viernes, 1 de abril de 2016

A despedida

de Marcelo Galvão. Brasil, 2014. 90.
1 de abril de 2016. Centro Niemeyer, IX Edición de Novocine, Avilés. V.O.S.

Una jornada particular. La de un hombre de más de noventa años que, a pesar sus dificultades para caminar, decide salir de casa y dedicar el día a lo más importante. Tomar un café, saldar una deuda, buscar a su nieto, abrazar a un amigo, hablar con un taxista... Y reencontrarse con su joven amante.

Una historia verdadera. Como la de David Lynch pero con un andador por las calles de Río. Marcelo Galvão nos ofrece esta historia singular sobre un anciano casi inmóvil que decide levantarse y dedicar un día a volver a vivir. La parsimonia es aquí inevitable. Y hasta elegante. Como debió serlo la vida de este Almirante que vemos reflejada en los gestos y afanes de esa jornada singular. Las imágenes y el sonido ya nos sorprenden en esa primera escena que muestra las dificultades para comenzar la mañana de alguien que está llegando al final de la vida. Pero conforme el día avanza el relato se va haciendo luminoso y vitalista. Hasta esa noche de amor perfecta con esa Morena por la que merece la pena seguir viviendo a cualquier edad. La cámara está atenta a los sonidos, a los gestos y a los detalles. Como a esos relojes que en muñecas, mesas y paredes van acompañando a este delicado personaje. El guión no puede ser más expresivo en los muchos momentos en que nadie habla. Y se vuelve hermosamente poético en esos diálogos (en la cafetería, con el taxista, con su amante...) que muestran la fuerza, la ironía y la lucidez de este anciano cautivador. A despedida es una película extraordinaria sobre una historia verdadera que merece todos los premios. Y que ya hace memorable esta edición del Novocine brasileño. Un certamen que está en su casa estando en el Niemeyer.