8 de junio de 2016. Centro Niemeyer, Avilés.
Ángela y Niklas buscan una casa en el campo. Están enamorados y esperan un hijo. Mientras deambulan por la sierra y hacen planes para el futuro, algo está cambiando entre ellos. De repente ella desaparece. Él la busca, pero no sabe qué hacer.
Película de atmósferas y sensaciones. La primera parte es muy luminosa, la segunda un tanto inquietante. La naturaleza es el contrapunto perfecto para esta historia de amor estival que se quiebra súbitamente. En el coloquio Sergio Martínez Vila explicó muy bien por qué quería dejar sin explicar algunas cosas en su película. Para que el espectador interprete los motivos de Ángela y la reacción de Niklas. Entre la extrañeza y la obra abierta, La espera tiene la duración justa para que sus imágenes cautiven y la historia no llegue a cansar.