabemos cómo interpretarla. Y esa ambigüedad crecerá durante el desarrollo de un juicio que se nos muestra con gran naturalismo pero sin los tópicos propios del género. Stéphane Demoustier tiene el acierto de mostrarlo con la máxima contención así que no hay planos del jurado, ni dedos acusadores, ni grandes discursos. Ni siquiera se nos muestran las típicas imágenes del momento en que el juez lee la sentencia. Y es que, con un guión muy bien medido se deja espacio para que el espectador puede pensar y sentir el mismo desasosiego y las mismas dudas que pueden tener los padres de la acusada, la madre de la víctima y, por supuesto, el jurado. La chica del brazalete está en las antípodas de ese venenoso imaginario judicial que no tiene dudas cuando habla de sediciones, rebeliones o prisiones permanentes revisables. Por eso películas como la de Stéphane Demoustier son tan necesarias. Y también por eso son tan marginales.