de Tamara Kotevska. Reino Unido, 2023. 80’.
21 de enero de 2025. Teatro Auditorio, Pola de Siero. V.O.S.
La directora de Honeyland compone un documental poético que tiene su principal aliento en la expresiva figura de esa enorme niña de madera que inspira tanta ternura como compasión. Su paso por Éfeso, Grecia, el Vaticano, París y tantos otros lugares es una hermosa cabalgata cívica y reivindicativa que parece representar el alma del MUSOC, esta muestra de Cine Social y de Derechos Humanos que cada año (y ya van trece) lleva a los rincones de Asturias un cine comprometido con la ética y con la estética. Uno lamenta que el final de este bonito paseo sitúe el ombligo del mundo en Londres, la capital de ese país tan celoso de sus fronteras que consideró demasiado permeables las de Europa y decidió irse de ella. Pero me quedo con las palabras de esa niña que sabe definir tan bien lo que es un hogar: un sitio en el que viven las personas a las que uno quiere y en el que la azotea está llena de palomas. Sospecho que los destructores de viviendas en Gaza o los que las rapiñan aquí con sus fondos de inversión deben estar encantados con sus ombligos, pero nunca llegarán a entender a qué se refiere esa niña.