de María Álvarez. Argentina, 2017. 71’.
12 de diciembre de 2021. Filmin.
Norma y Estela en Buenos Aires. Paloma y Chelo en Madrid. Leopoldina y Lucía en Montevideo. Son mujeres maduras que frecuentan filmotecas, cinematecas y festivales. La sala Lugones, el cine Doré, la cinemateca uruguaya, o el festival de Mar del Plata, son algunos de los escenarios en los que las vemos practicando su pasión cinéfila.
Igual que otros son de misa diaria José María Pou suele decir que él ha sido durante muchos años de película diaria. También es el caso de estas cinéfilas jubiladas que pueden entregarse jubilosamente a su pasión sin tener que plantearse si es antes la obligación que la devoción. Las cinéphilas forma parte de esa especie de trilogía sobre la senectud que junto con El tiempo perdido y Las cercanas sigue a una serie de personas de la edad tardía a las que une algún tipo de pasión cultural (literaria en El tiempo perdido, musical en Las cercanas y cinematográfica en Las cinéphilas). En los tres casos María Álvarez se aleja de cualquier mirada engolada, masculinizada o elitista de la cultura. Por eso sus protagonistas son mayormente mujeres (aunque en El tiempo perdido también hay hombres) y encuentra interesante poner su cámara ante jubiladas. Igual que la chilena Maite Alberdi (La Once, El agente topo) parece haber encontrado en la madurez avanzada una edad bastante desinhibida y muy agradecida ante la cámara. De hecho, siempre resulta interesante lo que dicen y lo que hacen estas mujeres culturalmente inquietas que no quieren ni tienen que demostrar nada ante nadie. Si acaso mostrar que su relación con la cultura es añeja, natural y nunca impostada.