22 de mayo de 2020. Festival DocsBarcelona. Filmin, Avilés. V.O.S.
La perra Laika fue la primera que orbitó sobre la Tierra. Como los otros perros que la siguieron, venía de vagar por las calles de Moscú. Vemos imágenes de aquellos tiempos tempranos de la carrera espacial pero sobre todo acompañamos por las calles de Moscú a otros perros callejeros.
Etología cósmica, urbana y poética. Una voz comenta muy pocas veces (pero muy oportunamente) algunas de las imágenes. La mayor parte del tiempo la cámara se acerca a una vida de perros poniéndonos a su altura. De hecho, nos hace sufrir cuando no aparta la mirada de las terribles perrerías en el encuentro con el un gato. Pero esa violencia de la vida salvaje en la ciudad acabará por parecernos menos dura que las imágenes históricas de lo que se hacía con los perros que viajaron al espacio. Seguramente la tradición de la reflexología soviética y las habilidades para someter a torturas científicas los cuerpos de los perros favoreció que esa fuera la especie elegida para convertirse en astronauta. Perros del espacio no es una película amable pero, más allá de lo etológico, tiene componentes poéticos. Y no solo en las partes espaciales tan bien comentadas a propósito de la tortuga que de acercó a la Luna. También en la contemplación de esos vagabundos audaces que deambulan a su aire en las noches moscovitas.