sábado, 1 de abril de 2017

Park

de Sofia Exarchou. Grecia, 2016. 100.
1 de abril de 2017. Laboral Cinemateca, Gijón. V.O.S.

Adolescentes griegos entre las ruinas de un verano postolímpico. Los vemos retozar en entornos destartalados que unos años atrás concentraron la atención  de todo el mundo. Emparejando perros y merodeando entre los turistas van matando el tiempo estos chicos que parecen vivir a la deriva. Con mucha vitalidad pero sin ningún proyecto.

Un tratado de etología humana. Eso parece este retrato naturalista de un grupo de jóvenes que, más que palabras, intercambian tactos y gestos. Hay cierta amargura en la contemplación hiperrealista de esta juventud arrabalera en momentos de galbana y estío. La pareja en la que Sofia Exarchou centra algo más su mirada tiene una intimidad que inspira una ternura no muy distinta a la que se siente cuando uno se queda embobado mirando como retozan los perros. El contrapunto de los turistas (al borde de la desazón y el drama en la magnífica escena de la noche en el hotel) hace que la película tenga también algo de metáfora de la relación entre el norte y el sur en esta Europa en que los ideales griegos parecen tan pretéritos como desvencijados. Un cautivador retrato de las conductas gregarias de unos púberes periféricos, un interesante tratado de etología humana en estos tiempos amargos. Eso es Park.