sábado, 18 de junio de 2016

Tangerine

de Sean Baker. EE.UU., 2015. 88.
18 de junio de 2016. Centro Niemeyer (auditorio), Festival de cine LGBTIQ, Avilés. V.O.S.

Sin-Dee Rella acaba de salir de la cárcel. Por su amiga Alexandra descubre que Chester, su novio y proxeneta, ha estado con otra mujer. Es Nochebuena y Sin-Dee Rella dedicará la tarde y la noche a buscarla. Mientras tanto, vemos también lo que hace un taxista armenio que es cliente de estas prostitutas. Al final Alexandra cumplirá su deseo de cantar en un garito y el taxista armenio acabará la noche con ellas. Pero también con su suegra y con su mujer. Y con Chester y la rubia de la que Sin-Dee Rella está celosa.

¡Jo, qué noche! Como la película de Scorsese pero en los ambientes de la prostitución transexual de la Costa Oeste. El primer plano cenital y el diálogo inicial vespertino ya marcan el tono de esta magnífica película. Un periplo cámara en nuca en el que seguimos a las dos protagonistas y sus efectos colaterales. La desconcertante y estupenda historia paralela del taxista armenio tiene momentos espléndidos como el del encuentro con la prostituta que se equivocó de calle y es repudiada por ser mujer o el de la felación en el túnel de lavado. La canción triste de Alexandra es también otro momento soberbio en una película que está llena de ellos. Y el encuentro final de todos en el bar del inicio es un cierre estupendo para una película que tendrá un epílogo perfecto en los cruces de miradas entre las amigas despelucadas en la lavandería. Tangerine es cine urbano trepidante con magníficos diálogos callejeros y estupendas interpretaciones. Seguramente está hecha con cuatro duros. Pero con muchísimo talento.