de José Mari Goenaga y Aitor Arregi. España, 2025. 115’.
29 de septiembre de 2024. Cines Ocimax, Gijón. V.O.S.
Vicente es un homosexual vasco que a sus setenta y seis años lleva una vida feliz en Maspalomas. Hasta que se ve obligado a volver a San Sebastián al cuidado de su hija, con la que hace tiempo que no tiene relación y ahora lo ingresa en una residencia. Allí tendrá que volver al armario y soportar una forma de vida que no va con él.
El tema es la homosexualidad en la edad tardía, pero también la reclusión de la ancianidad. El tono es contenido, delicado y a la vez explícito. Y aunque tiene nada que ver con el de El agente topo, viendo esta magnífica película me he acordado de la estupenda historia que Maite Alberdi que también daba mucho que pensar sobre la vida en las residencias postreras. José Ramón Soroiz hace un trabajo soberbio interpretando a ese personaje, contenido y contemplativo, que cambiará su visión de las cosas, pero no tanto como para olvidar las dunas canarias y dejarse domesticar. Maspalomas también trata un tema tan infrecuente como las formas en que se vive (o se oculta) la homosexualidad en la madurez. Y sin plantearlo directamente también da bastante que pensar sobre las diferencias entre la masculina y la femenina. De hecho, lo que siente y hace protagonista de esta película sería muy distinto si en lugar de llamarse Vicente se llamara Vicenta. Por lo demás, es más que notable la capacidad de José Mari Goenaga, Aitor Arregi y Jon Garaño (es decir, el colectivo Moriarti) para hacer películas tan estupendas y tan distintas como Handía, La trinchera infinita, Marco y, por supuesto, Maspalomas.