24 de junio de 2016. Centro Niemeyer (auditorio), Festival de cine LGBTIQ, Avilés. V.O.S.
Cerca de un aeródromo, de un lago y de una central eléctrica, dos muchachas lituanas se enamoran en verano. A Sangaile le encantan las acrobacias aéreas, pero tiene querencias autolesivas. A Auste le apasionan las performances y tiene un carácter alegre y cordial. Ese amor estival hará que Sangaile pueda superar sus vértigos y atreverse a volar. Literalmente.
Amores adolescentes con subrayados musicales y gestos afectados. Mientras veo la película encuentro muchas escenas con esa estética de videoclip. Las dos jovencitas son preciosas, pero me parece impostada la afectación de la protagonista, que parece vivir un drama que no se acaba de explicar. Sin embargo, la simetría entre los caracteres de las dos amantes, la que se esboza entre sus madres y las metáforas del vértigo, el cielo y el lago hacen que la película gane según avanza y me parezca mejor en conjunto que por partes. De ellas me quedo sobre todo con las imágenes de los vuelos acrobáticos.