de Santiago Mitre. Argentina, 2022. 140’.
8 de octubre de 2022. Cines Verdi, Madrid.
Tras su exculpación por la justicia militar, se abre una oportunidad para que la justicia civil argentina procese a los mandos de las Juntas Militares que detentaron el poder en los tiempos terribles de la dictadura. El fiscal es Julio Strassera y su adjunto es Luis Moreno Ocampo. Con ellos trabaja un grupo de jóvenes juristas entusiastas que consiguen en pocas semanas pruebas suficientes para demostrar la infamia. Para hacer innegable el genocidio, hacer justicia a las victimas y conseguir que los argentinos decentes no tengan que sentir nunca más vergüenza de su país.
Santiago Mitre tenía un reto que, salvando las distancias, era parecido al de Strassera. Y era darse cuenta de que lo que tenía entre manos era más importante que su buen oficio. Por eso, el director de películas tan estupendas y personales como El estudiante, Paulina o La cordillera ha decidido no hacer de esta historia verdadera un ejercicio de estilo, sino poner a su servicio su capacidad para contar bien un relato que, para los argentinos y para todos los ciudadanos de bien, está destinado a ser un testimonio fílmico absolutamente necesario. Por eso, igual que el fiscal Strassera, ha contado con los mejores. Empezando por Ricardo Darín que está aquí (¿cuántas veces van ya?) inconmensurable. Viniendo a Madrid este fin de semana teníamos claro que teníamos que venir a verla. Aunque haya tenido que ser en la fila 1 de los queridos cines Verdi (la única sala que la tiene en cartel en toda la ciudad). Al terminar proyección ha sido un gusto compartir el aplauso catártico del público que esta noche de sábado llenaba la sala. Seguramente no formaba parte de él ningún miembro del Consejo General del Poder Judicial. De haber alguno, con seguridad pertenecería a la minoría decente.