miércoles, 15 de octubre de 2025

Jugar con juego

de Delphine Coulin, Muriel Coulin. Francia, 2024. 119’.
15 de octubre de 2025. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo. V.O.S.

Tras la muerte de su mujer, Pierre cuida con cariño de sus dos hijos. Él trabaja como ferroviario y comparte con ellos aficiones futboleras. El menor va muy bien en los estudios y entrará pronto en la Sorbona. El otro no ha terminado la formación profesional como metalúrgico y tiene amigos en entornos violentos de la ultraderecha. Pierre intenta evitar que su hijo entre en ese mundo, pero no le resultará fácil.  
 
Vincent Lindon fue premiado en Venecia por su interpretación de este padre doliente. Con su magistral contención consigue que entendamos a ese hombre que no sabe cómo enfrentar la situación de su hijo. Ese triángulo masculino funciona muy bien con esos muchachos que no llegan a ser Caín y Abel y ese padre que toma conciencia de no ser todopoderoso. Por lo demás, la película retrata las derivas totalitarias que la socialización futbolera puede generar en la masculinidad juvenil. Y no solo en Francia.

martes, 14 de octubre de 2025

Mi postre favorito

de Maryam Moghadam y Behtash Sanaeeha. Irán, 2024. 97.
14 de octubre de 2025. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.

Mahin es una mujer madura que vive sola desde que murió su marido. También está solo Faramarz, un taxista al que conoce casualmente. Entre los dos podría haber sintonía, así que Mahin le invita a su casa para que conozca la dulzura de su habilidad repostera.  
 
No hay mucha complejidad en las relaciones entre los personajes ni esos dilemas morales a los que nos tiene acostumbrados el cine iraní. Mi postre favorito es una historia sencilla y tierna sobre una mujer obesa que se atreve a querer a un hombre tranquilo que se deja llevar. Los interiores son cálidos y la fotografía delicada, como la relación entre estos amantes que disfrutan con los juegos de la edad tardía. La felicidad parece estar a su alcance, casi hasta el final.

jueves, 9 de octubre de 2025

La isla de los faisanes

de Asier Urbieta. España, 2025. 98.
9 de octubre de 2025. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.

En mitad del Bidasoa está la isla de los faisanes, un condominio binacional que medio año gestiona Francia y el otro medio España. Durante la ceremonia de traspaso de poderes aparece allí un cadáver. Es el de Omar, un hombre que intentaba cruzar a nado con un amigo y al que Laida no pudo salvar. Ella le reprocha a su pareja, Sambou, que no se tirara al agua con ella. Él también es negro, pero nació en Irún. Laida intentará encontrar al chico que rescató para que la familia de Omar pueda saber que ha muerto. 
 
Como escenario trágico para la inmigración, no parece que el Bidasoa sea como las costas canarias o mediterráneas de nuestro país. Y eso provoca cierta extrañeza en el espectador. Quizá la singular del lugar y la posibilidad de tratar en euskera ese tema sean los motivos para ubicar allí una historia que está contada de manera contenida, pero a la que le falta verosimilitud. Por ejemplo, en la relación de esa pareja y las actitudes de los dos. Así que La isla de los faisanes no será muy recordada entre las películas que abordan el drama de la emigración.

martes, 7 de octubre de 2025

Gatillero

de Cristian Tapia Marchiori. Argentina, 2025. 80.
7 de octubre de 2025. Casa de la Cultura, XXIV Certamen Nacional de Cortometrajes de Avilés.

Recién salido de la cárcel, un sicario recibe un encargo nocturno. Debe amenazar a alguien disparando a la fachada de su casa. Mientras lo hace, llegan otros que disparan a los que hay dentro y le culpan a él. Tras la refriega, emprende un intenso periplo por un barrio de la periferia de Buenos Aires. Hasta el amanecer.

Gatillero se une a la nómina de estupendas películas que han sido hechas (o así parece) en un único plano secuencia. Entre ellas están La soga, BirdmanEl triste olor de la Carne o Victoria (también El arca rusa, una película que aún no he visto pero recomendaba David Rodríguez en la presentación  de esta). Gatillero ofrece una tensión trepidante en la que se dispara, se corre, se va en moto, en coche, se saltan vallas y hasta se habla. Y todo eso con solo dos operadores de cámara, de los cuales uno es el director. Gatillero es turbia y arrabalera (está filmada en el barrio de la isla de Maciel) y cuenta con una interpretación soberbia de Sergio Podeley, un actor que lo da todo en ese prodigioso plano secuencia. Así que ha sido un acierto la colaboración de este certamen avilesino con BAFICI. El domingo tuvimos un magnífico encuentro con Julio Medem y hoy una jornada netamente argentina. Así da gusto vivir en Avilés. 

sábado, 4 de octubre de 2025

Turismo de guerra

de Kikol Grau. España, 2024. 70.
4 de octubre de 2025. Laboral Cinemateca, Gijón.

El turismo banalizador. También del sufrimiento y el horror. Son los nuevos usos celebratorios en ciertos lugares de la memoria. Los turistas se pueden hacer selfis en un nido de ametralladoras o ante un campo de exterminio. También asistimos a recreaciones históricas en las que hay mucha verosimilitud, muchos aplausos y mucho disfrute macho. Por ejemplo, mientras se revive con mucho realismo la batalla del Ebro.  

Con lucidez y mucho desparpajo Kikol Grau ha hecho un documento polivalente. De hecho, su presencia ha dado mucho juego en el coloquio. La suya es una película orientada a mostrar y deconstruir las pulsiones aparentemente infantiles que hay en el turismo de guerra. Cuando yo era niño no era raro que los Reyes te echaran un fuerte bien surtido. Con sus confederados, sus vaqueros, sus comanches y sus caballos. Así podíamos jugar a la conquista del Oeste. Los duelos podían ser a otra escala si lo que te traían los Reyes eran pistolas, cartucheras y sombrero. Me he acordado de todo esto viendo a esos adultos disfrutando mientras juegan a matarse. Se nota que les encanta uniformarse para jugar muy disciplinadamente con armas y banderas. Tengo para mi que, junto con la testosterona, son desde el Neolítico los tres elementos sustanciales de la guerra. Así que no comparto la sorpresa de Kikol Grau ante el hecho de que la masculinidad sea lo dominante en las guerras (en las reales y en estas con las que se juega). Creo que piensa hacer una segunda parte de este documental y, para compensar, busca incluir también personajes femeninos. No se lo recomiendo. En las guerras puede haber alguna Agustina de Aragón, pero precisamente es la excepción lo que confirma la regla. Y es que, como el coñac Soberano o el fútbol, la guerra es cosa de hombres. De hecho, LaLiga es la Liga y a nadie se le ocurriría llamarla Liga M. Aunque sería formalmente disonante, pero esta película encajaría bien en un ciclo sobre la guerra. Propongo otros títulos: Sobre la historia natural de la destrucción, La zona de interés, 20 días en Mariúpol o La voz de Hind. Y como antídoto para la banalización del tema sugiero también algunas lecturas. Por ejemplo, La guerra es una estafa de Smedley Butler, Tierra arrasada de Alfredo González-Ruibal y, sobre todo, El silencio de la guerra de Antonio Monegal. Algunos adultos quizá deberían leer más y jugar menos. Sobre todo con la guerra.

viernes, 3 de octubre de 2025

Parecido a un asesinato

de Antonio Hernández. España, 2025. 111.
3 de octubre de 2024. Cines Parqueastur, Corvera. 

Eva se ha ido a vivir con Nazario, un escritor de éxito que tiene una hija adolescente. Su anterior mujer murió de forma muy trágica. Eva también tiene un pasado duro por su relación con un hombre llamado José. Ella no quiere saber nada de él, pero ahora reaparece. 
 
Tres partes sucesivas desde los puntos de vista de los tres protagonistas. Algún crítico ha comparado esa forma de contar con la de Weapons, la reciente película de terror que estaba tan bien planteada. Pero nada que ver. Aquí lo que no es redundante es poco menos que impostado. Nada que reprochar a Eduardo Noriega ni a Blanca Suárez que defienden sus personajes como buenamente pueden, pero por mucho que la tercera parte necesitara un personaje turbio y con cierta fuerza, Claudia Mora está pasada de edad para el papel de esa chica que aún va al instituto. Así que Parecido a un asesinato no tiene ningún parecido con En la ciudad sin límites, aquella película magnífica del mismo director.

Un fantasma en la batalla

de Agustín Díaz Yanes. España, 2025. 105’.
3 de octubre de 2025. Cines Parqueastur, Corvera.

Amaia es una guardia civil andaluza que decide infiltrarse en ETA para ayudar en el fin del terrorismo con la localización de los zulos que la organización tenía en el sur de Francia. Una misión muy arriesgada en aquellos tiempos tan difíciles.
 
Los hechos que inspiran esta película son los mismos de los que relata Arantxa Echevarría en La inflitrada. Allí estaba magnífica Carolina Yuste y aquí también lo está Susana Abaitua. Hay más contención en la película de Díaz Yanes y una mayor atención al contexto de aquellos tiempos. De hecho, el relato de la integración de la protagonista en la banda se ve jalonando por las imágenes reales de momentos terribles, pero también cruciales, para el final de ETA. Quizá sea el personaje del policía el que más se diferencia en las dos películas. En ambas hay bastante distancia entre la protagonista y su contacto, pero en La infiltrada no se plantea la posibilidad de que en la Guardia Civil hubiera estado implicada en cosas tan terribles como las del cuartel de Intxaurrondo. Así que Agustín Diaz Yanes ha hecho un trabajo excelente y muy honesto. Por eso merecería que Un fantasma en la batalla tenga tan buena acogida como la que tuvo La infiltrada. El tema y la calidad de ambas películas bien lo merecen.

jueves, 2 de octubre de 2025

Una batalla tras otra

de Paul Thomas Anderson. EE.UU., 2025. 94’.
2 de octubre de 2025. Cines Parqueastur, Corvera. V.O.S.

La revolución en Estados Unidos comienza en un lugar de la frontera con México. Dieciséis años después, sus protagonistas más importantes no han vencido, pero tampoco han sido detenidos. Las redes de contacto siguen funcionando y se ponen en marcha para salvar a la hija de uno de ellos.
 
Son más de dos horas y media que se pasan en un suspiro. El director de Magnolia, Pozos de ambiciónThe Master o  Licorizze Pizza nos ofrece una historia que comparte con otras recientes (como Civil War, Mickey 17 y Eddington) intenciones críticas hacia el trumpismo y el barrunte de tiempos autobélicos en suelo estadounidense. De hecho, la cosa no parece tan distópica en estos días en que Trump despliega al ejercito en algunas ciudades de su país haciendo que los gringos quizá lleguen a vivir en carne propia ese tipo de hazañas bélicas que solían promover a miles de kilómetros de su casa. Leonardo Di Caprio, Sean Penn y Benicio del Toro están magníficos en unos personajes intensos que, junto con los de Teyana Taylor y Chase Infiniti, conforman una historia vibrante y sin tregua. Las imágenes son poderosas (inolvidables esas carreteras con cambios de rasante extremos) y los guiños  dan mucho que pensar sobre la vecindad entre el supremacismo MAGA y el nazismo genuino (por ejemplo, el del personaje de Sean Penn gaseado e incinerado por los suyos). No sé si la reacción al trumpismo acabará siendo una rebelión organizada al modo de los movimientos revolucionarios vigesímicos, pero tampoco me extrañaría que la estética de los malos (el ejército y sus sabuesos) resulte cautivadora para muchos trumperos que pudieran disfrutar con esta película creyendo que Paul Thomas Anderson comparte intenciones con ellos. Sería una lástima.