de Jafar Panahi. Irán, 1995. 85’.
20 de octubre de 2025. Cines Embajadores-Foncalada, Oviedo. V.O.S.
Falta muy poco para que comience el Año Nuevo. Razieh tiene siete años y quiere que ese día su madre la deje comprar un bonito pez que ha visto en el mercado. Cuesta 100 riales, pero después de mucho insistir, su madre le da un billete de 5.000 para que lo compre y le traiga la vuelta. Antes de llegar a la tienda, Razieh pierde el billete y una señora la ayuda a buscarlo hasta que lo encuentran en una alcantarilla. Lo malo es que, ni siquiera con la ayuda de su hermano, parece posible sacarlo de allí.
El guion es de Abbas Kiarostami. Por eso no es raro que esta deliciosa historia de Jafar Panahi recuerde, en versión urbana, a aquella joya rural titulada ¿Dónde está la casa de mi amigo? El largo y magnífico plano secuencia inicial anticipa una película en la que todo resultará fascinante. El globo blanco es como un cuento de Navidad, casi en tiempo real, en el que uno se maravilla con la naturalidad de esa preciosa niña a la que parecen amenazar peligros que no están en los adultos con que se va encontrando, sino en nuestras propias expectativas. De hecho, a excepción de su padre (ese personaje mandón que queda en fuera de campo), todos los personajes con los que Razieh habla son bondadosos y, a pesar de nuestras sospechas, siempre quieren ayudarla. Es, por tanto, una película de suspense, pero muy tierno. O una película tierna con mucho suspense. O un espejo moral que refleja nuestros prejuicios y resulta tan catártica como ese globo blanco que al final sujeta el último joven que ayuda a la niña. Y es que hace treinta años el cine iraní y el de Panahi ya eran excelsos.
