20 de diciembre de 2012. Centro Niemeyer, Avilés. V.O.S.
Con imágenes de sus películas, con testimonios de muchos de sus protagonistas y con los propios comentarios de Woody Allen, este documental repasa su trayectoria desde sus comienzos como monologuista hasta sus películas europeas. Más de cuatro décadas y unas cuarenta películas separan A Roma con amor de Toma el dinero y corre. Pero las casi dos horas de este documental (y seguramente también las tres y cuarto del DVD) pasan en un instante.
En la sesión de noche de un sábado de noviembre de 1976 muchos pudimos ver en Televisión Española su primera película. Desde entonces fueron legión los seguidores españoles del Woody Allen hilarante. Para muchos de ellos ya no es el que era. Echan de menos al actor/director que tanto les hacía reír en sus primeras películas. Los demás esperamos cada año su nueva obra como un regalo, que puede ser perfecto como Match Point o provisto de su ración variable de momentos deliciosos como todo lo demás. A Woody le debemos mucho en Avilés: que preestrenara aquí la nada menor El sueño de Casandra, que filmara en esta ciudad algunas escenas de Vicky, Cristina, Barcelona, que volviera para inaugurar el Centro Niemeyer tocando el clarinete con su New Orleans Jazz Orchestra o que hiciera aquella primera selección de películas imprescindibles que pudimos disfrutar en este mismo cine el año pasado. Entonces una de las butacas de esta sala tenía una placa con su nombre y aquí se programaba cine diario como en las mejores filmotecas. Hoy se preestrena en el Niemeyer este documental sobre Woody Allen que llegará a las pantallas españolas la semana próxima. Ojalá que esta nueva primicia de nuestro amigo neoyorkino sea un buen augurio sobre el futuro de este centro cultural.
En la sesión de noche de un sábado de noviembre de 1976 muchos pudimos ver en Televisión Española su primera película. Desde entonces fueron legión los seguidores españoles del Woody Allen hilarante. Para muchos de ellos ya no es el que era. Echan de menos al actor/director que tanto les hacía reír en sus primeras películas. Los demás esperamos cada año su nueva obra como un regalo, que puede ser perfecto como Match Point o provisto de su ración variable de momentos deliciosos como todo lo demás. A Woody le debemos mucho en Avilés: que preestrenara aquí la nada menor El sueño de Casandra, que filmara en esta ciudad algunas escenas de Vicky, Cristina, Barcelona, que volviera para inaugurar el Centro Niemeyer tocando el clarinete con su New Orleans Jazz Orchestra o que hiciera aquella primera selección de películas imprescindibles que pudimos disfrutar en este mismo cine el año pasado. Entonces una de las butacas de esta sala tenía una placa con su nombre y aquí se programaba cine diario como en las mejores filmotecas. Hoy se preestrena en el Niemeyer este documental sobre Woody Allen que llegará a las pantallas españolas la semana próxima. Ojalá que esta nueva primicia de nuestro amigo neoyorkino sea un buen augurio sobre el futuro de este centro cultural.