21 de junio de 2016. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.
El doctor Robert Laing se muda a vivir a un rascacielos que promueve una nueva forma de vida en comunidad. Él busca el anonimato pero sus relaciones con los de abajo y con el arquitecto que lo diseñó harán que tenga un papel destacado cuando se desate la violencia en esa extraña sociedad.
Una distopía pretérita. Con una ambientación de los setenta o los ochenta, el director de la también muy violenta Turistas nos propone una singular historia que recuerda a El ángel exterminador de Buñuel. Parece lo propio que sea Jemery Irons quien ocupe el papel de demiurgo arquitectónico en esta película en la que no parece interesarle a nadie la vida que pueda haber fuera de ese siniestro edificio. Las imágenes de la primera parte resultan muy atractivas y parece que la película va a seducir. Pero cuando la violencia aparece la historia se enmaraña y va perdiendo interés.