6 de octubre de 2015. Casa de la Cultura, Avilés. V.O.S.
En un barrio de chabolas de las afueras de Casablanca unos niños juegan al fútbol. Los veremos hacerse mayores sin que ninguno llegue a salir de la miseria. Hasta que uno regresa de la cárcel convertido en islamista y hace que varios de ellos acaben formando parte del grupo que se suicidó en los atentados del 16 de mayo de 2003 en Casablanca.
Con Los caballos de Dios Nabil Ayouch nos muestra desde Marruecos una realidad no muy distinta de la que Fernando Meirelles plasmó en su Ciudad de Dios desde Brasil. Los dos nos hablan de la miseria periurbana que lleva a unos niños a convertirse en héroes del mal. En los dos casos la humanización de los personajes (sean delincuentes que bajan de las favelas o terroristas que se inmolan) tiene algo de reivindicación que casi bordea la incorrección política. No sé si la Espiga de Oro a la mejor película en el Festival de Valladolid resultó indiscutible en 2012, pero esta interesante película que nos llega desde Marruecos es una excelente forma de abrir la programación cinematográfica de otoño en la Casa de la Cultura de Avilés. Las otras dos de este mes, Los insólitos peces gato y Manglehorn, ya las he visto y reseñado aquí. Así que Jorge Iván Argiz (el subdirector del Festival de Cine de Gijón) vuelve a demostrar su excelente criterio como programador en esta casa. Un lugar en el que desde hace varias décadas se proyecta cada semana buen cine de autor en versión original.