viernes, 22 de octubre de 2021

La crónica francesa

de Wes Anderson. EE.UU., 2021. 108.
22 de octubre de 2021. Cines Los Prados, Oviedo.

El director americano de una vieja revista francesa acaba de morir. Antes de que se ponga punto final a la publicación, vemos el contenido de algunos artículos que han preparado sus redactores. En el primero, acompañamos un recorrido en bicicleta por el pueblo francés en que se edita la revista. En el segundo, vemos a un pintor trastornado y encarcelado que pinta desnuda a una funcionaria de prisiones y se acaba convirtiendo en artista venerado. En el tercero, una periodista madura se infiltra y colabora en una revuelta juvenil con aroma sesentero. Y en el último, un crítico gastronómico relata en un plató televisivo la historia de un policía comidista cuyo hijo es secuestrado y luego liberado tras intensa persecución. 

Wes Anderson en estado puro. En los encuadres, en los movimientos de cámara, en las ambientaciones, en la temperatura de los colores y en el radical y maravilloso barroquismo visual. La película se abre y se cierra con la muerte del director de la revista enmarcando cuatro historias trabadas con un torrente de imaginación e ironía que puede tomarse como una locura surrealista o como un artefacto exquisitamente articulado. Aunque la viéramos sin sonido (o la escucháramos doblada al chino) la película seguiría siendo cautivadora por la sorpresa y belleza que derrochan sus imágenes. Pero, además de eso y de los homenajes y guiños que contiene, La crónica francesa es también fascinante porque es precisamente eso: un destilado delicioso y trepidante del espíritu francés.